Title: Par
1 Profeta Isaías
Parábola de la Viña
2 Mi viña crecía a la vera del camino por donde
pasaban los viandantes, nunca llegó a madurar la
uva no hubo vendimia, mosto ni vino, sólo hojas,
verdes en primavera y verano, granates al
comenzar el otoño, y así, año tras año, hasta que
al fin, cansado de que tanto ambulante
desalmado me dejara sin cosecha dejé de cultivar
la viña, y al crecer las malas hierbas se fueron
secando las cepas.
3Ayer me asomé a un ribazo a contemplar con
nostalgia, triste y despacio, el desastre de mi
viña, todo estaba yermo, desolado, abandonado, ya
no hay camino o sendero, si acaso, algunos
sarmientos ya secos en un erial de hierbajos.
4 De quién fue la culpa, me pregunto, de que la
viña se arruinara?, fue del viandante
inconsiderado que se llevaba las uvas o del dueño
descuidado que no supo guardar la viña? Hoy
releyendo la Biblia con otra viña me he
topado muy parecida a la mía.
Desolado encontré al profeta Isaías, que decía
5Tenía mi amado una viña en una ladera
fértil, la había cercado y despedregado y
plantado vides escogidas edificó en el medio
una torre, y construyó en ella un lagar
esperaba que diese uvas buenas, pero sólo dio
racimos agraces....
6Qué más se podía hacer con mi viña, que yo no
haya hecho en ella? Cómo, esperando que diese
uvas, ha dado sólo agrazones...? Haré que quede
desierta ya no será podada ni cavada, y
crecerán los cardos y los espinos y aun a las
nubes diré que no lluevan sobre ella.
7Así se lamentaba el profeta grande, Isaías,
capítulo cinco, uno a siete, contemplando su
viña, tan parecida a la mía, mientras miraba,
desolado, irse el sol por el poniente. Juan
Manuel del Río
8Mi viña crecía a la vera del camino por donde
pasaban los viandantes, nunca llegó a madurar la
uva no hubo vendimia, mosto ni vino, sólo hojas,
verdes en primavera y verano, granates al
comenzar el otoño, y así, año tras año, hasta que
al fin, cansado de que tanto ambulante
desalmado me dejara sin cosecha dejé de cultivar
la viña, y al crecer las malas hierbas se fueron
secando las cepas. Ayer me asomé a un ribazo a
contemplar con nostalgia, triste y despacio, el
desastre de mi viña, todo estaba yermo, desolado,
abandonado, ya no hay camino o sendero, si acaso,
algunos sarmientos secos en un erial de
hierbajos. De quién fue la culpa, me
pregunto, de que la viña se arruinara?, fue del
viandante inconsiderado que se llevaba las uvas o
del dueño descuidado que no supo guardar la viña?
Hoy releyendo la Biblia con otra viña me he
topado muy parecida a la mía. Desolado encontré
al profeta Isaías, que decía Tenía mi amado
una viña en una ladera fértil, la había cercado
y despedregado y plantado vides escogidas
edificó en el medio una torre, y construyó en
ella un lagar esperaba que diese uvas buenas,
pero sólo dio racimos agraces.... Qué más se
podía hacer con mi viña, que yo no haya hecho
en ella? Cómo, esperando yo que diese
uvas, ha dado sólo agrazones...? Haré que quede
desierta ya no será podada ni cavada, y
crecerán los espinos y los cardos y aun a las
nubes diré que no lluevan sobre ella.
Así vi lamentarse al profeta grande Isaías,
capítulo cinco, uno a siete, contemplando su
viña, tan parecida a la mía, mientras aguantaba,
desolado, la soledad y el relente. Juan Manuel
del Río