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MICROCUENTO

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MICROCUENTO Los microcuentos, tambi n llamados microrrelatos, minicuentos o hiperbreves, son textos que narran historias de forma condensada. Los hay de muchos tipos ... – PowerPoint PPT presentation

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Title: MICROCUENTO


1
MICROCUENTO
  • Los microcuentos, también llamados microrrelatos,
    minicuentos o hiperbreves, son textos que narran
    historias de forma condensada. Los hay de muchos
    tipos y de variada extensión (una sola línea, 10,
    20...).

2
MICROCUENTO
Este es el microcuento más corto que se conoce siete palabras.

EL DINOSAURIO

Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.
 
3
Microcuento 2
EL HOMBRE INVISIBLE Aquel hombre era invisible,
pero nadie se percató de ello. Gabriel Jiménez
Emán
4
MÁS MICROCUENTOS
EL HOMBRE INVISIBLE Aquel hombre era invisible, pero nadie se percató de ello. Gabriel Jiménez Emán
 
CUENTO DE HORROR La mujer que amé se ha convertido en fantasma. Yo soy el lugar de sus apariciones Juan José Arreola

LA ÚLTIMA CENA El conde me ha invitado a su castillo. Naturalmente yo llevaré la bebida Ángel García Galiano

MOLESTIA Sentí una molestia muscular, era la quinta vez que yo nacía. Enrique Vila-Matas
5
Un poco más largos
EL ESPEJO CHINO Un campesino chino se fue a la
ciudad para vender la cosecha de arroz y su mujer
le pidió que no se olvidase de traerle un peine.
Después de vender su arroz en la ciudad, el
campesino se reunió con unos compañeros, y
bebieron y lo celebraron largamente. Después, un
poco confuso, en el momento de regresar, se
acordó de que su mujer le había pedido algo, pero
qué era? No lo podía recordar. Entonces compró
en una tienda para mujeres lo primero que le
llamó la atención un espejo. Y regresó al
pueblo. Entregó el regalo a su mujer y se marchó
a trabajar sus campos. La mujer se miró en el
espejo y comenzó a llorar desconsoladamente. La
madre le preguntó la razón de aquellas lágrimas.
La mujer le dio el espejo y le dijo -Mi marido
ha traído a otra mujer, joven y hermosa. La
madre cogió el espejo, lo miró y le dijo a su
hija -No tienes de qué preocuparte, es una
vieja. Anónimo
6
Microcuentos
LA GORRA Nadie logró dar con una explicación lógica para el sorprendente hecho, pero el día que Nando, el cartero del barrio, fue atropellado por un tranvía, iba vestido únicamente con su gorra.  Kaveri
 
UNA PEQUEÑA FÁBULA
  Ay! -dijo el ratón-. El mundo se hace cada día más pequeño. Al principio era tan grande que le tenía miedo. Corría y corría y por cierto que me alegraba ver esos muros, a diestra y siniestra, en la distancia. Pero esas paredes se estrechan tan rápido que me encuentro en el último cuarto y ahí en el rincón está la trampa sobre la cual debo pasar. -Todo lo que debes hacer es cambiar de rumbo -dijo el gato... y se lo comió. Franz kafka
7
Microcuentos
EL POZO
Mi hermano Alberto cayó al pozo cuando tenía cinco años. Fue una de esas tragedias familiares que sólo alivian el tiempo y la circunstancia de la familia numerosa. Veinte años después mi hermano Eloy sacaba agua un día de aquel pozo al que nadie jamás había vuelto a asomarse. En el caldero descubrió una pequeña botella con un papel en el interior. "Este es un mundo como otro cualquiera", decía el mensaje. Luis Mateo Díez
8
Microcuentos
EL LOCO Dejó atrás todo, y ahora hace esculturas
extrañas que vende a turistas despistados, y
aprende trucos de magia que jamás muestra a
nadie. Cree tener cosas que contar, reflexiones
nunca dichas, nunca escritas, pero nadie quiere
oírlo, ni a él le gusta hablar con gente. Antes,
cuando era contable, cada día se parecía a otro
día, y soñaba con vivir así, pero sin latas de
comida y sin frío. Ahora es libre, o algo
parecido, y no tiene que explicarse ante nadie, y
come cuando quiere y hace lo que quiere. Pero,
incluso ahora, cada día es igual al
anterior. Jordi Cebrián
9
MICROCUENTOS
EL DRAMA DEL DESENCANTADO ...el drama del
desencantado que se arrojó a la calle desde el
décimo piso, y a medida que caía iba viendo a
través de las ventanas la intimidad de sus
vecinos, las pequeñas tragedias domésticas, los
amores furtivos, los breves instantes de
felicidad, cuyas noticias no habían llegado nunca
hasta la escalera común, de modo que en el
instante de reventarse contra el pavimento de la
calle había cambiado por completo su concepción
del mundo, y había llegado a la conclusión de que
aquella vida que abandonaba para siempre por la
puerta falsa valía la pena de ser vivida. Gabriel
García Márquez
10
PAN BAJO LOS PÁRPADOS 76 lecturas Si quisiera
podria ir recorriendo todas las habitaciones e ir
contando todos los azulejos y todas las
fracciones de azulejo que van cubriendo el suelo.
Podría abrir el gas de la cocina y al cabo de
unas horas encender un cigarrillo. Podría
cortarme los cabellos y echarlos a la tortilla.
Degollar al periquito. Oler la pared, golpear la
pared, pintar la pared. Mirar el mar, hervir las
tortugas, comerme las uñas, fundir seis o siete
velas, romperme la cara a macetazos, arrojarme
por las escaleras... Pero como siempre, al final
cojo la ventana y me la guardo en el
bolsillo. Anónimo aquí
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NO DEBERÍA HABER TELÉFONOS EN EL HOGAR DE UN MINERO Marisa no tuvo que levantar el auricular para saber lo que le iban a decir al otro lado del hilo telefónico eran las cuatro menos diez de la madrugada y Jaime estaba en el pozu... pero lo levantó. Marisa, oye mira que soy Serafín, tas bien?, vete a buscar a la mi muyer, nun tes sola, ye que mira... Marisa oye dime algo... Marisa colgó el teléfono sin decir nada, arropó a Jacobo que dormía en la cuna y comenzó a llorar. Al poco, sonó el timbre. Eran las vecinas. Ellas tampoco dijeron nada. Aitana Castaño
 
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MÚSICA Las dos hijas del Gran Compositor -seis y siete años- estaban acostumbradas al silencio. En la casa no debía oírse ni un ruido, porque papá trabajaba. Andaban de puntillas, en zapatillas, y sólo a ráfagas, el silencio se rompía con las notas del piano de papá. Y otra vez silencio. Un día, la puerta del estudio quedó mal cerrada, y la más pequeña de las niñas se acercó sigilosamente a la rendija pudo ver cómo papá, a ratos, se inclinaba sobre un papel, y anotaba lago. La niña más pequeña corrió entonces en busca de su hermana mayor. Y gritó, gritó por primera vez en tanto silencio -La música de papá, no te la creas...! Se la inventa! Ana María Matute
 
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