Title: Pensamientos de la Sierva de Dios Madre Mercedes de Jes
1Pensamientos de la Sierva de Dios Madre Mercedes
de Jesús, Monja Concepcionista de Alcázar de San
Juan.
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2Nuestra vocación como hijos de Dios es transmitir
con nuestro comportamiento la imagen y semejanza
de Dios, la santidad y su amor
3La vida interior es la fuerza espiritual que nos
alcanza el dominio propio para vencer el desorden
de la pasión.
Vida interior que nos ayuda a obrar bien, y a
hacerlo todo en presencia de Dios.
4La paz, la comprensión, la mansedumbre nos
construyen. La ira, la soberbia nos destruyen,
nos aíslan de los demás, porque el iracundo con
su ira teje su propia soledad.
5Si nos encerramos en nuestras tinieblas nunca
llegaremos a percibir la realidad de la bondad
de Dios en sus criaturas, ni entenderemos que la
causa de nuestras perturbaciones emocionales no
son los hechos en sí, sino la interpretación que
hacemos de los mismos.
6La unión con Dios nos hace salir de nuestro
egoísmo para vivir el amor, el amor desde Dios
que es quien apaga todo desorden.
7Sólo el amor puede entusiasmarnos y estimular
nuestras capacidades hacia lo alto, hacia la vida
del espíritu.
Sanemos nuestra mente, retornemos nuestro amor
hacia el origen de nuestra existencia, donde nos
toparemos con el manantial de santidad que nos
dio a luz (Dt 32, 5s).
8Hablar de amor es tocar la propia vida.Es el
amor el que la escribe o el egoísmo?
9Nuestra vida es una historia de cómo se vive el
amor y la imagen de Dios para que otros puedan
también vivirla, o es una historia de tibieza, de
negrura o turbación por mantenernos esclavos del
egoísmo?
10Amar es quedarse con sólo Dios, pero manifestado
en el comportamiento, encajando el modo de ser
de Dios en nuestra conducta.
11Su silencio divino en nuestra locuacidad, su
perdón en nuestros rencores, su paz en nuestro
espíritu de discordia.
Encajando su amor en el nuestro, su mansedumbre
en nuestra ira, su humillación en nuestra
prepotencia, su obediencia en la nuestra.
12La obediencia verdadera es el beso de amor de
dos voluntades que se aman la divina y la
humana.
13Que la obediencia sea tan dulce como un beso de
amor, tan sincera, que realice la unidad de
corazones, tan completa que no quepa en ella más
que Dios.
14La fuerza de la mente que cree y del corazón que
ama nos lleva a configurarnos con el que
creemos y amamos.
15A Dios se le conoce amando. Porque Dios es amor.
Dios sólo transita por el dilatado camino del
amor, por eso sólo se le encuentra amando.
16Quién podrá conocer las profundidades del amor
divino? Quién puede conocer a Dios?
San Juan nos responde Quien no ama no ha
conocido a Dios, porque Dios es amor (1 Jn 4, 8).
No conoceremos a Dios si no amamos con un amor
verdadero, no de palabra ni con la boca, sino
con obras y según verdad (1 Jn 3, 18).
17Sin la luz de Dios y su gracia nunca podremos
reconocer los defectos propios.
Todo pecado venial debilita nuestra vida
espiritual restándole fuerzas para hacer el
cambio porque el pecado es separación de Dios,
de quien nos viene la gracia para conseguirlo.
18Un amor, cuando es de verdad, no puede, porque no
sabe, desvincularse del amor que le dio vida,
haciéndole ser prolongación de su mismo amor.
Regeneremos nuestro amor creyendo en el que
Cristo nos tiene. Ésta es nuestra senda. Que así
llevemos a plenitud nuestro amor por Cristo.
Amén.
19RealizaciónMonjas Concepcionistas de Alcázar de
San JuanTextoSierva de Dios Madre Mercedes de
Jesús EgidoMúsicaChopin Nocturno en Do
menor Op 27 No.1
Pax per Sanctitatem