Title: III Adviento 11205
1El Señor me hace desbordar de gozo,y mi Dios me
colma de alegría,porque me ha vestido un traje
de liberación.-Primera lectura-
Estad siempre alegres. No apaguéis la fuerza del
Espíritu. -Segunda lectura-
Mi espíritu se regocija en Dios mi salvador
Juan 1, 6-8.19-28III domingo Adviento B-14
diciembre 2008
26 Vino un hombre, enviado por Dios, que se
llamaba Juan. 7 Éste vino como testigo, para dar
testimonio de la luz, a fin de que todos
creyeran por él. 8 No era él la luz, sino
testigo de la luz.
Nuestro testimonio consiste en que se vea en
nosotros la luz de Jesús. Como Juan, no
anunciamos al mundo nuestra luz, sino la luz de
Jesús no sólo con palabras, sino con nuestro
modo de vivir, con nuestro modo de estar en el
mundo. Nuestra tarea es no entorpecer ni
dificultar la visibilidad de Dios.Qué
situaciones de oscuridad me gustaría iluminar?
321 Ellos le preguntaronEntonces, qué? Eres
tú, acaso, Elías?Juan respondióNo soy
Elías.Volvieron a preguntarleEres el profeta
que esperamos?Él contestóNo.
En el severo examen al que lo someten las
autoridades religiosas de Jerusalén, responde con
sencillez y sobriedad. Él no es la luz, no es el
Mesías, ni Elías. No es la Palabra. Conoce sus
carencias y sabe que sólo Jesús puede llenarlas.
Queda situado frente al poder religioso, con el
que se enfrentará Jesús durante su vida pública.
419 Los judíos de Jerusalén enviaron una comisión
de sacerdotes y levitas para preguntar a Juan
quién era. 20 Su testimonio fue ésteYo no soy
el Mesías.
Juan rechaza todo equívoco. Él no sustituye al
Mesías, aunque le hubiere sido fácilconvencer al
pueblo -predispuesto para creerle-, de su
mesianismo. Su identidad está en ser un índice,
una señal, un anuncio de otro que está por
venir. Sabe lo que es y lo que no es. Tiene
clara su misión preparar el camino y desaparecer.
522 De nuevo insistieron Pues, quién eres?
Tenemos que dar una respuesta a los que nos han
enviado. Qué dices de ti mismo?
Quién soy yo?. Es fundamental plantearnos en
profundidad esta pregunta y respondernos con
humildad y sinceridad, para descubrir nuestra
identidad y nuestra misión en el mundo. Ante la
pregunta quién eres?, cuál sería mi
respuesta?.Soy lo que tengo, mi nombre, mi
profesión, mi reputación?. Soy quien sirve,
consuela, comparte, perdona, acoge..., como
Jesús? Soy un pequeño latido del inmenso corazón
de Jesús?
623 Entonces él, aplicándose las palabras del
profeta Isaías, se presentó asíYo soy la voz
del que clama en el desiertoallanad el camino
del Señor.
El autor del cuarto evangelio presenta a Juan
como el primer testigo de Jesús. Quien toma en
serio su fe se convierte en testigo de Jesús.
Quien escuchaen profundidad la Buena Noticia
siente la necesidad de comunicarla. Podemos
recordar ocasiones en las que hemos allanado el
camino de la vida de alguna persona con nuestro
cariño, solidaridad, alegría, cercanía,
paz...Recordar también cuando otras personas han
iluminado nuestro camino con su acogida y
sabiduría. Por todo ello alabamos y damos
gracias.
724 Algunos miembros de la comisión eran fariseos.
25 Estos le preguntaron Si no eres ni el
Mesías, ni Elías, ni el profeta esperado, por
qué razón bautizas?26 Juan afirmó Yo bautizo
con agua, pero en medio de vosotros hay uno a
quien no conocéis. 27 Él viene detrás de mí,
aunque yo no soy digno de desatar la correa de
sus sandalias.
Si Juan estuviera en nuestra sociedad podría
repetir las mismas palabras
-En medio de vosotros hay uno a quien no
conocéis-? Conocer en la Biblia supone algo
íntimo que tiene que ver con la vida, el
seguimiento, el compromiso y la felicidad. La fe
adulta requiere conocer mejor a Jesús, su
magnífica novedad un Dios cercano, compasivo,
Padre/Madre deseoso de todo lo mejor para sus
hijos, en especial para quienes más necesitan.
El Dios de Jesús no tiene nada que ver con el
Dios temible, lejano, acaparado por los sabios y
poderosos que a veces nos han predicado. Jesús
nos libera del miedo a Dios y de todos los
miedos. Él es la Nueva y mejor noticia, la fuente
de nuestra alegría.
828 Esto ocurrió en Betania, al otro lado del
Jordán, donde Juan estaba bautizando.
Todo el episodio sucede en la otra orilla. Tal
vez, para sumergirnos en la Buena Noticia y
hacerla vida, tengamos que cambiar de orilla, de
paso, de dirección. Dejar los caminos conocidos,
trillados y rutinarios y adentrarnos por los
caminos de Dios. A Jesús le gusta caminar y
detenerse por los caminos olvidados, marginales,
donde se encuentran las personas necesitadas.
9Vino un hombre
Un día vino un hombre que tenía magia en la voz,
calor en sus palabras, embrujo en su mensaje. Un
día vino un hombre con la alegría en los ojos, la
libertad en las manos, el fuego en sus
hechos. Un día vino un hombre con la esperanza en
sus gestos,con la fuerza de su ser, con un
corazón grandísimo. Un día vino un hombre con el
amor en sus signos, con la bondad en sus besos,
con la hermandad en sus hombros. Un día vino un
hombre con el Espíritu sobre sí,con la felicidad
en su padecer, con el sentido en su morir. Un día
vino un hombre con el tesoro de su cielo,con la
vida de su cruz, con la resurrección de su fe. Un
día viniste Tú... Ven ahora, también, Señor.
(Alois Albrecht)