Salmo 145

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XXXII domingo B-
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Salmo 145
Alaba, alma mía, al Señor
El Dios que mantiene por siempre su fidelidad. Él
hace justicia a los oprimidos, y da pan a los
hambrientos. El Señor da libertad a los cautivos.
3
El Señor abre los ojos a los ciegos, el Señor
levanta a los humillados, el Señor ama a los
justos. El Señor protege al emigrante.
Alaba, alma mía, al Señor.
4
Sostiene a la viuda y al huérfano, pero trastorna
el camino de los malvados. El Señor reina por
siempre, tu Dios por todas las edades!
Alaba, alma mía, al Señor.
5
Dichosos los pobres en el espíritu, porque de
ellos es el Reino de los cielos.
(Mateo 5, 3)
6
38 En su enseñanza decía tambiénTened cuidado
con los maestros de la ley, que gustan de
pasearse lujosamente vestidos y de ser saludados
por la calle. 39 Buscan los puestos de honor en
las sinagogas y los primeros lugares en los
banquetes. 40 Estos, que devoran los bienes de
las viudas con el pretexto de largas oraciones,
tendrán un juicio muy riguroso.41 Jesús estaba
sentado frente al lugar de las ofrendas, y
observaba cómo la gente iba echando dinero en el
cofre. Muchos ricos depositaban en cantidad. 42
Pero llegó una viuda pobre, que echó dos monedas
de muy poco valor. 43 Jesús llamó entonces a sus
discípulos y les dijoOs aseguro que esa viuda
pobre ha echado en el cofre más que todos los
demás. 44 Pues todos han echado de lo que les
sobraba ella, en cambio, ha echado de lo que
necesitaba, todo lo que tenía para vivir.

Marcos
12,38-44