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TEMA 3 Familia y Comuni n, Esperanza Cristiana Lectura b blica. 2 Cor. 5, 14-21: El amor de Cristo nos urge al darnos cuenta de que si l muri por ... – PowerPoint PPT presentation

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Title: Diapositiva 1


1
(No Transcript)
2
3ª. Semana de la Familia
3
INTRODUCCIÓN
  • El cuidado de los valores de la familia cristiana
    es una tarea ineludible para todos los que
    formamos parte de la iglesia. Decimos que la
    familia cristiana es aquella en donde se le da
    prioridad a la comunicación entre padres e hijos
    de los contenidos de las virtudes teologales.
  • Sabemos que la familia cristiana en nuestro
    tiempo está atravesando un momento que le hace
    muy vulnerable. Es una realidad amenazada de una
    progresiva disolución. La disolución, consciente
    o inconsciente, de los valores a los que la
    familia cristiana sirve, sería muy lamentable en
    todos los sentidos.
  • Conviene tomar conciencia de un contraste. No es
    lo mismo una sociedad (o un grupo social en
    particular) atento al ejercicio de los valores
    tradicionales de la vida familiar que una
    sociedad (o unos grupos sociales) donde se haya
    producido su pérdida. En la familia cristiana
    mantienen su vigencia las creencias, las
    esperanzas y las predilecciones afectivas que se
    derivan del Evangelio. En la sociedad que resulta
    de su abandono (más o menos culpable) lo que
    aparece como característico es una síntesis de
    increencias, de desesperanzas y de enemistades.

4
Para cerrarle el paso a esta situación, que es lo
que va ganando terreno en nuestra sociedad,
conviene subrayar lo que es propio de la familia
cristiana apelando a tres nociones para expresar
el gozo de una grata convivencia, -jardín, vivero
y huerto. La familia cristiana ha de responder a
la imagen de un jardín florido, de un vivero
selecto de semillas y tallos y de un huerto
cerrado, cargado de sabrosos frutos. Estas tres
imágenes quedan referidas poéticamente a las tres
virtudes teologales el jardín de flores a la fe
el vivero o semillero a la esperanza y el huerto
de frutos a la caridad. La familia se concibe
como el lugar más adecuado para la vivencia de
cuanto conduce a las más firmes convicciones, a
las más fundadas esperanzas y a las más amables
experiencias. Las flores del jardín, que cada
familia cristiana debe conservar, son las
creencias. Las semillas del vivero, que mejor
deberían desarrollarse, son las esperanzas. Los
frutos del huerto, que habrán de ofrecerse a
todos los hombres, son los servicios y
sacrificios, que vienen del ejercicio de la
caridad.
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1. - El jardín
6
  • El jardín familiar tiene la belleza que le
    otorgan los colores vivos de aquello en lo que se
    cree, que no es el conocimiento derivado de la
    experiencia sensible de las cosas del mundo. Lo
    que se cree en la familia cristiana es cuanto
    forma parte de la sabiduría acerca de lo
    esencial, -de lo único importante y necesario.
    Las creencias con las que un hombre joven se va
    encontrando conforme él mismo crece entre sus
    hermanos son, exactamente, aquellas verdades que
    se proclaman en la profesión católica de fe, en
    el Credo. 
  • La familia cristiana, debe transmitir estas cinco
    creencias del todo substanciales
  • 1) La creencia en la Creación del mundo, visible
    e invisible
  • 2) La creencia en la Palabra de Dios Padre
  • 3) La creencia en la Encarnación del Hijo
  • 4) La creencia en la resurrección de Cristo y
  • 5) La creencia en la Segunda Venida de Jesús,
    juez de vivos y muertos. Son las flores de un
    bello jardín, en nada parecido a un pagano jardín
    de delicias terrenales, el Edén. Lo simbolizado
    es la Gloria, el Reino de los Cielos y, en
    definitiva, el esplendor de la Verdad.

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2. - El vivero
El vivero de la vida en familia contiene la
bondad que se deriva de la calidad de las
semillas en sus tierras arraigadas. Es la
capacidad de crecimiento lo que les hace fuertes
y resistentes a la adversidad. Como el jardín de
flores, el vivero de semillas tiene que
permanecer debidamente acotado, cerrado e incluso
resellado, hasta que se alcance el tiempo de la
maduración. La esperanza cara al futuro de cada
siembra (o de cada plantación) depende del
preciso contenido de cuanto se espera. La familia
cristiana espera aquello que en la oración
dominical del Padre Nuestro se recoge como
concretas esperanzas o deseos. El Padre Nuestro
describe el Bien, cuando precisa cuales son las
esperanzas tuteladas por la familia
auténticamente cristiana, objeto de una oración
suplicante.
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  • La súplica de dones comienza
  • en la esperanza en la Gloria del Padre, cuyo
    Santo Nombre habrá de ser en la familia del todo
    santificado.
  • Prosigue en la esperanza del Reino de los
    Cielos y en la esperanza de la Tierra prometida,
    como posibles moradas de la paz.
  • Se va cerrando la súplica en lo más inmediato,
    en la esperanza en la Providencia para la
    necesidad de cada día,
  • en la esperanza en el Perdón de los pecados,
  • en la esperanza en la Salvación,
  • que se vincula a la victoria sobre la gran
    tentación y, finalmente, en la esperanza de la
    liberación del Mal, que sería la desesperanza
    radical.
  • Las siete peticiones del Padre Nuestro forman un
    haz (o una gavilla) de tallos tiernos que la
    familia debe cuidar con suma atención para hacer
    posible que se conviertan en árboles vigorosos.

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3.- El huerto
  • El huerto como imagen familiar cristiana retiene
    el valor (o la riqueza) que se desprende del
    sabor de sus frutos. La familia cristiana es
    huerto cerrado, además de haber sido un jardín
    florido y de estar siendo un vivero de semillas
    selectas. Lo que aporta es gozo, felicidad y
    buenaventura. Aquí, la referencia al calor se
    aplica al mismo fuego que le da vida. El huerto
    cerrado protege de las heladas, de los fríos y de
    las posibles congelaciones a la intemperie. En
    definitiva, la familia cristiana se convierte en
    abrigo (o en refugio) donde se vigoriza la
    apertura de las almas hacia el Amor fecundo.
  • Todas las comunidades cristianas atentas al
    ejercicio de la religiosidad, han querido
    disponer de un espacio para su propio huerto. Lo
    pretendido es la fácil alternancia del trabajo,
    del esparcimiento y de la oración. Lo sugerido es
    la bienaventuranza, (la vida beata o
    definitivamente feliz) entre quienes se aman.

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  • Las ocho Bienaventuranzas son el documento
    que contiene con total claridad las notas
    distintivas de los amigos de Dios, -es decir, de
    aquellos a quienes Dios ama de modo predilecto.
    La mayor de las gracias divinas está asociada en
    la familia cristiana al ejercicio de esas ocho
    notas. Son, en primera instancia, las
    preferencias por la pobreza, humildad y el dolor
    sobrevenido. Son en segunda instancia, las
    preferencias por la justicia, la misericordia y
    la pureza. Son, finalmente, las preferencias por
    los seres visionarios, sembradores y
    constructores de la paz y por los sufridores de
    persecución acaso por hacerse de hecho los
    discípulos fieles del Señor que es tan justo como
    santo.
  • En síntesis, la familia verdaderamente cristiana
    a los pacíficos que amamos la paz se nos dice en
    la séptima bienaventuranza que seremos llamados
    hijos de Dios- tiene su sentido más certero,
    sublime y profundo cuando muestra capacidad para
    la superación de las increencias, para la
    eliminación de las desesperanzas y para el
    destierro de las enemistades.

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La familia cristiana proclama el Credo, reza el
Padre Nuestro en comunidad y, en definitiva,
profundiza en las Bienaventuranzas. Esta es su
manera de ejercer las virtudes teologales y de
comunicar su contenido a las nuevas generaciones.
  • ESTOS SON LOS 4 TEMAS QUE COMPARTIREMOS
  • Familia y Esperanza Cristiana.
  • En la Familia se aprende la Esperanza Cristiana
  • Familia y Comunión, Esperanza Cristiana
  • María en la Familia, Estrella de la Esperanza
    Cristiana.
  • Hora Santa

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TEMA 1Familia y Esperanza Cristiana
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(No Transcript)
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(No Transcript)
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  • Lectura bíblica.
  • Efesios 2 11-13
  • Ustedes que nacieron de pueblos paganos,
    acuérdense. Los judíos, llamados circuncisos por
    estar marcados en su carne de mano de hombres,
    los llamaban a ustedes incircuncisos. En este
    tiempo estaban sin Mesías no tenían parte en el
    pueblo de Israel no les correspondían las
    alianzas de Dios ni sus promesas no tenían ni
    esperanza ni Dios en este mundo. Pero ahora, en
    Cristo Jesús y por su sangre, ustedes que estaban
    lejos, han venido a estar cerca.

16
Lectura de la Enseñanza de la Iglesia. Cuando
Dios se revela y llama al hombre, éste no puede
responder plenamente al amor divino por sus
propias fuerzas. Debe esperar que Dios le dé la
capacidad de devolverle el amor y de obrar
conforme a los mandamientos de la caridad. La
esperanza es aguardar confiadamente la bendición
divina y la bienaventurada visión de Dios es
también el temor de ofender el amor de Dios y de
provocar su castigo. El primer mandamiento se
refiere también a los pecados contra la
esperanza, que son la desesperación y la
presunción Por la desesperación, el hombre deja
de esperar de Dios su salvación personal, el
auxilio para llegar a ella o el perdón de sus
pecados. Hay dos clases de presunción O bien el
hombre presume de sus capacidades (esperando
salvarse sin la ayuda de lo alto), o bien presume
de la omnipotencia o de la misericordia divinas
(esperando obtener su perdón sin conversión y la
gloria si mérito). CIC 2090 -2092.
17
Reflexión. En qué consiste esta esperanza
que, en cuanto esperanza, es redención ? Pues
bien, el núcleo de la respuesta se da en el
pasaje de la Carta a los Efesios antes del
encuentro con Cristo, los Efesios estaban sin
esperanza, porque estaban en el mundo sin Dios
. Llegar a conocer a Dios, al Dios verdadero,
eso es lo que significa recibir esperanza. Para
nosotros, que vivimos desde siempre con el
concepto cristiano de Dios y nos hemos
acostumbrado a él, el tener esperanza, que
proviene del encuentro real con este Dios,
resulta ya casi imperceptible. El ejemplo de una
santa de nuestro tiempo puede en cierta medida
ayudarnos a entender lo que significa encontrar
por primera vez y realmente a este Dios. La
africana Josefina Bakhita, canonizada por el Papa
Juan Pablo II.
18
Diálogo. Si nacimos y crecimos en una familia
cristiana con valores y costumbres bien claros,
Por qué hemos dejado que el odio, la violencia
y la muerte, nos roben nuestra paz? Tenemos
heridas sin cicatrizar? Ofensas sin perdonar?
19
Compromiso.


Orar por la Paz en nuestro corazón, en nuestra
casa, en nuestra ciudad y en nuestra patria por
nuestras autoridades, la gente de buena voluntad
y la conversión total de aquellos que han puesto
una falsa esperanza a sus vidas lejos del amor de
Dios.
20
Reina de las familias Ruega por nosotros
21
  • Oración por la familia.
  • Padre, Tú que al enviarnos a tu Hijo hecho
    hombre, quisiste que formáramos parte de una
    familia humana, enseña a las familias las
    virtudes que resplandecieron en la casa de
    Nazaret. Ayuda a los padres de familia para que
    sean testigos de la fe entre sus hijos. Que su
    testimonio les haga conocer el rostro amoroso de
    Dios que por el Espíritu Santo nos has
    manifestado en Tu Hijo Jesús a través de tu
    Iglesia, Una, Santa, Católica y Apostólica. Que
    su palabra ayude a los hijos a conocer y vivir la
    fe cristiana y las virtudes que nos acercan a ti.
    Haz que las familias permanezcan unidas como Tú,
    Jesucristo tu hijo y el Espíritu Santo son Uno, y
    sean vivo testimonio de amor, de justicia y
    solidaridad que sean escuela de respeto, de
    perdón y de mutua ayuda que sean fuente de
    vocaciones al sacerdocio, a la vida consagrada y
    a las demás formas de intenso compromiso
    cristiano.
  • Enséñanos a amar a tu Madre, María, como la
    amaste Tú. Nuestra Señora de Guadalupe, Madre
    de Américaruega por nosotros!

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CANTO FINAL
23
TEMA 2En la Familia se aprende la Esperanza
Cristiana
24
(No Transcript)
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  • Lectura bíblica.
  • Rm 8,22-24
  •  
  • Sabemos que toda la creación sigue con sus
    gemidos y dolores de parto. Lo mismo nosotros,
    aunque se nos dio el Espíritu como un anticipo de
    lo que hemos de recibir, gemimos interiormente,
    anhelando el día en que Dios nos adopte y libere
    nuestro cuerpo. La salvación que se nos dio, la
    debemos esperar Cómo se podría esperar lo que
    se ve? Pues bien, esperar cosas que no vemos,
    significa tanto constancia como esperanza.

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  • Lectura de la Enseñanza de la Iglesia.
  • Cristo, el gran Profeta, que proclamó el Reino
    del Padre con el testimonio de su vida y con la
    fuerza de su palabra, realiza su función
    profética hasta la plena manifestación de su
    gloria. Lo hace no sólo a través de la jerarquía,
    que enseña en su nombre y con su poder, sino
    también por medio de sus laicos. El los hace sus
    testigos y les da el sentido de la fe y la gracia
    de la palabra (cf. Hech. 2,17-18 Ap. 19,10) para
    que la fuerza del Evangelio brille en la vida
    diaria, familiar y social. Ellos se muestran
    hijos de la promesa cuando, fuertes en la fe y en
    la esperanza, aprovechan el presente (cf. Ef.
    5,16 Col 4,5) y esperan con paciencia la gloria
    futura (cf. Rom. 8,25). Pero no pueden esconder
    esta esperanza simplemente dentro de sí LG 35.

27
Reflexión. Sabemos que las virtudes
teologales son justamente esto, la manera
propiamente cristiana de relacionarnos con Dios.
Por esto son también la espina dorsal que
mantiene unida y de pie la familia aunque falten
muchas otras realidades. Y al revés, incluso en
las mejores condiciones externas la familia
cristiana no sobrevivirá sin la fe, la esperanza
y la caridad. Las virtudes teologales de la fe,
la esperanza y la caridad son un don que todos
los cristianos recibimos con el bautismo, a modo
de semilla, que se debe educar y cultivar,
especialmente en los primeros años, para que
desarrolle toda su fuerza y dé fruto. Allí entra
la labor que busca fomentar el crecimiento de las
virtudes teologales en el fecundo terreno de la
familia.
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A) La vida de esperanza El Santo Padre Benedicto
XVI nos recordaba en su segunda encíclica Spe
salvi que sin esperanza no podemos afrontar el
presente ni vivir con serenidad de cara al futuro
(cf. N. 1). La esperanza cristiana nos pone en
camino hacia nuestra meta suprema, Dios, en medio
de las dificultades de la vida presente. La
familia también es el lugar espontáneo donde se
aprende a vivir la esperanza. En la historia de
una familia no faltan pequeñas o grandes
dificultades que requieren de los padres una
actitud de fundamental confianza en Dios, de
optimismo de frente a la vida, de alegría en
medio de la tribulación. Cuando el niño ve que
sus padres viven de este modo las pruebas que el
Señor quiera mandarles, cuando se da cuenta de
que existe una actitud fundamental de confianza,
de abandono, de esperanza en las promesas
divinas, entonces ellos mismos, sin percibirlo,
irán impregnando su misma psicología de una
actitud de serenidad, de responsabilidad, de
optimismo y de esfuerzo para superarse que van
ligadas a la esperanza cristiana. Es también esta
virtud la que abre a la persona a las realidades
últimas de la vida y la que le enseña el valor
del tiempo de cara a la eternidad.
29
Muchas familias proyectan sus esperanzas de
superación en sus propios hijos y están
dispuestos a asumir grandes sacrificios para que
sus hijos tengan lo mejor, puedan aprender y
estudiar. Es una alegría especial ver que las
familias de escasos recursos ponen allí los
fundamentos sólidos para realizar los deseos de
superación y las esperanzas de un futuro mejor
para toda la familia o incluso todo un
barrio. Como medio concreto para vivir la
esperanza, como para la fe, está en primer lugar
la oración, a quien Santo Tomás llamaba la
Interpretativa spei, la intérprete de la
esperanza (S. Th. II-II, 17, 4). La familia que
ora aumenta la calidad de su esperanza
30
Diálogo. Este clima de tanta violencia e
inseguridad social que lamentablemente sufrimos
no estará afectando la confianza en Dios de
nuestras familias? Cuántos jóvenes no se verán
atraídos por la tentación del mal al no ver en
sus padres una firme CONFIANZA EN DIOS?
Rezamos juntos?
31
Compromiso.


Si conocemos a alguien que haya sido víctima de
cualquier tipo de injusticia buscaremos la forma
de llevarle ESPERANZA/REDENCIÓN. Rezaremos por
ellos y por nosotros para que el Señor nos guarde
de todo mal.
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Reina de las familias Ruega por nosotros
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  • Oración por la familia.
  • Padre, Tú que al enviarnos a tu Hijo hecho
    hombre, quisiste que formáramos parte de una
    familia humana, enseña a las familias las
    virtudes que resplandecieron en la casa de
    Nazaret. Ayuda a los padres de familia para que
    sean testigos de la fe entre sus hijos. Que su
    testimonio les haga conocer el rostro amoroso de
    Dios que por el Espíritu Santo nos has
    manifestado en Tu Hijo Jesús a través de tu
    Iglesia, Una, Santa, Católica y Apostólica. Que
    su palabra ayude a los hijos a conocer y vivir la
    fe cristiana y las virtudes que nos acercan a ti.
    Haz que las familias permanezcan unidas como Tú,
    Jesucristo tu hijo y el Espíritu Santo son Uno, y
    sean vivo testimonio de amor, de justicia y
    solidaridad que sean escuela de respeto, de
    perdón y de mutua ayuda que sean fuente de
    vocaciones al sacerdocio, a la vida consagrada y
    a las demás formas de intenso compromiso
    cristiano.
  • Enséñanos a amar a tu Madre, María, como la
    amaste Tú. Nuestra Señora de Guadalupe, Madre
    de Américaruega por nosotros!

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TEMA 3Familia y Comunión, Esperanza Cristiana
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(No Transcript)
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  • Lectura bíblica.
  • 2 Cor. 5, 14-21
  •  
  • El amor de Cristo nos urge al darnos cuenta de
    que si él murió por todos, todos entonces han
    muerto. El murió por todos, a fin de los que
    viven no vivan ya para sí mismos, sino para él,
    que por ellos murió y resucitó. De suerte que
    nosotros desde ahora no miramos a nadie con
    criterio humanos incluso a Cristo, si antes lo
    conocimos personalmente, debemos mirarlo ahora de
    otra manera. Por esa misma razón, el que está en
    Cristo es una criatura nueva. Para él lo antiguo
    ya ha pasado un mundo nuevo ha llegado. Todo eso
    es la obra de Dios, que se reconcilió con
    nosotros en Cristo, y que a mí me encargó la obra
    de la reconciliación (.) El no cometió pecado,
    pero Dios quiso que cargara con nuestro pecado
    para que nosotros, en él, participáramos de la
    santidad de Dios.

37
  • Lectura de la Enseñanza de la Iglesia.
  • La familia es el lugar privilegiado para la
    educación y el ejercicio de la vida fraterna, de
    la caridad y de la solidaridad, cuyas expresiones
    son múltiples. En las relaciones familiares se
    debe tomar con interés, acoger y respetar a los
    demás, los cuales han de poder encontrar el lugar
    que les corresponde en nuestro corazón. La vida
    en común es, además, una invitación a compartir,
    que permite salir del egoísmo. Aprendiendo a
    compartir y a darse se descubre la alegría
    inmensa que proporciona la comunión de bienes.
    Los padres, con delicadeza, tendrán buen cuidado
    de despertar en los hijos, mediante el ejemplo y
    las enseñanzas, el sentido de la solidaridad.
    Desde la infancia, cada uno está llamado, a hacer
    la experiencia de lo que significa la privación
    (), para forjar así su carácter y dominar sus
    instintos, en particular el de la posesión
    exclusiva para uno mismo. Lo que se aprende en la
    vida de familia permanece luego durante toda la
    existencia (Juan Pablo II Mensaje Cuaresmal,
    3-9-1993)
  •  

38
Reflexión. La familia en comunión de esperanza
es una tarea de todos. Consideramos que la
belleza intima de la familia le viene, ante todo,
de ser obra de Dios los creó varón y mujer...,
llamándolos a la comunión del amor y a manifestar
en su ser la imagen viva de la Trinidad. En este
inefable misterio, la familia encuentra la gracia
y la inspiración necesarias para vivir la
comunión,  en la que podemos vislumbrar la
inmensidad del amor de Dios que alegra y
plenifica el corazón del hombre. La familia se
funda en el matrimonio, elevado también por
Cristo a la dignidad de sacramento, constituido
por la unión estable, perdurable, entre un varón
y una mujer que comparten un proyecto común
abierto a la comunicación de la vida.  Por eso no
se la puede equiparar a ningún otro tipo de
unión. Esa familia merece el título de santuario
de la vida. La vida humana, realidad preciosa y
sagrada, debe ser respetada desde su concepción
hasta su fin natural.
39
La familia tiene por vocación original ser
escuela de humanidad, de sociabilidad y de amor.
En su seno se debe reconocer la propia dignidad,
se debe aprender a convivir y a descubrir la
maravilla del amor. La familia se convierte así
en  remedio por excelencia para superar los
efectos nocivos del desamparo y del abandono, con
trágicas consecuencias de violencia, delincuencia
y adicciones, que sufren especialmente  los
jóvenes. Muchas veces  el desamparo y aún el
abandono se deben  a las condiciones de extrema
pobreza e incluso de miseria que aquejan a tantos
grupos familiares y a tantos ciudadanos en
nuestra Patria. Desde la experiencia de Dios
que nos anima a esperar, podemos renovar la
familia. El encuentro con el rostro de Cristo
vivo en el que brilla la feliz noticia de la
misericordia del Padre, abre nuestros corazones 
a la comunión, la misión y la solidaridad.
40
El Papa Juan Pablo II nos invita a rezar en
familia. La familia que reza unida  permanece
unida y reproduce el clima de la casa de
Nazareth Jesús está en el centro, se comparten
con él alegrías y dolores, se ponen en sus manos
las necesidades y proyectos, se obtienen de él la
esperanza y la fuerza para el camino. Esa oración
alcanza su culmen cuando la familia participa de
la Misa del domingo. Anhelamos también que en el
amor manifestado en la cruz, las familias heridas
por el dolor o  por cualquier clase de rupturas
puedan transfigurar sus situaciones y renovar la
esperanza. Agradecemos a tantas familias de
nuestra Patria por su testimonio silencioso de
alegría y fidelidad al don de Dios, y las
alentamos a no decaer en la tarea de hacer de
cada hogar una escuela de comunión, solidaridad y
santidad, en un sólida esperanza cristiana.
41
Diálogo. Qué crees que nos diga Jesucristo,
si llegamos a su presencia LOS UNOS SINO LOS
OTROS? Si no hay nadie tan prójimo como los que
viven en la misma casa y forman una misma familia
por qué resulta tan difícil dedicarnos a
mostrarnos que sí nos queremos?.
42
Compromiso.


Voy a decirles con mis mejores palabras cuánto
los amo y lo firmaré con mi comportamiento hacia
ellos.
43
Reina de las familias Ruega por nosotros
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  • Oración por la familia.
  • Padre, Tú que al enviarnos a tu Hijo hecho
    hombre, quisiste que formáramos parte de una
    familia humana, enseña a las familias las
    virtudes que resplandecieron en la casa de
    Nazaret. Ayuda a los padres de familia para que
    sean testigos de la fe entre sus hijos. Que su
    testimonio les haga conocer el rostro amoroso de
    Dios que por el Espíritu Santo nos has
    manifestado en Tu Hijo Jesús a través de tu
    Iglesia, Una, Santa, Católica y Apostólica. Que
    su palabra ayude a los hijos a conocer y vivir la
    fe cristiana y las virtudes que nos acercan a ti.
    Haz que las familias permanezcan unidas como Tú,
    Jesucristo tu hijo y el Espíritu Santo son Uno, y
    sean vivo testimonio de amor, de justicia y
    solidaridad que sean escuela de respeto, de
    perdón y de mutua ayuda que sean fuente de
    vocaciones al sacerdocio, a la vida consagrada y
    a las demás formas de intenso compromiso
    cristiano.
  • Enséñanos a amar a tu Madre, María, como la
    amaste Tú. Nuestra Señora de Guadalupe, Madre
    de Américaruega por nosotros!

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TEMA 4María en la Familia Estrella de la
Esperanza Cristiana
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(No Transcript)
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  • Lectura bíblica.
  • Lc 2, 41-52
  • Los padres de Jesús iban todos los años a
    Jerusalén para la fiesta de la Pascua y, cuando
    cumplió doce años, fue también con ellos para
    cumplir con este precepto. Al terminar los días
    de la Fiesta, mientras ellos regresaban, el niño
    Jesús se quedó en Jerusalén sin que sus padres lo
    notaran. Creyendo que se hallaba en el grupo de
    los que partían, caminaron todo un día y, después
    se pusieron a buscarlo entre todos sus parientes
    y conocidos. Pero, como no lo hallaron,
    prosiguiendo su búsqueda, volvieron a Jerusalén.
  • Después de tres días lo hallaron en el Templo,
    sentado en medio de los maestros de la ley,
    escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los
    que lo oían quedaban asombrados de su
    inteligencia y de sus respuestas. Al encontrarlo,
    se emocionaron mucho y su Madre le dijo Hijo,
    por qué te has portado así? Tu padre y yo te
    buscábamos muy preocupados. El les contestó Y
    por qué me buscaban? No saben que tengo que
    estar donde mi padre?
  • Pero ellos no comprendieron lo que les acababa de
    decir. Volvió con ellos a Nazaret, donde vivió
    obedeciéndoles. Su madre guardaba fielmente en su
    corazón todos estos recuerdos.
  • Mientras tanto, Jesús crecía en sabiduría, en
    edad y en gracia tanto para Dios como para los
    hombres.

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  • Lectura de la Enseñanza de la Iglesia.
  • Dado lo que ahora experimentamos de vida social y
    familiar en la fe, surge la pregunta No hemos
    recaído quizás en el individualismo de la
    salvación? En la esperanza sólo para mí que
    además, precisamente por eso, no es una esperanza
    verdadera porque olvida y descuida a los demás?
    No. La relación con Dios se establece a través de
    la comunión con Jesús, pues solos y únicamente
    con nuestras fuerzas no la podemos alcanzar. En
    cambio, la relación con Jesús es una relación con
    Aquel que se entregó a sí mismo en rescate por
    todos nosotros (cf. 1 Tm 2,6). Estar en comunión
    con Jesucristo nos hace participar en su ser
    para todos , hace que éste sea nuestro modo de
    ser. Nos compromete en favor de los demás, pero
    sólo estando en comunión con Él podemos realmente
    llegar a ser para los demás, para todos. En este
    contexto citamos al gran doctor griego de la
    Iglesia, San Máximo el Confesor ( 662), el cual
    exhorta primero a no anteponer nada al
    conocimiento y al amor de Dios, pero pasa
    enseguida a aplicaciones muy prácticas Quien
    ama a Dios no puede guardar para sí el dinero,
    sino que lo reparte según Dios'' ..., a
    imitación de Dios, sin discriminación alguna
    19.

49
Del amor a Dios se deriva la participación en la
justicia y en la bondad de Dios hacia los otros
amar a Dios requiere la libertad interior
respecto a todo lo que se posee y todas las cosas
materiales el amor de Dios se manifiesta en la
responsabilidad por el otro20. En la vida de
San Agustín podemos observar de modo conmovedor
la misma relación entre amor de Dios y
responsabilidad para con los hombres. Tras su
conversión a la fe cristiana quiso, junto con
algunos amigos de ideas afines, llevar una vida
que estuviera dedicada totalmente a la palabra de
Dios y a las cosas eternas. Quiso realizar con
valores cristianos el ideal de la vida
contemplativa descrito en la gran filosofía
griega, eligiendo de este modo la mejor parte
(Lc 10,42). Pero las cosas fueron de otra manera.
Mientras participaba en la Misa dominical, en la
ciudad portuaria de Hipona, fue llamado aparte
por el Obispo, fuera de la muchedumbre, y
obligado a dejarse ordenar para ejercer el
ministerio sacerdotal en aquella ciudad.
Fijándose retrospectivamente en aquel momento,
escribe en sus Confesiones Aterrado por mis
pecados y por el peso enorme de mis miserias,
había meditado en mi corazón y decidido huir a la
soledad. Mas tú me lo prohibiste y me
tranquilizaste, diciendo "Cristo murió por
todos, para que los que viven ya no vivan para
sí, sino para él que murió por ellos" (cf. 2 Co
5,15) 21. Cristo murió por todos. Vivir para
Él significa dejarse moldear en su ser-para .(
SPE SALVI 28).
50
  • Lectura de la Enseñanza de la Iglesia.
  • La figura de María, nada relevante en la
    narración evangélica y, sin embargo, suficiente
    para mostrar el rostro de una mujer de su tiempo
    y de su cultura, ha sido contemplada por la
    tradición eclesial desde una perspectiva con
    acento, sobre todo devocional, afirmando
    constantemente el carácter sublime y
    extraordinario de sus privilegios () Lo
    acontecido en la persona de María es una
    anticipación paradigmática de lo que Dios desea
    realizar en cada ser humano. En todos existe una
    realidad simbólica capaz de reflejar la armonía
    de lo divino con lo humano y de superar el
    desgarro personal que supone la condición
    sometida a las vicisitudes en las que nos sitúa
    la libertad con la que el creador mismo ha
    querido enriquecernos. La energía misteriosa que
    irrumpe en el principio de la historia de la
    humanidad, llevándola al sometimiento del pecado
    en todas sus manifestaciones (odio, violencia,
    enemistad.) no logran cambiar el destino final
    que nos aguarda. El paradigma de la realidad
    simbólica de María como prototipo de la gracia y
    de la salvación se realiza dentro de una casa,
    poniendo Dios mismo su tienda entre nosotros, por
    medio de Jesucristo, su Palabra Encarnada en el
    seno de esta mujer concreta. María de Nazaret.
    (Cfr. Nuevo diccionario de Pastoral págs.
    858-871)

51
Reflexión. La Virgen María, desde las
primeras páginas del Evangelio, vive de la fe y
la esperanza. Conociendo el corazón de esta
persona maravillosa, María, se puede entender lo
que es la esperanza. Cuando el ángel Gabriel le
manifestó a María que de su vientre virginal iba
a nacer el Salvador, sin concurso de varón, ella
no entendía cómo podría ser eso pero creyó
fielmente y aceptó la voluntad de Dios. Cuando
el niño Jesús nació, llegaron los pastorcitos y
Reyes Magos a adorarlo. María sabía que su hijo
era, simplemente, un niño pobre, envuelto en
pañales, acostado en un pesebre y quien no tenía
ninguna pinta de rey ni de Mesías. Según las
evidencias humanas, era un niño normal y nadie
podía ver nada diferente en ese momento en aquel
hermoso niño, sólo María, porque creyó que era el
Mesías.
52
En la etapa de su vida pública, Cristo hacía
curaciones y milagros pero también se cansaba,
se fatigaba y se entristecía mucho cuando lo
atacaban con calumnias e infamias. No todo el
mundo andaba detrás de Jesús, sino que algunos lo
llamaban loco y hasta Belcebú (príncipe de las
tinieblas) y tramaban su muerte. Desde el punto
de vista humano, María veía el mismo hombre de
siempre su hijo pobre con todo el aspecto de un
carpintero. Pero ella creyó que Cristo, en
verdad, era el Mesías, aunque no lo viera
así. Cuando Jesús murió, su cuerpo lo
envolvieron y lo embalsamaron para ponerlo en un
sepulcro. Imagínese lo que pensó y sintió María
en su corazón en esos momentos! María experimentó
el inmenso dolor de tener en sus brazos a su hijo
muerto. Ella estaba viendo esa evidencia física,
pero Acaso era eso lo que ella estaba pensando
en esos momentos? Pensamos que María creyó
plenamente en el poder de Dios Padre, que hizo
que el Verbo se hiciera carne en su vientre
virginal creyó en el poder de un Dios que creó
todo de la nada creyó que su hijo muerto iba a
resucitar al tercer día, según las promesas
Bíblicas y según lo que Él mismo dijo. Esa
creencia es fruto de la virtud de la esperanza
que proviene del poder de Dios y no se basa en
puras situaciones humanas.
53
En la medida en que tu fe aumente, tu esperanza
se activa y Dios hará una obra impresionante a
través tuyo. Recordemos que con la protección e
intercesión de María lograremos como familias
cosas grandes.
54
Diálogo. El amor maternal dicen que es el más
grande que puede existir, aunque el amor de los
esposos fue elevado por Jesucristo a la dignidad
sacramental, de ser signo del amor de Dios, en
Cristo, a la humanidad entera en la
Iglesia. Cuál es tu opinión? En María
Santísima busquemos ejemplo, consuelo e
intercesión porque grande y trascendental es la
misión familiar.
55
Compromiso.


Que nuestra familia sea lo que es. Que la
familia de Jesús, María y José sean nuestro
modelo de dedicación total y de amor familiar.
Con la firme convicción que Dios de ante mano
conocía todas las adversidades por las que
deberíamos atravesar y por eso nos diseñó con su
gracia para superarlas todas con su amor y bajo
la protección de María, la Madre de nuestro
Redentor.
56
Reina de las familias Ruega por nosotros
57
  • Oración por la familia.
  • Padre, Tú que al enviarnos a tu Hijo hecho
    hombre, quisiste que formáramos parte de una
    familia humana, enseña a las familias las
    virtudes que resplandecieron en la casa de
    Nazaret. Ayuda a los padres de familia para que
    sean testigos de la fe entre sus hijos. Que su
    testimonio les haga conocer el rostro amoroso de
    Dios que por el Espíritu Santo nos has
    manifestado en Tu Hijo Jesús a través de tu
    Iglesia, Una, Santa, Católica y Apostólica. Que
    su palabra ayude a los hijos a conocer y vivir la
    fe cristiana y las virtudes que nos acercan a ti.
    Haz que las familias permanezcan unidas como Tú,
    Jesucristo tu hijo y el Espíritu Santo son Uno, y
    sean vivo testimonio de amor, de justicia y
    solidaridad que sean escuela de respeto, de
    perdón y de mutua ayuda que sean fuente de
    vocaciones al sacerdocio, a la vida consagrada y
    a las demás formas de intenso compromiso
    cristiano.
  • Enséñanos a amar a tu Madre, María, como la
    amaste Tú. Nuestra Señora de Guadalupe, Madre
    de Américaruega por nosotros!

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HORA SANTA 3ª Semana de la familia 2009 Familia
Despierta a la Esperanza
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