Title: Jess y las mujeres en Lucas
1Jesús y las mujeresen Lucas
Diseño José L. Caravias sj.
2En tiempo de Jesús las mujeres eran muy
despreciadas.
No se respetaba nada su dignidad humana.
No podían poseer bienes. Si una mujer encontraba
una moneda en la calle, si era casada, la moneda
pertenecía al marido y, si era soltera, al padre.
Los padres le elegían marido. Nunca podían
divorciarse, pero sus maridos podían repudiarlas
por cualquier cosa por feas, por antipáticas o
por ser malas cocineras...
Las casadas tenían que taparse la cara para salir
a la calle. No podían conversar con nadie, ni
siquiera con su propio marido.
Se despreciaban sus rezos. Su presencia en la
sinagoga no contaba para nada.
Pero Jesús las dignifica plenamente, a contra
corriente...
3Alégrate, llena de gracia, el Señor está
contigo
Vas a concebir un hijo, al que llamarás Jesús
1,28.30
4Yo soy la servidora del Señor, hágase en mí
tal como has dicho 1,38
5Proclama mi alma la grandeza del Señor, y mi
espíritu se alegra en Dios mi Salvador
El Poderoso ha hecho grandes cosas en mí Santo
es su Nombre! 1,46s.49
6María conservaba todos estos recuerdos y los
meditaba en su corazón 2,19
7Y crecía en sabiduría, en madurez y en gracia
ante Dios y ante los hombres 2,51s
Jesús siguió bajo su autoridad.
8Jesús se inclinó hacia ella, dio una orden a la
fiebre y ésta desapareció.
La suegra de Simón estaba con fiebre...
Ella se levantó al instante y se puso a
atenderlos. 4,38s
9 Sacaban a enterrar al hijo único de su madre,
que era viuda.
Al verla, se compadeció de ella y le dijo No
llores.
Joven, yo te lo mando, Levántate!
Y Jesús se lo entregó a su madre. 7,12-15
10Los acompañaban algunas mujeres
Susana,
y otras que los atendían... 8,1-3
Juana, mujer de Cuza,
María Magdalena,
11Alguien me ha tocado, pues he sentido que una
fuerza ha salido de mí.
Hija, tu fe te ha salvado vete en paz.
8,46.48
12Ella me ha lavado los pies con sus lágrimas y me
los ha secado con sus cabellos.
Ella no ha dejado de cubrirme los pies de besos
Ella ha derramado perfume sobre mis pies.
Sus numerosos pecados le quedan perdonados por
el mucho amor que ha manifestado 7,44-47
13No temas basta que creas, y tu hija se
salvará.
Niña, levántate
Le volvió su espíritu al instante se levantó y
Jesús insistió en que le dieran de comer.
8,50.54s
14Señor, no te importa que mi hermana me haya
dejado sola para atender? Dile que me ayude.
Marta, Marta, tú andas preocupada y te pierdes en
mil cosas una sola es necesaria. María ha
elegido la mejor parte, que no le será quitada.
10,40-42
15Una mujer desde hacía dieciocho años estaba tan
encorvada que no podía enderezarse de ninguna
manera. Jesús la vio, la llamó y le dijo Mujer,
quedas libre de tu mal. Y le impuso las manos.
Al instante se enderezó y se puso a alabar a
Dios.
Esta es hija de Abraham no se la debía desatar
precisamente en día sábado? 13,11-16
16En verdad les digo que esa pobre viuda ha echado
más que nadie, porque estos otros han dado de lo
que les sobra, mientras que ella ha echado todo
lo poco que tenía para vivir. 21,3s
17Hijas de Jerusalén, no lloren por mí. Lloren
más bien por ustedes mismas y por sus hijos...
Porque si ésta es la suerte de la madera
verde, qué pasará con la madera seca? 23,28.31
18Estaban a distancia los conocidos de Jesús,
especialmente las mujeres que lo habían
acompañado desde Galilea, y todo esto lo
presenciaron ellas. 23,49
19Las mujeres que habían venido desde Galilea con
Jesús siguieron a José para conocer el sepulcro
y ver cómo colocaban su cuerpo.
Después volvieron a sus casas, donde prepararon
pomadas y perfumes. 23,55s
20Muy temprano, fueron las mujeres al sepulcro,
llevando los perfumes que habían preparado.
Por qué buscan entre los muertos al que vive?
No está aquí. Resucitó.
Eran María de Magdala, Juana y María, la madre de
Santiago y las demás mujeres. Todas decían lo
mismo a los apóstoles. Pero los relatos de las
mujeres les parecieron puros cuentos y no les
creyeron. 24,1.5.10
21Todos ellos eran constantes en la oración y
tenían un mismo espíritu. Con ellos había algunas
mujeres, además de María, la madre de Jesús, y
sus hermanos. Hch 1,14