Title: La Madre de la Gracia
1La Madre de la Gracia
La Madre de la Gracia y mi tesoro, en la Peña de
Francia tiene su trono. En la Peña de Francia,
tiene su trono.
2En las culpas y penas de mi pobre alma, la
Virgen de la Peña es mi esperanza. La Virgen de
la Peña es mi esperanza.
3Vida y muerte, oh MarÃa, te consagramos. Eres
nuestra alegrÃa, tus pies besamos. Eres nuestra
alegrÃa, tus pies besamos.
En las culpas y penas de mi pobre alma, la
Virgen de la Peña es mi esperanza. La Virgen de
la Peña es mi esperanza.
4En tus brazos tenemos al Dios del Cielo, en tus
ojos tenemos siempre consuelo. En tus ojos
tenemos siempre consuelo.
En las culpas y penas de mi pobre alma, la
Virgen de la Peña es mi esperanza. La Virgen de
la Peña es mi esperanza.
5Tu corazón, Señora, es todo nuestro, Seremos,
desde ahora, tus fieles siervos. Seremos, desde
ahora, tus fieles siervos.
En las culpas y penas de mi pobre alma, la
Virgen de la Peña es mi esperanza. La Virgen de
la Peña es mi esperanza.
6LÃbranos del pecado y del infierno, llévanos de
tu mano al gozo eterno. Llévanos de tu mano al
gozo eterno.
En las culpas y penas de mi pobre alma, la
Virgen de la Peña es mi esperanza. La Virgen de
la Peña es mi esperanza.
7Adiós, Madre querida, tuyos seremos, tu
majestad bendiga la tierra y cielo. Tu
majestad bendiga la tierra y cielo.
8En las culpas y penas de mi pobre alma, la
Virgen de la Peña es mi esperanza. La Virgen de
la Peña es mi esperanza.
9La majestad de la montaña de LA PEÑA DE
FRANCIA, una montaña desnuda, un levantamiento
de las desnudas entrañas de la tierra, despojadas
de su verdor, que dejaron al pie, en el llano,
como la vestidura de que se despojaba un mártir
para mejor gozar de su martirio. Y el sol desnudo
y silencioso besando con sus rayos a la roca
desnuda y silenciosa... Allà siento que me
invaden el alma aluviones de energÃa y un tumulto
de pensamientos informes, de larvas de ideas que,
formando una nebulosa, buscan liberación. El
silencio está preñado de rumores... Es del
silencio sobre todo de lo que allà se goza. AllÃ
arriba, en la soledad de la cumbre, entre los
inhiestos y duros peñascos, un silencio divino,
un silencio recreador. Silencio sobre
todo. Miguel de Unamuno
FotografÃas Alfredo Encinas - Música Santiago
Taffal - Diseño Lorenzo Pascua