Title: Perdn,
1- Perdón,
- Señor
- DiseñoJ. L. Caravias sj
2No llames a juicio a tu siervo, pues ningún
hombre vivo es inocente frente a Ti Sal 142,2
Si llevas cuenta de los delitos, Señor, quién
podrá resistir? Sal 129,3
3Reconocemos, Señor, nuestra maldad, la
perversidad de nuestros padres y que también
nosotros hemos pecado contra ti. Jer 14,20
Todos nosotros somos como suciedad, y todas
nuestras buenas obras como trapo de
inmundicia. Caímos todos nosotros como la hoja y
nuestras maldades nos arrastraron como el
viento. Is 64,5
4Tú sabes, Señor, que el camino del hombre escapa
a su poder, y que no depende del hombre que
camina enderezar sus pasos. Corrígenos, Señor,
pero con prudencia sin enojarte, para que no
desaparezcamos todos. Jer 10,23-24
Trátanos de acuerdo a tu bondad y según la
abundancia de tu misericordia
Dan 3,42
5A pesar de nuestros pecados, Señor, tú eres
nuestro Padre.
Nosotros somos el barro y tú eres el
alfarero. Todos nosotros fuimos hechos por tus
manos. No te enojes, Señor, demasiado, ni
recuerdes para siempre nuestros pecados.
Is 64,7-8
6Tú, Señor, que eres bueno y compasivo, lento
para enojarte, rico en bondad y leal, vuelve
hacia mí tu rostro y apiádate de mí. Sal 85,15-16
Recuerda que tu ternura y tu misericordia son
eternas. Sal 24,6
7Tú tienes compasión de todos porque todo lo
puedes, y disimulas los pecados de los
hombres para que hagan penitencia. Amas todo
cuanto tiene ser y no aborreces nada de lo que
has hecho. Tú tienes misericordia de
todos, porque tuyas son todas las cosas, Señor,
que amas la vida Sab 11,23-26
8Oh Dios, crea en mí un corazón puro renuévame
por dentro con espíritu firme.
Devuélveme la alegría de tu salvación, afiánzame
con espíritu generoso Un corazón quebrantado y
humillado, Tú no lo desprecias
Sal 50,12-19
9Volveré a mi padre y le diré Padre, pequé contra
Dios y contra ti ya no merezco llamarme hijo
tuyo...
Cuando el padre lo vio sintió compasión corrió a
echarse a su cuello y lo abrazó. Lc 15,18.20
10Hay más alegría en el cielo por un solo pecador
que vuelve a Dios, que por noventa y nueve justos
que no tienen necesidad de convertirse. Lc
15,7