Diapositiva 1

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5 AGOSTO en MORNÉS
De la CRONOHISTORIA
5 AGOSTO en MORNÉs
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El Fundador no debe faltar y no falta
cuando he aquí que en el empedrado de delante de
la capilla se oyen resonar las herraduras de un
caballo y el ruido de una carroza. Las carrozas,
en Borgoallto, no eran frecuentes. Aquél se
detuvo allí mismo, así que no pasó inadvertido.
Don Bosco estaba allí! Ni el trabajo, ni su
precaria salud, ni su profunda humildad pudieron
detenerlo ante la obediencia del obispo, que lo
recibía emocionado entre sus brazos, al bajar del
carruaje.
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Don Bosco expresó su satisfacciónpor volver a
verlas y les advirtió que, debiendo regresar al
día siguiente, el obispo había decidido que se
cambiase un poco el horario acostumbrado de los
Ejercicios, y se celebrara al día siguiente la
vestición y la profesión
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Don Bosco entre otras cosas dijo que ningún
otro día se prestaba mejor que aquél, en el que
la Iglesia festejaba a la Virgen de las Nieves,
para dar comienzo a la nueva familia religiosa,
que debía ser totalmente de la Madre de Dios
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Concluyó diciendo y se traslucía el gozo de su
alma- que se llamarían Hijas de María
Auxiliadora, y que su Instituto debería ser el
monumento vivo de su gratitud a la Santísima
Virgen bajo el título de Auxilio de los
cristianos.
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Después de la cena - y debía de estar
cansado! reunió solamente a Maria Mazzarello,
Petronilla e Giovanna Ferrettino, las cuales ,
como se sabe, llevaban adelante a la pequeña
familia.
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Para la elección de aquellas de entre nosotras
- dice Petronilla que debían hacer sólo la
vestición o también la profesión, ya se había
acordado con Don Pestarino y comprendimos en
seguida que serían admitidas a la profesión sólo
aquellas que ya habían hecho algún voto privado.
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Después de haberse puesto de acuerdo con
nosotras, Don Bosco nos habló a todas juntas,
pero sin estar las señoras nos explicó en pocas
palabras la importancia de la función y el modo
de hacerla, y a continuación dijo el nombre de
las harían sólo la vestición y el de las que
harían también la profesión.
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Para ganar tiempo, nos hizo leer juntas la
fórmula de los votos, pero advirtiendo bien
claramente que en la Iglesia debíamos leerla de
una en una. Nos enseñó el modo de llevar el
hábito al altar, y tomó argumento de esta última
instrucción, para hablarnos del porte que
debaríamos tener después para hacer honor al
hábito religioso y al nuevo título de Hijas de
María Auxiliadora
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Vuestro paso nos dijo- debe ser regular ni
apresurado, ni lento, y vuestro modo de acturar,
modesto, recogido, no indeciso, sino más bien
desenvuelto, que revele la serenidad de vuestro
corazón la cabeza bien levantada, los ojos
bajos, de modo que no sólo el hábito, sino todo
el porte revele que sois religiosas, es decir,
personas consagradas a Dios.
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A la mañana siguiente, después de la santa
misa, Don Bosco habló particularmente con cada
una y volvió al confesonario para las que lo
deseaban, lo mismo que había hecho durante la
plática de meditación.
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A las nueve, apenas terminada la misa celebrada
por el obispo, comenzó la función.
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Se abre la puerta interna. El coro y el clero
entonan el Veni Creator Spirtus las quince
afortunadas, con su mejor atuendo seglar y los
ojos resplandecientes de alegría, desfilan
llevando cada una en sus manos el propio hábito
religioso, y van a arrodillarse ante el altar.
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Su Excelencia asiente, sigue preguntando, y, al
final, pronuncia la gran palabra Id pués, a
despojaros del hábito secular y a revestiros del
hábito religioso. Después bendice solemnemente
los hábitos que las Hijas le presentan.
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Desfila nuevamente el pequeño cortejo y sale de
la capilla, mientras el obispo y el clero
permanecen en oración ante el altar.Pocos
minutos después , se abre la puerta y entran las
quince novicias, sencillamente vestidas con su
hábito de color marrón, y en la cabeza, un amplio
velo azul claro, en recuerdo del primitivo título
de Hijas de la Inmaculada.
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El obispo bendice las medallas, se las presenta,
diciendo Hijas mías, os presento la imagen de
aquélla que tomaréis como modelo .... Después
, el obispo, seguido paso a paso por Don Bosco,
quien se las coloca, una a una toma las medallas
y se las impone a las cuatro novicias Corinna
Arrigotti, Maria Grosso, Rosina Mazzarello Clara
Spagliardi.
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Las cuatro novicias se retiran del altar y a
las once que permanecen arrodilladas, el obispo
les pregunta de nuevo -Hijas mías, qué
pedís? Once voces responden con
seguridad -Pedimos profesar la Regla de la
Congregación de las Hijas de María Auxiliadora.
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-Sabéis bien lo que significa profesar con voto
lo que acabáis de decir? -Sí, estamos dispuestas,
lo deseamos de todo corazón y, con la ayuda del
Señor, esperamos mantener nuestra promesa. -Por
cuánto tiempo queréis hacer los votos? -Aunque
tenemos firme voluntad de pasar toda la vida en
esta Congregación, no obstante, para secundar lo
que prescriben las Reglas, queremos hacer votos
por tres años.
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El obispo continuó -Que Dios bendiga vuestra
resolución y os conceda la gracia de poderla
mantener fielmente. Ahora, poneos en la presencia
de Dios y pronunciad la fórmula de los votos de
castidad, pobreza y obendiencia, según las Reglas
de la Congregación.
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En seguida , se oye una sola voz, decidida,
aunque emocionada Yo, Sor María Dominga
Mazzarello, conociendo mi debilidad y temiendo
por la instabilidad de mi voluntad, me pongo en
vuestra presencia, omnipotente y sempiterno Dios
e implorando las luces del Espíritu Santo, la
asistencia de la B. V. María y de mi ángel de la
guarda, en manos de vuestra Excelencia
reverendísima, hago voto de castidad, pobreza y
obediencia por tres años. Vos, oh misericordioso
Jesús, me habéis inspirado hacer estos votos, vos
ayudadme con vuestra santa gracia para
cumplirlos. Virgen Inmaculada, poderoso Auxilio
de los cristianos, sed mi guía y mi defensa en
todos los peligros de mi vida. Ángel de mi
guarda, Santos y Santas del cielo, rogad por mí.
Así sea.
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La que precede a todas en el amor a Dios, la que
a todas ha precedido y animado con la palabra y
el ejemplo en el nuevo camino, es justo que sea
también ahora la primera en recibir el hermoso
título de religiosa, ligándose públicamente por
los santos votos que la consagran a Jesús.
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A ella le sigue su fiel compañera Petronilla
Mazzarello y después Felicina Mazzarello,
Giovanna Ferrettino, Teresa Pampuro, Felicita
Arecco, Rosa Mazzarello, Caterina Mazzarello,
todas de Mornese y Angela Jandet
di Torino, Maria Poggio di Acqui, Assunta Gaino
di Cartosio una tras otra, las once
consagraciones son recibidas por el Pastor de la
diócesis, asistido por el Fundador y María
Auxiliadora las presenta al trono de Dios
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Don Bosco, visiblemente emocionado, habla. Habla
de la importancia del acto realizado recuerda la
santidad de los votos y los deberes que éstos
imponen. Alude, con toda prudencia, al malhumor
que podrá rodearlas, porque todas las cosas de
Dios llevan el sello del sufrimiento pero añade
que eso contribuirá a su santificación,
haciendolas y manteniendolas verdaderamente
humildes
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Entre las plantas más pequeñas, hay una de gran
perfume el nardo, nombrado con frecuencia en la
Sagrada Escritura. En el oficio de la Virgen se
dice Nardus mea dedit odorem suavitatis, mi
nardo ha exhalado un suave perfume.
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Pero sabeís cuando sucede eso? El nardo exhala
su perfume cuando es pisoteado. No os dé miedo,
pues, que el mundo os maltrate. El que padece por
Cristo Jesús, reinará con Él eternamente.
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Vosotras ahora, pertenecéis a una Familia
Religiosa que es totalmente de la Virgen Sois
pocas, desprovistas de medios y de la aprobación
de los hombres. Nada os turbe. Las cosas
cambiarán pronto.
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Sì, os puedo asegurar que el Instituto tendrá un
gran porvenir, si os mantenéis sencillas, pobres
y mortificadas..
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Observad, pués, todos los deberes de vuestra
nueva condición de religiosas, y ayudadas por
nuestra tierna Madre María Auxiliadora, pasaréis
ilesas por los escollos de la vida y haréis un
gran bien a vuestra almas y a las de los demás.
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Considerad como una gran gloria vuestro hermoso
título de Hijas de María Auxiliadora, y no
alvidéis que vuestro Instituto deberá ser el
monumento vivo de la gratitud de Don Bosco a la
Madre de Dios, invocada bajo el título de Auxilio
de los cristianos.
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María Auxiliadora tiene ya la Familia que,
desde hacía tantos años le pedía a Don Bosco
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sobre las colinas de Mornés se ha renovado, el
mismo día que en Roma, una suave nevada de copos
frescos y puros que se derretirán sobre el altar
de Dios, para difundir candor de virtud y de fe..
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La gente sale de la iglesia, y salen también las
nuevas religiosas con los ojos emperlados aún con
alguna lágrina, con la sonrisa en los labios y el
cielo en el corazón.
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Todas querrían hablar y, al mismo tiempo,
conservar en secreta reserva la felicidad que las
envuelve con una atmósfera de cielo.
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Finalmente, Sor María rompe el silencio con las
únicas palabras que le brotan del corazón
Hagámonos santas debemos hacernos grandes
santas!.
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Las nuevas religiosas están felices, cautivadas
por el himno del corazón a la Bondad eterna que
se ha dignado inclinarse hasta ellas y llamarlas
sus esposas.
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Sr. Alba Vernazza fma