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La virtud perfecci

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Title: La virtud, perfecci n moral del hombre Author: Centro de Computos Last modified by: Valued Sony Customer Created Date: 12/4/2000 1:07:00 PM – PowerPoint PPT presentation

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Title: La virtud perfecci


1
La virtud perfección moral del hombre
  • Extracto del capítulo VII del
  • Manual de Moral Fundamental, de
  • Jorge A. Palma

P. Juan María Gallardo
2
Introducción
  • Las virtudes son perfección de la libertad pues
    aumentan la capacidad o la energía para obrar el
    bien.
  • El camino cierto para alcanzar la
    bienaventuranza es la virtud, enseña Sto. Tomás.
  • Estudiarlas es imprescindible para entender u
    orientar la conducta del hombre.
  • Al hablar de la virtud nos enfrentamos con un
    aspecto del obrar humano que se refiere al modo
    en que el hombre crece y se perfecciona -se
    libera de toda esclavitud-.

3
Enseñanzas de la Sagrada Escritura
  • En el A.T. encontramos muchas figuras virtuosas
    modos de obrar del hombre justo. (Majestad, fe,
    esperanza, simplicidad, sabiduría, paciencia,
    penitencia, obediencia, misericordia, prudencia,
    agradecimiento, perseverancia, fortaleza,
    humildad, temor de Dios, amor al prójimo, etc.).
  • El cristianismo incorpora nuevas virtudes como la
    castidad, la modestia, la mansedumbre, el amor a
    la Cruz, la docilidad, la esperanza.
  • San Pablo menciona elencos de vicios que
    contrapone a las virtudes que hay que practicar.

4
Encontramos hasta 15 catálogos de pecados
  • Rom. 1, 29-31
  • 1 Cor. 5, 10-11 6, 9-10
  • 2 Cor. 12, 20-21
  • Gal. 5, 19-21
  • Ef. 4, 31 5, 3-5
  • Fil. 4, 8-9
  • 1 Tim 1, 9-10 4, 12 6, 9-11
  • 2 Tim. 3, 2-5
  • Tit. 3,3.
  • Dos de estos recogen las virtudes contrarias
  • Gal. 5, 19-21
  • Ef. 4, 31.
  • No son una enumeración exhaustiva, pues se trata
    de cartas a diversas comunidades con situaciones
    concretas.

5
Las virtudes en la Patrística
  • S. Basilio ( 379) predica sobre la caridad, la
    mansedumbre, la paciencia, la fe, la esperanza,
    la humildad...
  • S. Ambrosio (397) muestra las virtudes en los
    grandes personajes bíblicos en De Officis. Temas
    como la modestia, la paciencia, las 4 virtudes
    cardinales, lo honradez, la justicia, la
    generosidad.
  • S. Agustín (354-430), la idea central de su
    teología moral es el amor. Considera las 4
    virtudes desde la caridad.
  • S Gregorio Magno (540-604)...

6
Reflexión teológica
  • En la Teología Medieval
  • Pedro Lombardo (1160) estudia las virtudes en N.
    S. Jesucristo.
  • Sto. Tomás, S. Alberto Magno y S. Buenaventura
    estudian las virtudes tal como fueron presentadas
    y practicadas por el Verbo.
  • Se han contabilizado 153 virtudes que merecen la
    atención de Sto. Tomás.
  • En el pensamiento actual
  • Dos son los modos de presentar los contenidos de
    la moral católica con el esquema de los 10
    Mandamientos (S. Alfonso) o a partir de las
    virtudes (Sto. Tomás).
  • La noción de virtud tiende HOY a recuperar su
    importancia pues ayuda a la exigencia personal y
    a encontrar la felicidad.

7
Los hábitos
  • Noción
  • Es una cualidad estable de las potencias del
    hombre (es una cualidad de un ser libre. Los
    animales no tienen hábitos.)
  • que las dispone e inclina (lo propio del hábito
    es disponer o inclinar la potencia a una
    operación. Veremos que no todos lo hacen de igual
    manera)
  • a obrar en un sentido.
  • Todo hábito se relaciona con el paso de la
    potencia al acto.
  • Son una cualidad estable, difícilmente removible.
    Es una inclinación permanente no casual o
    esporádica.

8
División de los hábitos
  • Pueden ser ENTITATIVOS (como la salud, la gracia)
    u OPERATIVOS (radican en las potencias).
  • Los operativos se dividen
  • 1) Según su origen
  • NATURALES Inclinación arraigada en la naturaleza
    que no se ha cultivado.
  • ADQUIRIDAS Fruto del ejercicio de la libertad
    (voluntad).
  • GRATUITOS, INFUSOS O SOBRENATURALES Concedidos
    por Dios
  • 2) Según su influjo sobre la libertad
  • Negativos (Vicios)
  • Positivos o hábitos buenos (Virtudes y dones)

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Sujeto de los hábitos
  • El sujeto de los hábitos es la persona, a través
    de las potencias por las que obra libremente, es
    decir la inteligencia y la voluntad, con el
    concurso de las pasiones.
  • No es justa la voluntad, sino el hombre.

10
Crecimiento de los hábitos
  • El modo en que nacen y se desarrollan los hábitos
    operativos se puede resumir en dos puntos.
  • 1. Todo hombre recibe con su naturaleza una
    inclinación natural de su inteligencia a la
    verdad y de la voluntad al bien, que llamamos
    hábitos de los primeros principios y semina
    virtutum.
  • (El hombre luchará contra el fomes peccati).
  • 2. Tanto las virtudes adquiridas como los vicios
    se consiguen y aumentan por la reiteración de
    actos conviene resaltar que importa no sólo el
    número, sino la intensidad.
  • (El hombre, al actuar, opta por lo bueno o lo
    malo).

11
Disminución de los hábitos
  • Los hábitos naturales se debilitan por los actos
    que los contrarían.
  • Los hábitos sobrenaturales se reciben y se
    pierden con la recepción o pérdida de la gracia.
  • Los hábitos adquiridos disminuyen e incluso se
    corrompen por la realización de actos contrarios
    o por su no ejercicio.
  • Para que el hábito se corrompa el acto ha de ser
    de una intensidad suficiente para borrarlo o una
    repetición continuada de actos menos intensos.
  • El no ejercicio debilita y aun corrompe a los
    hábitos.

12
Noción de virtud
  • Son hábitos operativos buenos.
  • Virtus fuerza, energía, que orienta las
    potencias a obrar en forma adecuada a la
    consecución de su fin.
  • Es la disposición de lo perfecto para lo mejor,
    Aristóteles, Phys. VII, c. 3.
  • Es la que hace bueno al que la tiene y hace
    buenas sus obras, Aristóteles, Ethic., cc. 5 y
    6.
  • Es una buena cualidad del alma, por la que el
    hombre vive rectamente, de la cual nadie usa mal
    (producida por Dios en nosotros sin intervención
    nuestra). Define, sobre todo, a las virtudes
    infusas.

13
  • Buena cualidad, es un hábito operativo,
    especificado por su bondad.
  • del alma (parte superior del hombre) esta
    cualidad puede encontrarse en los racionales, ya
    que la virtud perfecciona el obrar libre
  • por la que el hombre vive rectamente y nadie usa
    mal, una propiedad exclusiva de las virtudes
    morales (con excepción de la sabiduría y de la
    prudencia, las intelectuales pueden usarse mal).
  • que Dios obra en nosotros y sin nosotros, se
    refiere exclusivamente a las virtudes infusas, y
    se entiende sin menoscabo de la necesaria
    cooperación de la libertad.

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  • Triplicidad constitutiva
  • Toda virtud moral está integrada
  • por un creciente conocimiento (inteligencia),
  • amor del bien (voluntad)
  • y por un mayor orden en las pasiones (apetito
    sensible).
  • La virtud no puede confundirse con el
    acostumbramiento es perfección de la libertad.
  • La costumbre no se confunde con la virtud esta
    supone un íntimo crecer en el conocimiento y amor
    del bien.
  • Un hombre se dice virtuoso cuando obra de modo
    inteligente y vigoroso, con audacia, coraje, sin
    retrasos inútiles, con amplitud de miras y esto
    con simplicidad y espontaneidad, sin
    ostentaciones, como algo natural, porque él es
    así.

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  • Unos entienden por virtud
  • el acostumbramiento o sometimiento a unas reglas
    más o menos formalistas y mecánicas.
  • Una virtud doblegada bajo el sometimiento del
    aburrimiento
  • Toda virtud es crecimiento en libertad, y depende
    del despliegue de las fuerzas del alma a través
    no sólo del empeño ascético personal, sino de la
    oración y los sacramentos la aceptación de las
    pruebas, y de las mismas derrotas, a menudo más
    importantes que las victorias.

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División de las virtudes
  • A) Por su origen
  • 1. Naturales o adquiridas (humanas)
  • Virtudes intelectuales 1. El hábito de los
    primeros principios. 2. La sabiduría.
    3. La ciencia. 4. La prudencia.
  • 5. Las
    artes.
  • Virtudes morales 1. La prudencia, 2. La
    justicia y la solidaridad. 3. La
    fortaleza. 4. La templanza. 5. La
    laboriosidad. 6. La penitencia
  • 2. Sobrenaturales (infusas) Fe, esperanza y
    caridad
  • B) Por su objeto o bien al que dispone

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Virtudes naturales o adquiridas (humanas)
  • Las virtudes naturales están depositadas
    incoativamente por el Creador en la misma
    naturaleza humana, a modo de semilla, y cada
    individuo las desarrolla con sus actos.
  • Distinguimos
  • las intelectuales que perfeccionan al hombre en
    cuanto al conocimiento de la verdad, ya sea
    especulativa, ya sea práctica.
  • Las morales que perfeccionan al hombre para
    obrar rectamente respecto a la elección del bien.

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Virtudes intelectuales
  • Potencian la inteligencia humana para conocer el
    orden creado, y con ello, la manera adecuada de
    moverse dentro de él, facilitando que el hombre
    logre valorar acertadamente los varios fines que
    se propone y, mediante su prosecución, pueda
    unirse a Dios, que es su último fin.
  • El entendimiento especulativo es perfeccionado
    por la sabiduría el intelecto práctico, por la
    prudencia y el arte.
  • Cada una de las virtudes se especifica y
    diferencia de las demás en razón de su objeto.

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El hábito de los primeros principios
  • Es el hábito que perfecciona la inteligencia en
    el conocimiento de los primeros principios de lo
    real, de suyo evidentes.
  • Los primeros principios NO SON unas ideas innatas
    o unos postulados más o menos convencionales, de
    los que deducimos el modo de ser de la realidad.
  • SON una luz intelectual, una perfección de la
    inteligencia, que facilita juzgar de lo que
    experimentamos por los sentidos y de nuestros
    razonamiento distinguiendo cuando son verdaderos
    o falsos. Guían nuestro saber.

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La sabiduría
  • Es el hábito que lleva a conocer las causas
    últimas del universo visible, esto es a conocer a
    Dios como causa Primera de todas las criaturas, y
    a éstas con relación a Él.
  • Es propio del sabio, ver a Dios como fin de las
    cosas creadas y buscarlo como tal (S. Bernardo).
  • A la vez es virtud moral, por eso implica también
    perfección de las disposiciones de la voluntad.
  • La SSEE dedica un libro a la sabiduría y afirma
    que nace de la humildad y el amor a Dios y nos
    hace poderosos para servir.

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La ciencia
  • La virtud de la ciencia perfecciona el
    entendimiento para conocer las cosas en razón de
    sus causas particulares.
  • Son hábitos de ciencia la física, la matemática,
    la biología.
  • La sabiduría guía las ciencias por eso en la
    medida en que se dejan penetrar por ella, se
    perfeccionan también como ciencias.
  • La prudencia
  • La estudiaremos dentro de las virtudes morales,
    como virtud cardinal.

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Las artes
  • Son los hábitos que perfeccionan el
    entendimiento, para que conozca el modo de hacer
    algo bien en orden a sus fines próximos es la
    recta razón del bien hacer (facere), (es recta
    ratio factibilium).
  • Ejemplos el arte de cultivar el campo, de
    construir edificios, de fabricar automóviles,
    etc.
  • La bondad moral del artista, y de alguna manera
    del arte, procede de su ordenabilidad y efectiva
    ordenación al último fin.
  • Actualmente el término arte se reserva para las
    bellas artes técnicas o habilidades
    profesionales para los demás saberes.

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Virtudes morales
  • Son las que perfeccionan al hombre en la práctica
    del bien moral.
  • Inclinan al bien y no pueden usarse para el mal.
  • Se distinguen por su objeto por eso hay tantas
    virtudes morales como clases de obras buenas
    ej. generosidad, alegría, humildad, sencillez,
    paciencia.
  • Desde muy antiguo se agrupan en torno a cuatro de
    ellas prudencia, justicia, fortaleza y
    templanza, que se llaman cardinales (cardo,
    quicio o gozne).
  • Son como las condiciones de todo obrar recto.

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La prudencia
  • Del griego prónesis, prógnoia, prógnosis
    conocimiento anticipado del latín providentia
    (de procul videre) indica visión anticipada que
    connota efecto de de precaución y de protección
    contra un mal probable o posible. O bien de porro
    videns el que ve de lejos, antes de que algo sea
    hecho. Conocimiento del futuro a partir del
    conocimiento del pasado y del presente.
  • Es una virtud que perfecciona la inteligencia en
    el conocimiento de la dimensión ética de los
    actos humanos, es decir, en su orden al fin
    último.

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  • Dirige el obrar humano en cuanto tal.
  • También se define como recta ratio agibilium
    (recta razón de las acciones), recto
    conocimiento de lo que se debe hacer.
  • Es un hábito de la inteligencia, que juzga sobre
    lo que debe hacer aquí y ahora en orden al fin,
    ordenando así todas las capacidades, hábitos y
    potencias.
  • Como virtud moral es la recta razón que ordena
    los actos humanos al fin último objetivo de la
    vida humana, como hábito de elegir bien los
    medios para un fin moralmente bueno.

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  • Perfecciona fundamentalmente el razonamiento
    moral práctico.
  • Pertenece al entendimiento práctico, porque es un
    conocimiento orientado a dirigir las cosas
    aprehendidas a la acción.
  • El objeto material de la prudencia es la praxis
    (las acciones libres en orden a los medios).
  • Sujeto El intelecto práctico por sus actos
    (consultar, juzgar, mandar, son actos de la
    razón).
  • Objeto material Los actos morales (no las
    acciones físicas).
  • Objeto formal quo Los actos humanos bajo la
    razón de verdadero, práctico y bueno.

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  • La prudencia versa sobre las aplicaciones
    concretas individuales de los principios de orden
    moral.
  • Regula nuestros actos con relación al Fin Último.
  • I. Virtud natural o adquirida
  • La prudencia, hábito cognoscitivo-práctico de lo
    singular y concreto, ordenada a la acción libre y
    responsable, es una virtud natural que, para ser
    perfecta, debe orientarse al fin último de la
    vida.
  • II. Virtud sobrenatural o infusa
  • Es aquella virtud sobrenatural infundida, por la
    cual la inteligencia ilustrada por la fe, formada
    por la caridad y movida por el Espíritu Santo,
    juzga y prescribe qué hay que hacer en cada caso.

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  • Se distingue de la virtud natural
  • 1) La causa eficiente de su adquisición es Dios,
    mediante la gracia.
  • 2) El fin a que se dirige es sobrenatural.
  • 3) El principio o motivo está iluminado por la fe
    y ordenado por la caridad al fin sobrenatural.
  • III. Errores
  • Es frecuente considerarla como la virtud de la
    mediocridad, de la mezquindad, o como una cierta
    actitud de contemporización que rehúsa tomar
    decisiones.
  • Contrariamente a lo que se piensa esta virtud
    tiene gran dinamismo es la virtud de las
    iniciativas, del riesgo responsable, de las
    grandes decisiones y desafíos.

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  • IV. Actos o funciones
  • a) Consejo (concilium) Ponderación de la
    realidad y de las exigencias morales universales
    en las concretas circunstancias. Estudio o
    deliberación, sobre los medios necesarios para
    que la acción se haga virtuosamente.
  • b) Juicio (iudicium) Juzgar rectamente, para
    aprender los criterios virtuosos y las normas o
    preceptos morales, sin renunciar nunca a la
    propia responsabilidad y para considerar y
    valorar los consejos recibidos.
  • c) Mandato o imperio (imperium) Mandato de
    ejecución de la acción, según el juicio, a las
    facultades que la han de realizar. Este es el
    acto propio y principal de la prudencia.
  • La prudencia requiere la acción. No se llama
    prudente al hombre que ve lo que hay que hacer y
    no lo hace.

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  • V. Partes integrales
  • i) En cuanto virtud intelectual o cognoscitiva
  • 1. Experiencia o memoria, recuerdo de las cosas
    del pasado. La experiencia es la madre de la
    ciencia.
  • 2. Entendimiento o inteligencia de la situación y
    de los principios morales que hay que aplicar al
    presente
  • 3. Docilidad, afecto y prontitud para aprender y
    aceptar la enseñanza o consejo de otros.
  • 4. Solercia, sagacidad o eustoquia (conjeturas)
    es la facultad de captar en una sola ojeada la
    situación imprevista y tomar nuevas decisiones
    instantáneas perspicacia para hacerse pronto con
    la idea de cuáles son los medios congruentes para
    alcanzar el fin.
  • 5. Razón o razonamiento, prontitud para razonar.

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  • ii) En cuanto virtud práctica o preceptiva
  • 1. Providencia, previsión de ordenar los medios
    al fin y prever considerar los eventos futuros.
  • 2. Circunspección, consideración atenta de todas
    las circunstancias.
  • 3. Precaución o cautela, cuidado de evitar toda
    dificultad, impedimento, o inconveniente que se
    pueda presentar. Lo que más ayuda a actuar
    prudentemente es considerar las cosas desde el
    punto de vista de su valor para la eternidad.
  • VI. Partes subjetivas
  • a) Prudencia política, es la prudencia de los
    hombres como sujetos de una comunidad política,
    con el bien común como su último fin.

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  • b) Prudencia reinativa, comprende la asignación
    de roles y la administración de justicia a
    entidades políticas, tales como ciudades y
    Estados y tiene como fin último el bien de dichas
    comunidades.
  • c) Prudencia doméstica, difiere de la reinativa
    en cuanto que gobierna instituciones como la
    familia, que median entre el individuo y la
    comunidad política. Tiene como fin último el bien
    común de la familia o de la institución que
    medie.
  • d) Prudencia militar, se caracteriza por tener
    como fin la protección y el bien común contra
    amenazas internas o externas.
  • VII. Partes potenciales
  • a) Eubulia o buen consejo Hábito de consulta de
    aconsejarse

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  • b) Synesis o buen sentido práctico, sensatez.
    Virtud de juzgar bien las operaciones según las
    reglas comunes.
  • c) Gnome o juicio perspicaz, resolución
    equitativa. Virtud de la epiqueia, indica cuando
    por los motivos o principios más altos, conviene
    apartarse de la ley común a juzgar.
  • VIII. Vicios opuestos
  • i) Por defecto
  • a) La imprudencia que a su vez comprende
  • 1) La precipitación impremeditación (rapidez de
    acción) sin detenerse a deliberar. Antes de
    formular un juicio fundado, se lanza
    resueltamente al imperio y a la acción. Se opone
    a la eubulia. Si nace del desprecio a las reglas
    es temeridad.

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  • 2) La inconsideración cuando no se consideran
    todas las circunstancias. Se opone a la synesis y
    a la gnome.
  • 3) La inconstancia es la omisión del acto
    debido Es un vicio que malogra y corta el paso
    en la parte más decisiva del proceso de
    transformación de la verdad en la orden o
    mandato.
  • Todos estos vicios proceden de la lujuria que
    entenebrece el juicio de la razón por su
    vehemente aplicación a las cosas sensibles
    opuestas a las intelectuales.
  • b) La negligencia
  • 1) La omisión del acto debido, y
  • 2) el defecto de la solicitud requerida son un
    defecto interno del acto de razón que no manda lo
    que se debe o de la manera que debe hacerlo.

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  • ii) Por exceso (o falsamente parecidos)
  • a) Prudencia de la carne
  • b) astucia, dolo y fraude no necesariamente se
    trata de un fin malo, peca también el que busca
    medios rebuscados
  • c) excesiva solicitud de las cosas temporales y
    futuras.
  • Todos estos proceden de la avaricia.

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La justicia
  • La justicia es la virtud que, sustentada en la
    humildad y en el amor de amistad a Dios y a los
    demás, inclina a dar a cada uno lo suyo.
  • Tiende a que el hombre, en la medida de sus
    fuerzas, dé lo suyo a Dios, sometiéndole
    totalmente su alma (S. Tomás, S. Th., II-II, q.
    57, a,1, ad 3).
  • En la SSEE justicia significa el conjunto de
    todas las virtudes, la bondad moral íntegra y
    completa.
  • El justo es el que tiene su voluntad puesta
    totalmente en Dios.
  • El justo por excelencia es Dios.

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  • Notas esenciales
  • a) Alteridad se refiere siempre a otro en
    sentido propio no hay deberes de justicia con uno
    mismo.
  • b) Derecho estricto no es un obsequio, sino algo
    que se debe estrictamente.
  • c) Igualdad, entre los sujetos.
  • d) Exacta adecuación, no cierta compensación,
    sino exactamente lo que es debido, ni más ni
    menos.
  • Diferencia entre justicia y caridad La justicia
    al ejercitarla doy al otro lo que es suyo. Los
    derechos de justicia son más estrictos. La
    caridad se basa en la unión por el amor. Doy lo
    que es mío. Es superior a la justicia.
  • Partes subjetivas o especies de justicia
  • 1) Justicia general (o legal o social) Se dirige
    primera y

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  • directamente al bien común. Es la decisión
    permanente de dar a la comunidad (civil o
    eclesiástica) lo que corresponde.
  • Virtud que inclina a la voluntad a cumplir los
    deberes sociales es la justicia general, por que
    tiende al bien común y porque dirige en general
    las acciones de los hombres hacia este bien.
  • Bajo el imperio de esta virtud, el ciudadano
    cumple las leyes, paga los impuestos el
    funcionario cumple su deber el legislador hace
    bunas leyes el juez las aplica debidamente.
  • El nombre de justicia legal le viene de que su
    principal función se dirige a establecer y
    cumplir las leyes.
  • Sin ella se perturba la paz y los ciudadanos
    sufren muchos daños (especialmente con las leyes
    injustas).

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  • Pago de los impuestos
  • Si no se pagan los impuestos se lesiona la
    justicia general, como cuando no se cumplen las
    leyes.
  • Desde el punto de vista moral, los impuestos se
    han de pagar son absolutamente necesarios para
    el funcionamiento de la sociedad.
  • (Dad al Cesar los que es del Cesar... Mt.
    22,21).
  • Esta obligación grava la conciencia.
  • (Por tanto es necesario someterse no sólo por
    temor al castigo sino también a causa de la
    conciencia. Por esta razón les pagáis los
    tributos (...) Dad a cada uno lo debido a quien
    tributo, tributo a quien impuestos, impuestos a
    quien respeto, respeto a quien honor, honor
    Rom. 13, 5-7).
  • Si se defrauda hay obligación de restituir.

40
  • En principio, como todas las leyes, hay que
    suponer que las leyes tributarias son justas, a
    no ser que sea manifiesto lo contrario.
  • Distinto es la evasión de la elusión aprovechar
    los recursos legales para pagar menos impuestos.
    No hay quebrantamiento de la justicia legal.
  • Otras colaboraciones de los ciudadanos en los
    asuntos públicos
  • La primera colaboración es cumplir con sus
    deberes tales como el cumplimiento de la moral
    natural en sus relaciones con los otros
    ciudadanos el cumplimiento de las leyes justas
    el pago de los impuestos.
  • Han de estar dispuestos a manifestar su opinión
    cuando se les pide con objeto de elegir a los que
    han de gobernar.

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  • El incumplimiento del deber del voto sin causa
    justa puede constituir una transgresión grave.
  • El sentido de solidaridad debe llevar a los
    ciudadanos a colaborar activamente en el buen
    funcionamiento de todas las entidades
    (sindicatos, colegio profesional, asociaciones
    culturales...) cada uno según su situación o
    posibilidades
  • 2) Justicia particular Es la decisión permanente
    de dar a cada persona, tanto a las personas
    físicas como a las personas jurídicas, lo que
    corresponde. Se divide en
  • a) Justicia conmutativa que es la decisión
    permanente de la persona privada de dar a otra
    persona privada lo que estrictamente le
    corresponde, observando una igualdad absoluta
    entre lo que se da y lo que se recibe. No es más
    estricta que la legal o distributiva. Su lesión
    obliga a restituir.

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  • b) Justicia distributiva, que es la decisión
    permanente que inclina al que gobierna la
    comunidad a distribuir equitativamente los
    honores y las cargas entre sus miembros, según
    sus capacidades y sus méritos. No lleva consigo
    una igualdad absoluta, sino proporcional.
  • c) Justicia vindicativa, que inclina al que
    gobierna una comunidad a imponer penas adecuadas
    a los delitos. Según se considere, queda incluida
    en la distributiva (si estas penas se imponen
    según una justa proporción) en la legal (si se
    mira principalmente su repercusión en el bien
    común) en la conmutativa, pues el juez ha
    recibido la misión de castigar estos delitos y no
    cumpliría con su oficio si no lo hiciera.
  • Partes potenciales de la justicia
  • Son virtudes que se parecen a la justicia en que
    tienen el mismo objeto (dar lo suyo a otro), pero
    carecen de de la

43
  • perfecta razón de justicia, por defecto de alguna
    de las notas esenciales. No alcanzan del todo el
    objeto de la justicia
  • 1. En cuanto a la perfecta igualdad
  • a) La religión que nos lleva a adorar a Dios y a
    darle el culto debido.
  • b) La piedad por la que damos honor y asistencia
    a los padres y a la patria.
  • c) La obediencia por la que realizamos los
    mandatos legítimos de los superiores inclina a
    tratar debidamente a los hombres de gran virtud y
    dignidad.
  • 2. En cuanto que sea estrictamente debido lo que
    se recibe
  • a) La veracidad inclina a decir la verdad y a no
    mentir.
  • b) La gratitud inclina a recompensar de algún
    modo el beneficio recibido.

44
  • c) La venganza (?) inclina a reparar las
    injurias perpetradas por otro.
  • d) La liberalidad inclina a ser moderados en el
    amor a los bienes materiales y a saber usarlos
    debidamente en beneficio propio y del prójimo y
    en honor de Dios.
  • e) La afabilidad inclina a hacer agradable el
    trato con el prójimo.
  • f) La equidad y la epikeia inclinan por justas
    causas a dejar la letra de la ley para obrar
    según la presunta intención del legislador.
  • Derechos subjetivos o de la persona
  • La virtud de la justicia es la decisión
    permanente de dar a cada uno lo que le
    corresponde en estricto derecho. Este estricto
    derecho consiste en el derecho de una persona o
    derecho subjetivo.

45
  • El derecho subjetivo es la facultad moral o
    capacidad de hacer algo, tenerlo, exigirlo, etc.
    (activo) u omitirlo (pasivo).
  • Esta capacidad moral exige que los demás la
    respeten, por consiguiente engendra en ellos una
    obligación o deber de no violarla a todo derecho
    de uno corresponde un deber de otro.
  • La injusticia o injuria
  • Del latín in-iuria conculcación de un derecho.
  • Es toda acción que se oponga a la virtud cardinal
    de la justicia.
  • Es pecado mortal ex genere suo no es fácil
    determinar la parvedad o gravedad de la materia.
  • Una regla es el daño producido al prójimo o al
    bien común.

46
  • No todas las injusticias son de la misma especie,
    por ej. es distinto el robo que la difamación.
  • a) Nadie puede hace una injusticia sin querer. El
    que lesiona derechos ajenos sin querer (por
    ignorancia, etc.) comete una injusticia material.
  • b) A nadie se puede hacer una injusticia si no se
    opone a sufrirla, es decir, si la acción la sufre
    sin engaño y consintiendo libre y lícitamente,
    por ej., si alguien consiente a sabiendas y
    libremente que se lleven algo suyo.
  • Las dos categorías más amplias de injusticia son
  • 1) La injusta apropiación de lo ajeno robo,
    hurto, etc.
  • 2) La injusta damnificación la acción por la que
    se causa un mal a otro sin apropiarse de nada
    suyo. Ej. murmuración, calumnia, escándalo...

47
La solidaridad
  • nos ayuda a ver otro persona o nación- no como
    un instrumento cualquiera, para explotar a bajo
    coste su capacidad de trabajar y su resistencia
    física, abandonándolo, cuando ya no nos sirve,
    sino como un semejante, una ayuda a quiene hacer
    partícipe, junto con nosotros, del banquete de la
    vida. La solidaridad es indudablemente una virtud
    cristiana. A la luz de la fe tiende a superarse a
    sí misma, a revestir las dimensiones
    específicamente cristianas de la gratitud total,
    del perdón y de la reconciliación. Entonces el
    prójimo no es ya sólo un ser humano con sus
    derechos y su fundamental igualdad con nosotros,
    sino que se presenta como imagen viviente de Dios
    Padre, rescatado por la sangre de Jesucristo y
    puesto bajo la acción del Espíritu Santo
    (J.P.II, Sollicitudo rei socialis, n. 30-40).

48
  • La justicia no basta si no está informada por la
    caridad únicamente con la justicia no
    resolveréis nunca los grandes problemas de la
    humanidad. Cuando se hace justicia a secas, no os
    extrañéis si la gente se quede herida pide
    muchos más la dignidad del hombre, que es hijo de
    Dios. La caridad ha de ir dentro y al lado,
    porque lo dulcifica todo, lo deifica todo Dios
    es amor (1 Jn. 4,16) (Josemaría E. de B., Amigos
    de Dios, n. 172).
  • La justicia por sí sola no es autosufuciente y
    torna hacia la propia negación y autoaniquilación
    si no se permite que entre a plasmar la vida
    humana esa forma más profunda de relacionarse,
    constituida por el amor (J.P. II, Dives in
    mesericordia, n. 12).

49
La fortaleza
  • I. Noción Es la virtud que nos vigoriza para
    practicar el bien con constancia y paciencia,
    pese a las dificultades.
  • Tiene por objeto reprimir los temores y moderar
    las audacias.
  • Por la fortaleza aprendemos a superar las
    contradicciones que aparecen en la vida, y a no
    desanimarnos ante los propios defectos, superando
    el temor al esfuerzo, los peligros y dificultades
    que entraña la práctica del bien, perseverando
    con tenacidad para conseguir las metas propuestas.

50
  • Enseña S. Gregorio Magno que la fortaleza hace
    aprender a amar las dificultades de este tiempo
    para ganar una eternidad con Dios (Moralia in
    Job, VII, c. 21).
  • Es la virtud cardinal por la cual la voluntad se
    robustece de tal modo que no desiste en su
    esfuerzo por conseguir el bien difícil de
    alcanzar según el dictamen de la recta razón
    (virtud humana) o según el dictamen de la recta
    razón iluminada por la fe (virtud sobrenatural).
  • Es una actitud de firmeza, que lleva a la persona
    a cumplir con sus deberes y responsabilidades,
    aún cuando las dificultades lo hagan gravoso.

51
  • La vida cristiana es lucha... por eso la
    virtud de la fortaleza tiene gran importancia.
  • Es superación con la ayuda de la gracia- de
    nuestra debilidad humana, y sobre todo del miedo.
  • Tiene su cumbre en afrontar la muerte con
    valentía. El martirio es el acto máximo, aunque
    excepcional, de la virtud de la fortaleza, por
    amor a Dios y al prójimo.
  • Manifestaciones concretas
  • Constancia en el trabajo.
  • Perseverancia ante las dificultades y las
    tentaciones.
  • Corregir al que obra mal, hablar de Dios sin
    miedo.
  • Emprender trabajos riesgosos o costosos.

52
  • Es fuerte el que persevera en el cumplimiento de
    lo que entiende que debe hacer, según su
    conciencia el que no mide el valor de una tarea
    exclusivamente por el servicio que presta a los
    demás (Josemaría E. de B., ob. Cit. N. 77)
  • II. Actos y funciones Son dos los actos
    principales de esta virtud resistir (sustiniere
    mala) y atacar o acometer (agreddi pericula)
  • III. Partes o virtudes anejas
  • 1) La magnanimidad (magnus animus ánimo
    grande).
  • Es la virtud que inclina a acometer obras
    grandes en todo género de acciones virtuosas.

53
  • El hombre magnánimo se deleita poco en los
    honores recibidos, aunque sean grandes tampoco
    le afectan mucho la prosperidad o la adversidad.
  • Ayuda a los demás con gusto.
  • No es ambicioso y no busca posiciones más altas.
  • Si es necesario, dice abiertamente lo que piensa.
  • Olvida las injurias recibidas.
  • No actúa con precipitación.
  • Características suyas son la sinceridad y la
    honradez nada le es tan ajeno como callar la
    verdad por miedo.
  • No se queja, ni se deja rendir por la confusión.

54
  • Evita como la peste la adulación y las posturas
    retorcidas.
  • Implica una fuerte e inquebrantable esperanza.
  • Se oponen por exceso
  • La presunción que lleva a emprender obras que
    superan la capacidad del sujeto.
  • La ambición por la que se desean
    desordenadamente los honores.
  • La vanagloria por la que se desea
    desordenadamente la propia gloria personal.
  • Por defecto
  • La pusilanimidad (pusillus animus ánimo
    pequeño) que lleva a retrasarse a emprender algo
    porque se piensa que supera las propias fuerzas,
    aunque en realidad no las supera.

55
  • 2) La magnificencia (magnum facere hacer algo
    grande)
  • Es la virtud moral que inclina a hacer obras
    grandes y difíciles, a pesar del gran esfuerzo o
    de los grandes gastos que pueden exigir.
  • Magnífico es el que es capaz de percibir las
    proporciones de una obra magna y a la vez es
    capaz de gastar grandes sumas armoniosamente.
  • Se oponen
  • La suntuosidad que lleva a hacer grandes gastos,
    pero innecesarios y fuera de lo razonable.
  • La tacañería que inclina a ser mezquinos y a
    hacer gastos insuficientes y, por tanto,
    igualmente poco razonables.

56
  • 3) La paciencia con la que soportamos con buen
    ánimo capacidad de padecer, de sufrir, es la
    virtud moral que inclina a sufrir sin demasiadas
    tristeza los males, especialmente aquellos que
    son infligidos por otros.
  • Son grados crecientes de la paciencia tolerar
    los males sin murmurar tolerarlos sin quejarse
    ni lamentarse ante otros y tolerarlos con gozo.
  • Se oponen
  • La insensibilidad por la que el hombre no se
    impresiona por ninguna contradicción, como si
    fuera incapaz de advertirla.
  • La impacienciaque inclina a dejarse dominar
    fácilmente por las contrariedades, reaccionando a
    menudo con quejas o con ira.

57
  • 4) La perseverancia o lealtad, por la que el
    hombre no se aparta de sus empeños o promesas, de
    sus convicciones, deberes, etc.
  • Ayuda persistir en el ejercicio de las virtudes
    según dicta la recta razón o la recta razón
    iluminada por la fe, no obstante el cansancio que
    causa la monotonía de hacer siempre lo mismo.
  • Sin lealtad o fidelidad a los propios
    compromisos, la vida social se derrumba.
  • Presupuesto indispensable de toda pacífica
    convivencia es la mutua confianza, la persuación
    general de que todas las partes deben ser fieles
    a la palabra empeñada (Pio XII, Enc. 20-X-39, n.
    56).

58
  • Un marido, un soldado, un administrador, es
    siempre tanto mejor marido, tanto mejor soldado,
    tanto mejor administrador, cuanto más fielmente
    sabe hacer frente en cada momento, ante cada
    circunstancia de su vida, a los firmes
    compromisos de amor y de justicia que adquirió un
    día esa fidelidad delicada, operativa y
    constante que es difícil, como difícil es toda
    aplicación de principios a la mudable realidad
    de lo contingente- es por eso la mejor defensa
    contra la vejez de espíritu, la aridez de corazón
    y la anquilosis mental (Josemaría E. de B.,
    Conversaciones)
  • Se oponen
  • La pertinacia o terquedad que inclina a
    obstinarse en no ceder cuando sería razonable
    hacerlo.
  • La inconstancia que inclina a desistir con
    facilidad del ejercicio de las virtudes cuando se
    presenta algún obstáculo.

59
La templanza
  • I. Noción Es una virtud cardinal que edifica y
    defiende el orden interior del hombre de la
    fuerte tendencia anidada en su ser como
    consecuencia del pecado original- a ir contra la
    propia naturaleza.
  • Nos hace dueños de nosotros mismos.
  • Es la virtud que modera el amor a los bienes de
    la tierra y ayuda a poner el corazón en el cielo.
  • La templanza o moderación (gr. sophrosyne latín
    temperantia) abarca todo lo que es discreción
    ordenadora.

60
  • La templanza tiene un sentido y una finalidad,
    que es hacer orden en el interior del hombre.
  • De este orden surgirá la tranquilidad de
    espíritu.
  • La templanza tiene su verificación y opera
    exclusivamente sobre el sujeto actuante.
  • La templanza revierte sobre el mismo que la
    ejercita.
  • La falta de templanza equivale a la
    autodestrucción
  • por degeneración egoísta cuanto más se busca el
    hombre a sí mismo, más se aleja de sí mismo.
  • El hombre templado sabe prescindir de cuanto
    enturbia su amor a Dios y a los demás.
  • Ya los antiguos descubrieron en la templanza,
    virtud aplaudida por los paganos, uno de los
    caminos para librarse del hombre viejo (Cfr.
    Col. 3,9).

61
  • La templanza
  • lleva a apreciar los bienes de la tierra,
  • da libertad y señorío sobre ellos es decir,
  • a despreciar todos los placeres del cuerpo y las
    alabanzas humanas y referir todo el amor de las
    cosas invisibles.
  • No significa desprecio por los bienes creados,
  • sino conciencia de la dignidad de la persona y de
    su cuerpo.
  • Asegura al hombre el desarrollo de sus
    virtualidades personales, no ahogándolas en
    falsos afanes.
  • Se sirve de las cosas según sus necesidades
  • con moderación y sin verse arrastrado por ellos.
  • Ver la vida de N. S. Jesucristo y sus enseñanzas.

62
  • Es la virtud cardinal que inclina a moderar la
    búsqueda del placer según el dictamen recto de la
    razón (v. humana) o según el dictamen recto de la
    razón iluminada por la revelación (v.
    sobrenatural).
  • Enseña el Papa J.P. II Audiencia, 22-XI-78
  • Hombre moderado es el que es dueño de sí mismo,
    en quien las pasiones no priman sobre la razón,
    ni sobre la voluntad, ni tampoco sobre el
    corazón. El hombre que sabe dominarse a sí
    mismo! Así nos damos cuenta del valor
    fundamenteal de la templanza, indispensable para
    que el hombre sea plenamente hombre. Basta
    mirar a alguno que arrastrado por sus pasiones se
    convierte en víctima suya, renunciando hasta al
    uso de la razón (como el alcoholizado o el
    drogado), y comprobamos con claridad que ser
    hombre significa respetar la propia dignidad y,
    por tanto, entre otras cosas, dejarse guiar por
    la virtud de la templanza.

63
  • En nuestro mundo tan dominado por el consumismo,
    hedonismo, relativismo, etc. (con una oferta y
    una búsqueda desenfrenada de comodidades y
    placeres, donde todo se tiende a medir en
    términos económicos) la templanza, con el cortejo
    de virtudes que la integran, resulta
    particularmente necesaria.
  • De otro modo, la persona corre el riesgo de
    aturdirse en un sinnúmero de pequeñas
    preocupaciones, que le impiden gastarse en los
    grandes ideales y valores para los que su corazón
    ha sido hecho.
  • En este sentido, enseña San Agustín
  • buscad lo que basta y no queráis más. Lo demás
    es agobio, no alivio apesadumbra, no levanta.

64
  • II. Partes potenciales
  • Se trata de virtudes que se parecen a la
    principal pero se distinguen en algo de ella.
  • Toda virtud que modere los deseos de cualquier
    apetito puede considerarse parte potencial de la
    templanza.
  • 1) La continencia Inclina a la voluntad a
    resistir el empuje de las pasiones desordenadas.
  • 2) La mansedumbre inclina a la voluntad a
    resistir la pasión de la ira.
  • Nuestro Señor se pone de ejemplo.
  • No es un defecto propio de personas apocadas.
  • No excluye la ponderada defensa de los propios
    derechos.
  • El amor propio es muchas veces la raíz de los
    nerviosismos injustificados, agobios, desánimos o
    reacciones destempladas.
  • La soberbia ciega para ver las cosas con
    objetividad.

65
  • 3) La clemencia inclina a mitigar o a no imponer
    la pena debida, en la medida en que lo permita la
    recta razón.
  • 4) La humildad tiene, de hecho, una importancia
    especial en la vida moral en cierto sentido
    constituye el fundamento y se encuentra en la
    raíz de todas las virtudes del hombre. De manera
    análoga, el vicio opuesto, la soberbia, es la
    raíz de todos los pecados.
  • Es la virtud que modera el afán desordenado de la
    propia excelencia, y lleva a reconocer rectamente
    la propia pequeñez ante Dios y la propia
    situación ante los demás.
  • Santa Teresa la definía como andar en verdad.
  • La conciencia de nuestra condición de criaturas,
    en que consiste substancialmente la humildad, es
    el principio de toda vida moral.

66
  • La humildad
  • No es sólo un comportamiento externo,
  • Es fundamentalmente- una forma de ser por
    dentro,
  • que nace de una decisión libre y consciente de
    la voluntad.
  • Su esencia, lo dijimos, es la aceptación de la
    realidad primaria y definitiva de que somos
    criaturas.
  • No tiene nada que ver con una actitud de
    autorreproche, con la depreciación del propio ser
    y de los propios méritos o con una conciencia de
    inferioridad. Ni con el apocamiento, la
    pusilanimidad, el encogimiento...
  • La soberbia
  • Es ante todo una postura ante Dios,
  • que niega la relación criatura-Creador
  • Niega la dependencia de Dios como criatura

67
  • III. Partes subjetivas o especies Según la
    diversidad del objeto del acto
  • Abstinencia, regula el uso del alimento
  • sobriedad regula el uso de las bebidas
    embriagantes
  • castidad regula los placeres del acto de la
    generacion
  • pudor regula los otros actos que, de alguna
    manera, están relacionados con la generación
  • Dentro de la templanza entran también
  • La modestia regula los actos corporales externos
    y
  • la moderación que regula el uso de las cosas
    exteriores de manera que unos y otros se adecuen
    a la propia situación y estado
  • La pobreza
  • La studiositas que modera la natural avidez de
    comunicarse y explayarse la cual puede degenerar.

68
  • Las buenas maneras, en parte convencionales y en
    parte originadas por la caridad hacia el prójimo,
    resultan necesarias para la grata convivencia y
    denota dominio de sí
  • Moderación de los impulsos, de la curiosidad, de
    la lengua en resumen, orden y medida de los
    sentidos internos.
  • En resumen, castidad, sobriedad, humildad,
    mansedumbre, junto con la studiositas, son formas
    en que aparece la templanza lujuria, desenfreno,
    soberbia, cólera que no entiende de razones,
    junto con la curiositas son formas de
    destemplanza.

69
La laboriosidad
  • Es la virtud que lleva a poner empeño por sacar
    partido a los talentos que cada uno ha recibido
    de Dios.
  • Se trata de una virtud humana central, aunque
    poco analizada en los tratados clásicos.
  • La virtud de la laboriosidad es un modo
    importante de poner en práctica el amor de Dios,
    porque El creó al hombre para que lo glorificara
    también por el trabajo, y a través del trabajo
    experimentará su comunión con los demás hombres y
    contribuyera a su bien.

70
  • El que es laborioso aprovecha el tiempo, que no
    sólo es oro, es gloria de Dios! Hace lo que debe
    y está en lo que hace, no por rutina, ni por
    ocupar las horas, sino como fruto de una
    reflexión atenta y ponderada. Por eso es
    diligente. El uso normal de esta palabra
    diligente-, nos evoca ya su origen latino.
    Diligente viene del verbo diligo, que es amar.
    Josemaría Escrivá de Balaguer, Amigos de Dios, n.
    81.
  • (...) mediante el trabajo el hombre no sólo
    transforma la naturaleza adaptándola a las
    propias necesidades, sino que se realiza a sí
    mismo como hombre. J.P. II, Enc. Laborem
    excercens, n. 9.

71
La penitencia
  • Es la virtud que impulsa a dolerse de los propios
    pecados, principalmente en cuanto son ofensa a
    Dios, y a hacer cuanto sea para removerlos y
    volver a la amistad divina.
  • La penitencia y el perdón eran casi desconocidos
    en la cultura antigua. Se consideraba que la
    reacción adecuada era la punición.
  • La idea del amor a los pecadores, que da sentido
    al perdón e invita al arrepentimiento y la
    penitencia, es una idea bíblica.
  • El N.T. Supone un desarrollo ulterior.

72
Complementariedad y conexión
  • Las virtudes morales adquiridas están conexas de
    manera tal que si una está en estado perfecto,
    están todas las demás si hay un vicio opuesto a
    una de las virtudes morales, entonces no hay
    ninguna otra virtud moral perfecta en tal hombre.
  • Las virtudes no son piezas aisladas sino
    elementos de la rectitud del corazón de cada
    hombre. De ahí, la necesaria conexión no sólo
    entre las virtudes morales sino de estas con y en
    su independencia de las teologales.
  • Las virtudes viven y crecen en armonía quien se
    ejercita en una, tiende a crecer en las demás.

73
  • Escribe San Agustín
  • La inseparabilidad de las virtudes siempre
    convenció a los filósofos (). Por eso enseñaron
    que si existe una virtud, se dan las demás y
    todas fallan cuando falta una. Ciertamente, la
    prudencia no puede ser débil, ni injusta, ni
    destemplada, porque si algo de esto ocurriera, ya
    no habría prudencia, que por sí debe ser justa,
    fuerte y moderada donde una comparece se hacen
    presentes las demás. De modo semejante, la
    fortaleza no puede ser imprudente, ni
    intemperante, ni injusta y no puede haber
    justicia que no sea prudente, fuerte y templada.
    De modo que si una existe verdaderamente, todas
    las demás están si una falta ninguna otra se
    encuentra presente, aunque haya algo semejante a
    ella.
  • (Epistula XLVIII, II, 4.)

74
Relación entre las virtudes naturales o
adquiridas y gratuitas o infusas
  • Las virtudes adquiridas condicionan el ejercicio
    de las infusas.
  • Estas, a su vez, facilitan la adquisición y
    desarrollo de las humanas, y causan su
    perfección.
  • Es el tema de la relación entre naturaleza y
    gracias.
  • Ej. cuanto mayor sea la prudencia natural, mejor
    se vivirá la sobrenatural la fortaleza humana y
    la sobrenatural de una persona crecen en unidad.
  • Las virtudes sobrenaturales no se asientan sin
    las adquiridas.

75
In medio virtus
  • El fin constituye la regla y la medida de la
    virtud.
  • La expresión in medio virtus señala precisamente
    esta exigencia de recta ordenación al fin.
  • Es una equivocación pensar que las expresiones
    término medio o justo medio, como algo
    característico de las virtudes morales,
    significan mediocridad algo así como la mitad de
    lo que es posible realizar. Ese medio entre el
    exceso y el defecto es una cumbre, un punto
    álgido lo mejor que la prudencia indica. Por
    otra parte, para las virtudes teologales no se
    admiten equilibrios no se puede creer, esperar o
    amar demasiado Josemaría E. de B., Amigos de
    Dios, n. 83. El medio de la virtud no es la
    mediocridad, sino ausencia de toda desviación del
    fin.

76
Las virtudes sobrenaturales
  • La gracia y la divinización del ser cristiano
  • La gracia
  • convierte al hombre en hijo de Dios y
  • le proporciona los principios operativos para
    conducirse como tal.
  • Junto a la gracia santificante
  • Dios infunde en el hombre
  • las virtudes teologales -fe, esperanza y
    caridad-,
  • las virtudes morales y
  • los dones del Espíritu Santo.

77
  • Los medio principales para crecer en la virtudes
    son
  • 1) Crecer en el conocimiento del bien que le es
    propio, lo que máximamente se logra por la
    contemplación de la Humanidad de Cristo.
  • 2) la recepción de los sacramentos.
  • 3) el ejercicio de actos concretos de virtud.
  • En el desarrollo de la vida sobrenatural, el
    hombre se encuentra como un niño que ha de ser
    conducido por su Padre.

78
La Fe
  • Es la virtud sobrenatural que dispone nuestra
    inteligencia a asentir a las verdades reveladas,
    a responder que sí a Cristo, que nos ha dado a
    conocer plenamente el designio salvador de la
    Trinidad Beatísima.
  • Es la certeza de las cosas que se esperan y
    prueba de las que no se ven (Heb. 11,1).
  • Por la virtud teologal de la fe creemos en Dios y
    en todo lo que Él nos ha dicho y revelado y que
    la Iglesia nos propone.
  • El creyente se esfuerza conocerla y vivirla

79
La Esperanza
  • Es la virtud infusa por la cual, apoyados en el
    auxilio de la omnipotencia divina, confiamos
    vivir como hijos de Dios y alcanzar la
    bienaventuranza.
  • Mediante la virtud teologal de la esperanza
    aspiramos al Reino de los Cielos y a la vida
    eterna como felicidad nuestra, poniendo nuestra
    confianza en las promesas de Cristo y apoyándonos
    en los auxilios de la gracia del Espíritu Santo.
  • Protege del desaliento, sostiene en todo
    desfallecimiento, dilata el corazón en la espera,
    preserva del egoísmo y conduce a la dicha de la
    caridad. Es el ancla del alma. Se expresa y se
    alimenta en la oración.

80
La Caridad
  • Es la virtud teologal por la cual amamos a Dios
    sobre todas las cosas por Él mismo y a nuestro
    prójimo como a nosotros mismos por amor de Dios.
  • Es el mandamiento nuevo de Jesús.
  • El apóstol San Pablo ofrece una descripción
    incomparable de la caridad cfr. 1 Cor. 13.
  • La caridad es superior a todas las virtudes.
  • Asegura y purifica nuestra facultad humana de
    amar.
  • Frutos de la caridad son el gozo, la paz y la
    misericordia. Exige la práctica del bien y la
    corrección fraternal. Es benevolente,
    desinteresada y generosa. Es amistad y comunión.

81
El desarrollo de la vida virtuosa
  • 1. Las virtudes infusas aumentan intrínsecamente,
    cada vez que aumenta la gracia santificante.
  • No está en manos de la criatura ni la adquisición
    ni el aumento de las virtudes infusas y dones.
  • Al ser sobrenaturales NO caen dentro de su
    potencia operativa propia.
  • Sólo nacen y crecen por el don gratuito de la
    gracia y por los medios que Dios ha dispuesto
    para su aumento.
  • En concreto a) a quienes lo piden en la oración
    b) por la recepción fructuosa de los sacramentos
    c) por las obras buenas que el hombre realiza,
    pues le merecen el aumento de la gracia y con
    ella de las virtudes.

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  • Recordemos con Sto Tomás que los actos que
    proceden de un hábito infuso no causan hábito
    alguno, pero sí confirman al preexistente
    (S.Th., I-II, q.51, a4, ad 3).
  • Entre otras cosas, porque hacen aumentar el
    conocimiento y el amor al bien y el orden de las
    pasiones propios de la correspondiente virtud
    adquirida, que facilita luego el ejercicio de la
    gratuita o infusa.
  • 2. Las virtudes infusas se pierden (excepto la
    fe) por el pecado mortal.
  • Los hábitos sobrenaturales, igual que no
    aumentan, tampoco disminuyen por nuestros actos,
    pero se pierden por el pecado mortal.

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  • 3. La virtudes infusas no pueden disminuir ni
    aumentar directamente por los actos humanos.
  • Enseña San Agustín
  • Dios obra en nosotros sin nosotros, y recuerda
    también
  • Dios que te ha creado sin ti, no te salvará sin
    ti.
  • Al hombre le corresponde ansiarlos, pedirlos,
    disponerse a recibirlos (no poner obstáculos),
    aceptarlos y cooperar y merecer así su aumento,
    causado siempre gratuitamente por Dios.
  • Los pecados veniales disminuye la facilidad para
    ejercitar las virtudes y hábitos sobrenaturales.
  • Para el desarrollo de las virtudes infusas y los
    dones, importa particularmente cultivar la
    humildad y la docilidad.

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  • 4. Características de las virtudes infusas y
    dones.
  • Confieren una connaturalidad creciente para
    portarnos en todo como hijos de Dios
  • Las virtudes teologales y morales infusas otorgan
    la capacidad y la inclinación a obrar según la
    vida del Espíritu, pero sólo de modo incoativo la
    facilidad.
  • Esta es la diferencia con las virtudes
    adquiridas, que suponen el desarrollo y
    actualización del poder propio de las potencias
    de la naturaleza, que les hace connatural su
    obrar electivo.
  • La virtudes sobrenaturales o infusas y los dones
    inclinan a la realización de sus actos propios
  • ej. la caridad a realizar actos de amor de Dios,
    a servir a los demás, a sacrificarse por el bien
    de las almas...

85
  • 5. Los mandamientos y la verdad de la persona.
  • La respuesta de Jesús al Joven Rico.
  • Los mandamientos, recordados por Jesús al joven
    interlocutor, están destinados a tutelar el bien
    de la persona humana, imagen de Dios, a través de
    la tutela de sus bienes particulares. El no
    matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no
    levantarás falso testimonio son normas morales
    formuladas en términos de prohibición. Los
    preceptos negativos expresan con singular fuerza
    la exigencia indeclinable de proteger la vida
    humana, la comunión de las personas en el
    matrimonio, la propiedad privada, la veracidad y
    la buena fama. (J.P. II, Enc. Veritatis
    Splendor, n. 13).
  • La norma de conducta que el hombre tiene que
    seguir es la fidelidad a la verdad de las
    personas que trata.

86
  • 6. La reinterpretación del decálogo a partir de
    la caridad.
  • En los antiguos tratados de moral, el Decálogo
    aparecía como la suma de obligaciones,
    mandamientos y prohibiciones que Dios impone bajo
    la pena de pecado y de castigos.
  • El Decálogo no es una barrera que no se debe
    franquear.
  • El Decálogo reclama del hombre mucho más que una
    obediencia material y servil nos pide una
    respuesta de amor.
  • Se trata de colocar a la caridad en primer lugar
    y así efectuar una relectura de los diez
    mandamientos.
  • El Decálogo impone una doble respuesta de amor
    el amor a Dios (en los mandamientos de la primera
    tabla) y el amor al prójimo (regidos por los
    preceptos de la segunda tabla) que se resume en
    el mandamiento amarás al prójimo como a ti
    mismo).

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  • 7. La respuesta plena.
  • El amor del Señor y la llamada personal.
  • La llamada del Señor a su seguimiento es la
    culminación, la plenitud del cumplimiento del
    hombre
  • La perfección exige aquella madurez en el darse
    a sí mismo, a que está llamada la libertad del
    hombre. Jesús indica al joven los mandamientos
    como la primera condición irrenunciable para
    conseguir la vida eterna el abandono de todo lo
    que el joven posee y el seguimiento del Señor
    asumen, en cambio, el carácter de una propuesta
    si quieres (J.P. II, Enc. Veritatis Splendor,
    n. 17).
  • Seguir a Cristo éste es el secreto. Acompañarle
    tan de cerca, que vivamos con Él, como aquellos
    primeros doce tan de cerca, que con Él nos
    identifiquemos (Josemaría E. de B., Amigos de
    Dios, n. 299).

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  • 8. El amor (o amistad).
  • Cuando el hombre se ama a sí mismo por encima de
    todo, falla su ordenamiento y fracasa la
    realización de aquel sentido inherente al recto
    amor de s
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