Title: Dios es rico en misericordia'
1Dios es rico en misericordia.
Créanme que yo estoy en el
Padre y el Padre
está en mÃ
si no, crean al menos por lo
que
hago.
Juan 1411
2En estos tiempos crÃticos y nada fácil, resulta
agradable hacer un paréntesis, para entender la
revelación de Jesús, donde nos dice El que
me ve a mÃ, ve al Padre por qué me pides
que les de a ver al Padre? no crees que yo
estoy en el Padre y el Padre está en m� (Juan
14 9-10)
3 Cristo es el rostro del Padre, y este nos
revela la plenitud y la profundidad de Su
infinita Misericordia, como lo dicen las Santas
Escrituras. Jesús lo ha manifestado y nos lo
ha hecho conocer.
Entonces, por qué dudamos, cuando tenemos
delante de nosotros, la Palabra que fue
pronunciada por el mismo Jesús?
4La demostración del Padre Celestial con Sus
hijos, va más allá de permanecer ignorantes al
llamado de Dios. La exortación de Jesús, se
manifiesta a través de Su Palabra, que es el
alimento que nos lleva a tener una vida plena.
Él nos dice claramente en el Evangelio de Juan
Yo soy el camino, la verdad y la vida.
Solamente por mÃ, se puede llegar al Padre.
(Juan 146)
5Sabiendo el significado de estás palabras, nos
dejamos llevar por los sufrimientos y los
problemas haciendo imposible meditar con amplitud
acerca de esas Palabras de Jesús.
6La próximidad a la desolación, nos encausa
a entender la necesidad de mantenernos unidos
a Dios en espÃritu y verdad. Por todo ello, las
Palabras citadas por Jesús, son un claro
testimonio de Su grandeza y divinidad
manifestación del hombre en la plena dignidad de
Su naturaleza humana.
7Sin embargo, la necedad que nos distingue,nos
intersepta a la realidad de que hay un ser, que
disminuye la gravedad de sabernos lÃmitados
por nuestras propias convicciones y no por la
seguridad que nos ofrece Dios. De modo, que no
nos dirigimos al Padre, con frecuencia, porque
no conocemos la autenticidad que nos dicta en Su
Palabra.
8Que conste que no es Dios, quien refrena
nuestra inhabilidad de buscar Su rostro y vivir
en Su Misericordia. No es Dios, quien nos
condena a sentir la soledad y vulnerabilidad de
nuestro propio ser. Somos nosotros, quienes no
sabemos alcanzar esa solidaridad, que ejercita
nuestra mente y sondea nuestro espÃritu. No
sabemos como interpretar el amor revelado por
Jesús, en las cosas más insignificantes y
prácticas de la vida.
9Por eso, nos abandonamos a los perÃmetros
mundanos que, simútaneamente, nos integran a
ser parte activa en un mundo frÃo y
desolador. Somos nosotros los que olvidamos
explorar nuestra vida, para saber si hay
concordancia en nuestros deseos y la voluntad
de Dios.
10Es por ello, que estamos en una constante
ebullición interna, es por eso que no detectamos
el Magisterio de Dios durante el trayecto de
nuestra vida. Por lo tanto, no intentamos
visualizar la Misericordia de Dios, ya que
estamos ineptos a sintonizar nuestros sentidos y
mente al convertir hechos sublimes que vienen
del Padre Celestial, en perfecciones
invisibles las cuales no dejan de ser obras
perfectas y definidas.
11El Evangelio de Juan es muy hermoso,
especialmente el CapÃtulo 14, el cual nos
enseña a ver la igualdad de Jesús con el Padre,
que es Dios Todopoderoso y la introducción del
EspÃritu Santo, como Paráclito Divino.
Dice la Palabra de Dios Yo le pediré al Padre
que les envÃe, otro defensor el EspÃritu de
la verdad Para que siempre esté con ustedes.
(Juan 1416)
12Y con esta promesa, continuamos nuestra vida
tratando de esforzarnos dÃa a dÃa por poder ver
el rostro Misericordioso de Dios que es Padre,
Hijo y EspÃritu Santo. EnvÃa tu
luz y tu verdad, para que ellas me
enseñen el camino.
Salmo 433