Diapositiva 1 - PowerPoint PPT Presentation

About This Presentation
Title:

Diapositiva 1

Description:

La constancia en la b s- queda del bien. Llega incluso a la capacidad de ... El don de sabidur a nos da un co- nocimiento amoroso de Dios y de ... – PowerPoint PPT presentation

Number of Views:102
Avg rating:3.0/5.0
Slides: 33
Provided by: Viol
Category:
Tags: bus | diapositiva | el

less

Transcript and Presenter's Notes

Title: Diapositiva 1


1
Las virtudes
La virtud es una disposición habitual y firme
para hacer el bien. Hay virtudes humanas y
virtudes teologales.
2
Las virtudes humanas son perfecciones ha
bituales y estables del entendimiento y de
la voluntad. Regulan nuestros ac- tos, ordenan
nuestras pasiones y guian nuestra conducta de con
formidad con la razón y la fe. Son elevadas y
purificadas por la gracia.
3
Las principales virtu- des humanas son
las llamadas cardinales. Constituyen las
bases de la vida virtuosa.
Son la prudencia, la justicia, la fortaleza y la
templanza.
4
La prudencia dispo- ne la razón a discer- nir, en
cada circuns- tancia, nuestro ver- dadero bien y
a ele- gir los medios ade cuados para reali
zarlo. Es guía de las demás virtudes,
indicándoles su regla y medida.
5
La justicia consiste en la constante y firme
vo- luntad de dar a los de- más lo que les es
debido.
La justicia para con Dios se llama virtud de la
religión.
6
La fortaleza asegura la firmeza en las
dificul- tades. La constancia en la bús- queda
del bien.
Llega incluso a la capacidad de de aceptar el
eventual sacrificio de la propia vida por una
causa justa.
7
La templanza mo- dera la atracción de los
placeres. Asegura el dominio de la voluntad
so- bre los instintos. Procura el equilibrio
en el uso de los bienes creados.
8
Las virtudes teologales son las que tienen como
origen, motivo y objeto inmediato a Dios
mismo. Infusas en el hombre con la gracia
santificante. Nos hacen capaces de vivir en
relación con la Santísima Trinidad.
Son la garantía de la presencia y de la acción
del Espíritu Santo en las facul- tades del ser
humano.
9
Las virtudes teolo- gales son La Fe La
Esperanza y La Caridad.
10
La Fe es la virtud teologal por la que cree- mos
en Dios. En todo lo que Él nos ha revelado. En
lo que la Iglesia nos propone. Por la fe el
hombre se aban- dona libremente a Dios. Trata de
conocer y hacer la voluntad de Dios.
11
La Esperanza es la virtud teologal por la que
deseamos y esperamos de Dios la vida eterna como
nuestra felicidad. Confiamos en las promesas de
Cristo. Nos apoyamos en la ayuda del
Espíritu Santo para merecerla y perseverar
has- ta el fin de nuestra vida.
12
La Caridad es la virtud teologal por la cual
a- mamos a Dios sobre to- das las cosas y a
nues- tro prójimo como a no- sotros mismos por a
mor a Dios. Jesús hace de ella el mandamiento
nuevo, la plenitud de la Ley.
13
Los dones del Espíritu Santo son
disposiciones permanentes que ha- cen al hombre
dócil para seguir las inspi- raciones
divinas. Son siete sabiduría, entendimiento,
conse- jo, fortaleza, ciencia, piedad y temor
de Dios.
14
El don de sabiduría nos da un co- nocimiento
amoroso de Dios y de las personas y las cosas
creadas en cuanto hacen referencia de Él. Está
íntimamente unido a la virtud de la
caridad. Mediante este don participamos de los
mismos sentimientos de Jesucristo.
Nos enseña a ver los acontecimientos den- tro del
plan providencial de Dios.
15
Mediante el don de entendimiento llegamos a tener
un conocimiento más profundo de los misterios
de la fe. Es necesario para la plenitud de la
vida cristiana. El Espíritu Santo ilumina la
inteli- gencia con una luz poderosísima y le da a
conocer con una claridad desconocida hasta
entonces el sen- tido profundo de los misterios
de la fe.
16
El Espíritu Santo mediante el don de consejo
perfecciona los actos de la virtud de la
pruden- cia, que se refiere a los medios que se
deben emplear en cada situación. Con mucha
frecuencia debemos tomar decisiones. En todas
ellas tenemos comprometida nues- tra santidad.
Dios concede el don de consejo para decidir
con rectitud y rapidez.
17
El Espíritu Santo proporciona al alma la
fortaleza necesaria para vencer los obstáculos
y practicar las virtudes. Nada parece entonces
demasia- do difícil, no ponemos la con fianza
de modo absoluto en los medios humanos a utilizar
sino en la gracia del Señor. El don de fortaleza
crece en las dificultades.
18
El don de ciencia nos hace com- prender lo que
son las cosas creadas, según el designio de Dios
sobre la creación y la ele- vación al orden
sobrenatural. Facilita al hombre compren der
las cosas creadas como se- ñales que llevan a
Dios. Nos hace percibir que todo vie- ne de Dios
y a Dios se ordena.
19
El don de piedad tiene como efec- to propio el
sentido de la filiación divina. Nos mueve a
tratar a Dios con la ternura y el afecto de un
buen hijo hacia su Padre y a los demás hombres
como a hermanos que pertenecen a la misma familia.
20
Es el temor del hijo que ama al Padre con todo
su ser y que no quiere separarse de Él por nada
en el mundo. Como lo único que lo puede separar
del Padre es el peca- do tiene gran horror de
éste y si lo comete, una vivísima contrición.
21
Los frutos del Espíritu Santo son perfec- ciones
plasmadas en nosotros como primicias de la vida
eterna. La tradición de la Iglesia enumera
doce Caridad, gozo, paz, paciencia,
bondad, longanimidad, benignidad, mansedum- bre,
fidelidad, modestia, continencia y castidad.
22
El pecado
Acoger la misericordia de Dios supone reconocer
nuestros pecados. Arrepentirnos de ellos. Con
su Palabra y su Espíri- tu, Dios mismo
descubre nuestros pecados.
Sitúa nuestra conciencia en la verdad y nos
concede la esperanza del perdón.
23
El pecado es un acto o un de- seo contrarios a la
Ley eter- na. Es una ofensa a Dios. A quien
desobedecemos en vez de responder a su Amor.
Hiere la naturaleza del hombre y atenta contra la
solidaridad humana. Cristo revela la gravedad
del pecado.
24
La variedad de pecados es grande. Pueden
distinguirse según su objeto o según las
virtu- des o mandamientos a que se
oponen. Pueden referirse a Dios, al prójimo o a
nosotros mis mos. Pueden ser de pensamiento,
obra u omisión.
25
En cuanto a la gravedad, el pecado se
dis- tingue en Pecado mortal. Pecado venial.
26
Se comete un pecado mor- tal cuando se dan, al
mis- mo tiempo, materia grave, plena advertencia
y delibe- rado consentimiento. Destruye en
nosotros la ca- ridad y nos priva de
la gracia. A menos que nos arrepintamos, nos
lleva a la muerte eterna del infierno. Se
perdona por el Bautismo y la Reconcilia- ción.
27
El pecado venial se comete cuando la materia es
leve. O no se da plena advertencia o perfecto
consentimiento. No rompe la alianza con Dios.
Debilita la caridad, impide el progreso del alma
en el ejercicio de las virtudes y prác- tica del
bien moral. Merece penas temporales de
purificación.
28
El pecado prolifera en noso- tros pues uno lleva
a otro.
Su repetición genera el vicio.
29
Los vicios son hábitos perversos que obscure- cen
la conciencia e in- clinan al mal. Los vicios
pueden ser referidos a los siete pecados
llamados capitales Soberbia Avaricia Lujuria
Ira Gula Envidia y Pereza.
30
Tenemos respon- sabilidad en los pecados de los
otros cuando cooperamos culpablemente a que se
cometan.
31
Las estructuras de pecado son situaciones o
instituciones contrarias a la ley
divina, expresión y efecto de los pecados
persona- les.
32
Presentación en POWER-POINT realizada por
Violeta Vázquez para www.oracionesydevociones.in
fo
Write a Comment
User Comments (0)
About PowerShow.com