Title: ADVIENTO I domingo -A-
1Sólo quien renuncia al conocimiento del dÃa y la
hora,y cuenta en cada momento con la
intervención de Dios,sin pretender manipularla
de ninguna forma,puede estar vigilante
Primer domingo de Adviento. Mateo 24, 37-44.
Comienzo del Ciclo A 2 de diciembre de 2007
237 Cuando venga el Hijo del hombre sucederá lo
mismo que en tiempos de Noé. 38 En los dÃas que
precedieron al diluvio, la gente comÃa, bebÃa y
se casaba, hasta el dÃa en que entró Noé en el
arca 39 y no se dieron cuenta hasta que vino el
diluvio y los arrastró a todos. Pues asà será
también la venida del Hijo del hombre.
La Palabra de Jesús, lejos de provocar miedo o
angustia, siempre genera confianza y alegrÃa
interior. Es anuncio de su presencia y de su
salvación. Nos llama la atención ante la actitud
de vivir los acontecimientos de la vida cotidiana
sin ver en ellos la acción de Dios. Sabemos
interpretar los signos de los tiempos, en las
vivencias personales, religiosas y sociales que
nos van sucediendo, viendo en ellas la voluntad y
la presencia de Dios?
3 40 Asà que velad, porque no sabéis qué dÃa
llegará vuestro Señor 41 Entonces, de dos que
haya en el campo, uno será tomado y otro dejado.
42 De dos que estén moliendo juntas, una
desaparecerá y otra quedará.
Velar, vigilar, es escuchar el latido de la
vida, trabajar para que la obra que Jesús comenzó
llegue a su cumplimiento, darle a conocer con
nuestra vida, contagiar su influencia tan vital,
tan positiva, tan humanizadora, confiar que en
la prueba y en el dolor Dios no ha desaparecido.
Jesús viene siempre, está viniendo continuamente
a nuestra vida, en las personas que encontramos,
en el trabajo, en la comunidad, en nuestro
interior... Viene el Señor, qué alegrÃa!. Viene
la Luz, viene a iluminarnos el camino y a
llenarnos de esperanza. Dios está con nosotr_at_s.
4 43 Tened presente que si el amo de casa supiera
a qué hora de la noche iba a venir el ladrón,
estarÃa en vela y no le dejarÃa asaltar su casa.
44 Lo mismo vosotros, estad preparados porque a
la hora en que menos penséis, vendrá el Hijo del
hombre.
Celebrar el Adviento supone una actitud de
atención, vigilancia y espera activa, vivir ni
dormid_at_s ni angustiad_at_s, ni despreocupad_at_s ni con
temor. El Dios que viene es el que esperamos, el
que anhelamos, en quien confiamos, el que sale a
nuestro encuentro,el que nos busca, nos
comprende, nos quiere, nos libera, nos acoge, nos
cura...
5Vamos a la casa del Señor (Sal 121)
Vamos a la casa del Señor, qué alegrÃa! Somos
peregrin_at_s del amor. La casa deseada ya está
cerca, la casa del Señor es corazón. Las puertas
de la casa están del todo abiertas, El corazón
está roto de amor. La casa huele a paz La paz
contigo y la gracia derrochada, el banquete del
amor no tiene fin. Vamos tod_at_s a la casa del
Señor, es la casa solariega, solidaria, es la
casa de la luz y del amor. Viene el Señor a
nuestra casa, qué alegrÃa!. Viene como amigo y
como hermano, viene mendigo, necesitado. Viene
siempre. Viene Cristo a nuestra casa, viene
sembrador, samaritano, viene esposo y salvador.
Viene siempre. Viene el Señor a nuestra
casa, vamos a limpiarla y encenderla. Vamos a la
casa del Señor. Qué alegrÃa!