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AO SACERDOTAL

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Hebreos lo presenta en doble forma, una m s existencial y otra m s ritual. ... la oblaci n de Cristo sobre el dise o de la fiesta kippur o de la expiaci n. ... – PowerPoint PPT presentation

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Title: AO SACERDOTAL


1
Año
Sacerdotal
19-06-2009 19-06-2010
150 años de la muerte Del Santo Cura de Ars
2
El Sacerdocio en
Carta a los Hebreos
Texto Antonio Rodríguez Carmona Montaje Antonio
García Polo Citas bíblicas de la Biblia de
Jerusalén Música Enya
3
II. SACERDOCIO-SACRIFICIO DE CRISTO
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  • La carta a los Hebreos distingue el sacrificio
    de Cristo o consagración sacerdotal y el
    ejercicio actual de su sacerdocio, que no es
    sacrificio sino intercesión.

I. El sacrificio de Cristo fue un sacrificio de
consagración sacerdotal, que abarca desde la
encarnación a la resurrección. Hebreos lo
presenta en doble forma, una más existencial y
otra más ritual.
A. La Presentación existencial sigue el esquema
veterotestamentario fue una ofrenda personal
aceptada por el Padre. Lo que en el AT era puro
símbolo en Jesús fue realidad existencial, es
decir, su sacrificio o hacerse sagrado consistió
en una donación transformadora de su humanidad
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a. Ofrecimiento La encarnación fue el
comienzo. Está directamente relacionada con el
sacrificio, en cuanto que está en función del
ofrecimiento sacrificial. Por una parte, el
Hijo de Dios tenía que ser solidario con los
hombres. Al tomar la naturaleza humana, se hace
solidario y además representante de la humanidad
a los ojos de Dios. Todo lo que haga vale para él
y para toda la humanidad a la que representa
Tuvo que asemejarse en todo a sus hermanos, para
ser misericordioso y Sumo Sacerdote fiel en lo
que toca a Dios, en orden a expiar los pecados
del pueblo (Hebr 2,17). Todo Sumo Sacerdote es
tomado de entre los hombres y está puesto en
favor de los hombres en lo que se refiere a Dios
para ofrecer dones y sacrificios por los pecados
y puede sentir compasión hacia los ignorantes y
extraviados, por estar también él envuelto en
flaqueza (Hebr 5,1-2).
6
Por otra parte necesitaba algo que ofrecer
Hebr 8,3 Porque todo Sumo Sacerdote está
instituido para ofrecer dones y sacrificios de
ahí que necesariamente también él tuviera que
ofrecer algo. Su don no podía ser su
divinidad, pues ésta es común con el Padre y no
podía ofrecer a Dios lo que ya posee tampoco
podía ofrecer animales, pues estos no son dones
dignos de Dios (10,5-7) y, por otra parte, son
sólo sombras y figuras de las realidades
celestiales (8,5 10,1). Si bastara este don, ni
siquiera Jesús sería sacerdote, habiendo ya
quienes ofrezcan estos dones según la Ley (8,4).
Realmente sólo sirve para renovar cada año la
conciencia de pecado, pues es imposible que la
sangre de toros y machos cabríos borre los
pecados (10,4)
No conteniendo, en efecto, la Ley más que una
sombra de los bienes futuros, no la realidad de
las cosas, no puede nunca, mediante unos mismos
sacrificios que se ofrecen sin cesar año tras
año, dar la perfección a los que se acercan. De
otro modo, no habrían cesado de ofrecerlos, al
no tener ya conciencia de pecado los que ofrecen
ese culto, una vez purificados? Al contrario,
con ellos se renueva cada año el recuerdo de los
pecados, pues es imposible que sangre de toros y
machos cabríos borre pecados (10,1-4).
7
La encarnación hizo que el Hijo de Dios
participara la debilidad humana y así tenia algo
que ofrecer ofreció al que podía salvarle de la
muerte su propia debilidad humana, abocada a la
muerte, culmen de la debilidad. (5,7). Ofreció su
propio ser débil para que fuera aceptado y
transformado por el Padre.
El cual, habiendo ofrecido en los días de su vida
mortal ruegos y súplicas con poderoso clamor y
lágrimas al que podía salvarle de la muerte, fue
escuchado por su amor serio, y aun siendo Hijo,
con lo que padeció experimentó la obediencia
(Hebr 5,7-8)
8
Jesús recorrió el camino de la debilidad y nos
salvó, salvándose, es decir, al superar para sí
mismo la muerte, síntesis de toda la debilidad
humana, lo hace en nombre de toda la humanidad a
la que representa. La ofrenda de Jesús
comenzó en la encarnación
Por eso, al entrar en este mundo, dice
Sacrificio y oblación no quisiste pero me has
formado un cuerpo. Holocaustos y sacrificios por
el pecado no te agradaron. Entonces dije He
aquí que vengo - pues de mí está escrito en el
rollo del libro - a hacer, oh Dios, tu voluntad!
Dice primero Sacrificios y oblaciones y
holocaustos y sacrificios por el pecado no los
quisiste ni te agradaron - cosas todas ofrecidas
conforme a la Ley - entonces - añade - He aquí
que vengo a hacer tu voluntad. Abroga lo primero
para establecer el segundo. Y en virtud de esta
voluntad somos santificados, merced a la oblación
de una vez para siempre del cuerpo de Jesucristo
(10,5-10).
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Abarca toda su existencia, todos los "días de
su carne mortal (5,7). Dentro de este contexto
general, Hebreos concede mucha importancia a la
muerte en cruz como expresión privilegiada de su
ofrenda total. El elemento formal de ésta fue
su actitud de obediencia total a la voluntad del
Padre su actitud de amor serio, temor
reverencial (eulabeia)
Fue escuchado por su amor serio (5,7). Y en
virtud de esta voluntad somos santificados,
merced a la oblación de una vez para siempre del
cuerpo de Jesucristo (10,10).
Esta ofrenda la hizo Jesús en el Espíritu
Santo por el Espíritu Eterno se ofreció a sí
mismo sin tacha a Dios ( 9,14)
10
Entregó toda su existencia humana, por eso una
sola vez e irrepetible
Lo realizó de una vez para siempre, ofreciéndose
a sí mismo (7,27) Y no para ofrecerse a sí mismo
repetidas veces al modo como el Sumo Sacerdote
entra cada año en el santuario con sangre ajena.
Para ello habría tenido que sufrir muchas veces
desde la creación del mundo. Sino que se ha
manifestado ahora una sola vez, en la plenitud de
los tiempos, para la destrucción del pecado
mediante su sacrificio. Y del mismo modo que está
establecido que los hombres mueran una sola vez,
y luego el juicio, así también Cristo, después de
haberse ofrecido una sola vez para quitar los
pecados de la multitud, se aparecerá por segunda
vez sin relación ya con el pecado a los que le
esperan para su salvación (9,25-28).
11
Y en virtud de esta voluntad somos santificados,
merced a la oblación de una vez para siempre del
cuerpo de Jesucristo. Y, ciertamente, todo
sacerdote está en pie, día tras día, oficiando y
ofreciendo reiteradamente los mismos sacrificios,
que nunca pueden borrar pecados. El, por el
contrario, habiendo ofrecido por los pecados un
solo sacrificio, se sentó a la diestra de Dios
para siempre, esperando desde entonces hasta que
sus enemigos sean puestos por escabel de sus
pies. En efecto, mediante una sola oblación ha
llevado a la consumación para siempre a los
santificados (10,10.11.14).
12
b. La aceptación de la ofrenda tuvo lugar en la
resurrección. Su debilidad fue aceptada por Dios
y por ello transformada, hecha partícipe de la
santidad del Santo. Hebreos presenta la
aceptación con diversas categorías
Coronado de gloria y honor (2,9), realizando así
la vocación humana. Después de llevar a cabo la
purificación de los pecados, se sentó a la
diestra de la Majestad en las alturas (1,3) El,
por el contrario, habiendo ofrecido por los
pecados un solo sacrificio, se sentó a la diestra
de Dios para siempre (10,12).
13
Soportó la cruz sin miedo a la ignominia y está
sentado a la diestra del trono de Dios (12,2).
Y a qué ángel dijo alguna vez Siéntate a mi
diestra, hasta que ponga a tus enemigos por
escabel de tus pies? (1,13)
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El cual, habiendo ofrecido en los días de su vida
mortal ruegos y súplicas con poderoso clamor y
lágrimas al que podía salvarle de la muerte, fue
escuchado por su amor serio, y aun siendo Hijo,
con lo que padeció experimentó la obediencia
(5,7-8). El Padre oyó su oración Y llegado a la
consumación, se convirtió en causa de salvación
eterna para todos los que le obedecen (5,9).
Dios Padre lo acepta, consuma y perfecciona, es
decir, por una parte, concedió a la humanidad el
mayor grado de perfección, divinizándola. Por
otra, lo constituyó sacerdote. Consumar y
consumación en el vocabulario de Hebreos,
siguiendo a los LXX (traducción griega del AT),
se refiere tanto a la consumación existencial
como a la consagración sacerdotal (teleioun,
teleiosis 2,10 5,9 7,28 8,1). Este último
aspecto es el más importante en Hebreos Cristo
resucitado es sumo sacerdote según el orden de
Melquisedec, es decir, sacerdote y rey (5,10 7)
que crea un nuevo orden de tipo existencial. Su
ordenación sacerdotal se identifica con su
sacrificio, comienza en la encarnación y culmina
en la resurrección. Tenemos un Sumo Sacerdote
tal, que se sentó a la diestra del trono de la
Majestad en los cielos (8,1)
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Así es sacerdote existencial, unido a los
hombres por la encarnación y unido a Dios por ser
su Hijo y por la resurrección. Lleva a Dios y
alcanza todo poder (1,3 8,1-2 10,12 12,2).
Todo esto lo hizo para él y para todos nosotros,
por ello es causa de salvación para todos los que
le obedecen (5,9), imitando y ratificando su
sacrificio existencial.
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B. Presentación ritual. Hebreos también presenta
la oblación de Cristo sobre el diseño de la
fiesta kippur o de la expiación.
En 9,1-10 hace una presentación de este ritual
para afirmar la impotencia de las antiguas
instituciones rituales había dos tabernáculos
separados por un velo. Al primero podían entrar
todos los sacerdotes, al segundo sólo el sumo
sacerdote, una sola vez al año, en la fiesta de
la Expiación. Para ello se purificaba previamente
y después ofrecía la oblación en favor del
pueblo. Pero el camino que recorría el sumo
sacerdote era falso y no llevaba a Dios.
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9,11-14 presenta la réplica existencial
realizada por Cristo, que recorrió un camino
nuevo y existencial que realmente le llevó a
Dios. También recorrió dos tabernáculos, como en
el AT, pero muy diferentes
Su primer tabernáculo fue su muerte y
resurrección por medio de las cuales llegó al
segundo tabernáculo, al Santo de los Santos, a
la presencia de Dios Pues no penetró Cristo en
un santuario hecho por mano de hombre, en una
reproducción del verdadero, sino en el mismo
cielo, para presentarse ahora ante el acatamiento
de Dios en favor nuestro (9,24)
Entre ambos tabernáculos había un velo. Cristo
también lo cruzó, pero de forma existencial, su
proceso de transformación muerte y resurrección.
Así inauguró el verdadero camino a Dios, nuevo y
vivo, accesible a todos Teniendo, pues,
hermanos, plena seguridad para entrar en el
santuario en virtud de la sangre de Jesús, por
este camino nuevo y vivo, inaugurado por él para
nosotros, a través del velo, es decir, de su
propia carne (10,19-20)
18
En este santuario está ahora Cristo resucitado
Tenemos un Sumo Sacerdote tal, que se sentó a la
diestra del trono de la Majestad en los cielos,
al servicio del santuario y de la Tienda
verdadera, erigida por el Señor, no por un hombre
(8,1-2)
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II. El sacerdocio actual de Cristo
No consiste en volver a ofrecerse, pues lo hizo
una sola vez y fue aceptado, consiguiendo la
transformación interna y la unión íntima con
Dios. Ya no tiene sentido dejar lo conseguido
para intentarlo de nuevo. Sería un absurdo.
Él, por el contrario, habiendo ofrecido por los
pecados un solo sacrificio, se sentó a la diestra
de Dios para siempre, esperando desde entonces
hasta que sus enemigos sean puestos por escabel
de sus pies. En efecto, mediante una sola
oblación ha llevado a la perfección para siempre
a los santificados (10,12-14). Y de sus pecados
e iniquidades no me acordaré ya. Ahora bien,
donde hay remisión de estas cosas, ya no hay más
oblación por el pecado (10,18).
20
Pues no penetró Cristo en un santuario hecho por
mano de hombre, en una reproducción del
verdadero, sino en el mismo cielo, para
presentarse ahora ante el acatamiento de Dios en
favor nuestro, y no para ofrecerse a sí mismo
repetidas veces al modo como el Sumo Sacerdote
entra cada año en el santuario con sangre ajena.
Para ello habría tenido que sufrir muchas veces
desde la creación del mundo. Sino que se ha
manifestado ahora una sola vez, en la plenitud de
los tiempos, para la destrucción del pecado
mediante su sacrificio. Y del mismo modo que
está establecido que los hombres mueran una sola
vez, y luego el juicio, así también Cristo,
después de haberse ofrecido una sola vez para
quitar los pecados de la multitud, se aparecerá
por segunda vez sin relación ya con el pecado a
los que le esperan para su salvación (9,24-28).
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La actividad sacerdotal de Cristo es
intercesión (7,25), mediación (8,6 9,15 12,24),
ser causa de salvación eterna para todos
aquellos que por medio de él se acercan a Dios
(5,10).
Hebreos no explica el modo concreto de ejercer
la intercesión. En la primera alianza se dice
cómo debe interceder Aarón Aarón, cuando entre
en el santuario, llevará sobre el pecho los
nombres de los hijos de Israel, grabados en el
pectoral del juicio, como recuerdo perpetuo ante
Yahvéh (Ex 28,29).
Igualmente Cristo, sacerdote fiel y
misericordioso, representa a todos sus hermanos
en la carne y en la sangre en él son todos
amados y aceptados por el Padre y considerados
hijos. Así su misma persona es intercesión
viviente.
Cristo, pues, es sacerdote que ha inaugurado un
sacrificio nuevo que perdona las pecados y une a
Dios.
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III. Peregrinación y perfección.
Dios es amor y quiere que los hombres participen
de su amor, pero cómo puede el hombre débil y
egoísta acercarse a Dios, si es incapaz de amar
como debe?
Con una tipología inspirada en el Antiguo
Testamento, Hebreos presenta el sacrificio de
Cristo como un "acceso" a Dios, un movimiento de
acercamiento a Dios Santo, un hacerse sagrado. La
expiación no consistía tanto en una deuda que
pagar cuanto en una distancia que suprimir. El
drama de la redención lo realiza personalmente
Cristo, abriendo un camino nuevo para él y para
nosotros. Para exponer mejor su enseñanza,
Hebreos se sirve de varias imágenes, entre ellas
la de la peregrinación y la de la consumación o
perfección.
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A. Peregrinación.
La imagen de la peregrinación está dirigida a
cristianos perseguidos, desalentados (10,32-34) y
ansiosos de una situación más tranquila y
reposada, es decir, cristianos en situación
existencial nómada, semejante a la que vivió
Israel por el desierto. Hebreos quiere hacerles
ver que buscar ahora el descanso es evadirse de
la condición cristiana por otra parte, abandonar
la caravana es suicida. En este contexto
presenta a Jesús como el pionero de la salvación
(2,10). El Hijo de Dios se une a la humanidad en
el lugar en que se encuentra, la debilidad
abocada a la muerte. Unido a ella como pionero,
recorre y muestra a todos el camino que lleva a
la plenitud, una vida consagrada al amor
Más allá del velo, adonde entró por nosotros como
precursor Jesús, hecho, a semejanza de
Melquisedec, Sumo Sacerdote para siempre
(6,19-20).
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El camino que él inauguró es nuevo y viviente,
pasa a través de la prueba y el dolor y conduce
a la consumación. Por eso ahora es el gran Pastor
de las ovejas que, como Moisés, conduce a Israel
hacia la tierra en el nuevo éxodo
Pues, habiendo sido probado en el sufrimiento,
puede ayudar a los que se ven probados (2,18).
Teniendo, pues, hermanos, plena seguridad para
entrar en el santuario en virtud de la sangre de
Jesús, por este camino nuevo y vivo, inaugurado
por él para nosotros, a través del velo, es
decir, de su propia carne (10,19-20). Corramos
con fortaleza la prueba que se nos propone,
fijos los ojos en Jesús, el que inicia y consuma
la fe, el cual, en lugar del gozo que se le
proponía, soportó la cruz sin miedo a la
ignominia y está sentado a la diestra del trono
de Dios. Fijaos en aquel que soportó tal
contradicción de parte de los pecadores, para que
no desfallezcáis faltos de ánimo (12,1-3). Por
eso, también Jesús, para santificar al pueblo con
su sangre, padeció fuera de la puerta. Así pues,
salgamos donde él fuera del campamento, cargando
con su oprobio que no tenemos aquí ciudad
permanente, sino que andamos buscando la del
futuro (13,12-14). Y el Dios de la paz que
suscitó de entre los muertos a nuestro Señor
Jesús, el gran Pastor de la ovejas en virtud de
la sangre de una Alianza eterna,... (13,20)
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Porque Cristo ha abierto el camino, lo ha
recorrido, lo conoce bien y puede compadecer a
los que ahora lo recorren entre tribulaciones
Pues, habiendo sido probado en el sufrimiento,
puede ayudar a los que se ven probados (2,18).
Pues no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda
compadecerse de nuestras flaquezas, sino probado
en todo igual que nosotros, excepto en el pecado.
Acerquémonos, por tanto, confiadamente al trono
de gracia, a fin de alcanzar misericordia y
hallar gracia para una ayuda oportuna (4,15-16).
Su llegada a la meta es garantía para los que
ahora peregrinan
No os habéis acercado a una realidad sensible
fuego ardiente, oscuridad, tinieblas,
huracán...Vosotros, en cambio, os habéis acercado
al monte Sión, a la ciudad de Dios vivo...a Dios,
juez universal, y a los espíritus de los justos
llegados ya a su consumación, y a Jesús, mediador
de una nueva Alianza (12,18.22-24).
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B. Consumación o perfección.
Consumar es llegar a la perfección. Cristo, al
resucitar, ha conseguido en su humanidad la
máxima perfección, realizando la vocación del
hombre. Ha sido perfeccionado y por ello
convertido en perfeccionador. La vocación
humana, según el sal 8,5-7, es el dominio de la
creación. Cristo ha realizado esta vocación, no
por medios violentos, sino muriendo por el bien
de todos. Así Dios todopoderoso consumó a Jesús,
el pionero de la salvación
Dios no sometió a los ángeles el mundo venidero
del cual estamos hablando. Pues atestiguó alguien
en algún lugar Qué es el hombre, que te
acuerdas de él? O el hijo del hombre, que de él
te preocupes? Le hiciste por un poco inferior a
los ángeles de gloria y honor le coronaste.
Todo lo sometiste debajo de sus pies.
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Al someterle todo, nada dejó que no le estuviera
sometido. Mas al presente, no vemos todavía que
le esté sometido todo. Y a aquel que fue hecho
inferior a los ángeles por un poco, a Jesús, le
vemos coronado de gloria y honor por haber
padecido la muerte, pues por la gracia de Dios
gustó la muerte para bien de todos. Convenía, en
verdad, que Aquel por quien es todo y para quien
es todo, llevara muchos hijos a la gloria,
perfeccionando mediante el sufrimiento al pionero
de la salvación (Hebr 2,5-10).
Toda la vida de Jesús fue obediencia a la
voluntad del Padre. Esto le llevó a la muerte y
ésta a la consumación y a ser causa de salvación.
Jesús salva al hombre realizando en sí mismo una
transformación radical del hombre
Y aun siendo Hijo, con lo que padeció experimentó
la obediencia y llegado a la consumación, se
convirtió en causa de salvación eterna para todos
los que le obedecen (5,8-9),
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El camino seguido hacia la consumación fue el
dolor (2,10) y la muerte, que desembocó en la
resurrección (9,11). Lo aceptó en función de la
salvación de los hombres el Hijo de Dios tomó en
serio la realidad humana y se encarnó, asumiendo
la naturaleza humana con sus debilidades, menos
el pecado. En esta situación no bastaba la
encarnación en la naturaleza humana, era
necesario transformar en sí mismo esta
naturaleza, creando y posibilitando para los
hombres este nuevo camino del que es pionero (2,
10). De esta forma, por su único sacrificio
(10,1-10.14), Jesús es causa de salvación
(5,9), iniciador y consumador de la fe (12,2)
Llegado a la consumación, se convirtió en causa
de salvación eterna para todos los que le
obedecen, proclamado por Dios Sumo Sacerdote
según el orden de Melquisedec (5,9-10).
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No conteniendo, en efecto, la Ley más que una
sombra de los bienes futuros, no la realidad de
las cosas, no puede nunca, mediante unos mismos
sacrificios que se ofrecen sin cesar año tras
año, consumar a los que se acercan.
De otro modo, no habrían cesado de ofrecerlos,
al no tener ya conciencia de pecado los que
ofrecen ese culto, una vez purificados? ...
Holocaustos y sacrificios por el pecado no te
agradaron. Entonces dije He aquí que vengo -
pues de mí está escrito en el rollo del libro - a
hacer, oh Dios, tu voluntad! ... Y en virtud de
esta voluntad somos santificados, merced a la
oblación de una vez para siempre del cuerpo de
Jesucristo... En efecto, mediante una sola
oblación ha llevado a la consumación para siempre
a los santificados (10,1-2.6-7.14).
30
Cristo, sacerdote y sacrificio existencial, ha
llegado a Dios y nos abre a todos el camino hacia
él, convirtiéndonos en pueblo sacerdotal
Fin
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