Title: Sin ttulo de diapositiva
1VII. 5. El Bosco y Patinir
2Contemporáneo a David es Jerónimo Bosch (El
Bosco, 1450-1516), que nació, vivió y murió al
norte de Flandes, en Hertogenbosch, en el actual
Bramante holandés. Este pintor despierta un gran
interés en nuestro tiempo por la exuberante
imaginación que demuestran sus obras, cuya
extraña imaginería es objeto de numerosos
estudios, aunque todavía son muchos los enigmas
que rodean a estas representaciones. Compone sus
pinturas representando en la superficie plana del
cuadro un paisaje onírico sobre el cual
distribuye multitud de personajes caricaturescos
y fantásticos, con indudable agudeza de humor e
indudable intención moralizante, autor
particularmente estimado por Felipe II, que
reunió una parte importante de su obra,
pudiéndose contemplar hoy día una buena parte en
el Museo del Prado, destacando el tríptico del
Jardín de las delicias (h. 1500), cuya tabla
central mide 220 x 193,8 cm, y las laterales 220
x 96,5 cm. Las tablas laterales significan
ciertamente el paraíso y el infierno. La central,
en cambio, es menos sencilla de entender, aunque
es evidente que el autor, muy exigente en la
moral, ofrece en ella una seria advertencia
contra la relajación de costumbres y subversión
de importantes valores que afectaba a amplios
estratos de la sociedad de esos años, tanto a los
laicos como a los religiosos. Tras el primer
pecado, el hombre debe huir del mal, del pecado y
del vicio, que embrutece al hombre, alejándole de
Dios, y encaminándole, si no se convierte, al
fuego eterno, que vemos representado en la tabla
de la derecha.
3Panel central, del Jardín de las delicias, la
obra que quizá recoge mejor su exuberante
imaginación.
4Tríptico de El carro de heno (El Escorial,
1500-02), con evidentes paralelismos con el del
Jardín de las delicias, comenzando por el Pecado
y Expulsión (tras la Creación y vida feliz en el
Paraíso), y terminando en el infierno (una de sus
primeras representaciones), tras criticar con
fuerza el vicio en todas las clases sociales,
como mejor se aprecia en la reproducción de la
página siguiente
5El Bosco representa las personas sobre el carro
del heno (símbolo profundamente gráfico de la
inconsistencia de los placeres terrenos),
presentando, junto a la tentación -el demonio de
la derecha- la ayuda divina -con la figura del
ángel a la izquierda-, todo ello dominado por la
presencia de Cristo mostrando las llagas de su
pasión.
6Comenzando el siglo XVI brilla Patinir
(1480-1524), que sobresale por la importancia que
otorgará al paisaje, que se convierte en el gran
protagonista de sus obras, ejecutados con
extraordinaria belleza, característicos por sus
indudables convencionalismos, como el horizonte
muy alto, los fantásticos picachos, y el clima de
misterio, favorecido por el intenso color azul y
verde de sus ríos y lagunas, y de sus frondosas
arboledas. Una de sus creaciones más
representativas es Caronte, o el Paso de la
laguna Estigia. El paisaje es verdaderamente
espectacular, asumiendo un protagonismo completo,
aunque no falta una fuerte carga simbólica.
7En efecto, las evocaciones morales que vimos en
El Bosco son patentes en esta obra, cuyo centro
ocupa Caronte, que en su barca traslada al
condenado hasta el infierno, en tremendo
contraste con la maravillosa patria celestial,
bellísimo Edén, consiguiendo dar mayor fuerza al
carácter simbólico y moral de la obra.