AMOR A DIOS O IDOLATRA POR LOS DONES I'

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AMOR A DIOS O IDOLATRÍA POR LOS DONES I.

• Hay una línea divisoria entre la gratitud por
  amor a Dios y la idolatría por el amor a los
  dones. Los dones de Dios se nos dan para
  revelarnos aún más la gloria de Dios, de manera
  que el uso adecuado de ellos es el de depositar
  nuestro amor no en ellos, sino mediante ellos, en
  Dios únicamente. Esa decir que depositar
  significa que el deseo de nuestros corazones
  encuentre su punto final sólo en Dios.
• Agustín dijo Nos hiciste para ti, y nuestro
  corazón se impacienta hasta que repose en ti.
  Los dones de Dios deben disfrutarse, ya sea el
  don de salvación o del alimento, pero si nuestro
  amor se queda ahí nos convertimos en idólatras.
• Por ejemplo Cómo disfrutar la predestinación
  sin caer en idolatría? La predestinación es uno
  de los primeros dones del evangelio, aunque
  precedió a Cristo en la eternidad. Esta
  predestinación fue el propósito de Dios de
  adoptarnos y hacernos santos y sin mancha delante
  de Él en amor. El objetivo de Dios con la
  predestinación es que admiremos y le demos
  especial consideración a la gloria de su gracia
  Nos predestinó para alabanza de la gloria de su
  gracia Ef. 16.
• En otras palabras el objetivo de la
  predestinación es exhibir la gracia como gloriosa
  y que la veamos y nos deleitemos en ella. La
  gloria de la gracia es la gloria misma de Dios
  actuando misericordiosamente.
• Otro ejemplo Cómo disfrutar de la encarnación
  de Jesucristo? La encarnación de Cristo como
  siervo del Padre fue una bella demostración de
  misericordia que nos debe llevar a la
  contemplación y deleite de Dios mismo. Pablo dice
  en Filipenses 26-11 cuál fue el motivo esencial
  de la encarnación siendo en forma de Dios se
  hizo obediente hasta la muerte para que toda
  lengua confiese que Jesucristo es el Señor para
  gloria de Dios Padre Toda la historia de la vida
  encarnada, muerte y resurrección de Cristo ha
  sido el haz de gloria más brillante del esplendor
  de Dios, si no se logra ver esa gloria, no hay
  salvación.
• 
  John Piper.