Title: Diapositiva 1
1DIÁLOGO CON MARÍA EN ADVIENTO
MARÍA ESCUCHA LAS PROFECÍAS
2Te invito a sentir a María como la protagonista
de este tiempo litúrgico, y a vivir la liturgia
del adviento con la Madre del Verbo que
espera. En el silencio que envolvía su
existencia, se preparaba a la venida de Jesús,
junto con José, escuchando las profecías.
3(Is.11, 1-10)
Aquel día, brotará un renuevo del tronco de
Jesé, y de su raíz florecerá un vástago. Sobre él
se posará el espíritu del Señor espíritu de
prudencia y sabiduría, espíritu de consejo y
valentía, espíritu de ciencia y temor del Señor.
Le inspirará el temor del Señor. No juzgará por
apariencias ni sentenciará sólo de oídas juzgará
a los pobres con justicia, con rectitud a los
desamparados. Herirá al violento con la vara de
su boca, y al malvado con el aliento de sus
labios. La justicia será cinturón de sus lomos, y
la lealtad, cinturón de sus caderas. Habitará el
lobo con el cordero, la pantera se tumbará con el
cabrito, el novillo y el león pacerán juntos un
muchacho pequeño los pastorea.
4 María, te contemplo recibiendo al Espíritu que
se posa sobre el Ungido de Dios, que vive en tu
carne. Ese mismo Espíritu te invade, te envuelve,
te lleva a la comprensión del misterio de la
Encarnación. Ese Hijo que llevas es portador del
Espíritu que transformará las obras de la
carne... Sin embargo, es Aquel que se hace carne
en la solidaridad, en la humildad, en la pobreza
y viene a compartir todo lo del hombre... Él
socorrerá al pobre, El no apagará la llama
humeante... Él será uno de tantos en la carneY
Tú María, bajo el impulso del Espíritu, vas
comprendiendo todo esto.
5 Ayúdame, Maria, a comprender, a ser solidario,
pobre, a dejarme envolver por el Espíritu que
transforma las obras de la carne. El profeta
habla de una era de paz, la que traerá el hijo
que llevas en tus entrañas. Tú que eres miembro
de un pueblo que sufre, te dejas llevar en las
alas de la esperanza y gustas la paz mesiánica
ya, la gustas en ti y la pregustas para el
mundo. Ayúdame a creer en la paz y a esperar en
ella como regalo que nos trae Jesús, el príncipe
de la paz.