Title: NARCISO
1 NARCISO
La flor del narciso se identifica con el joven
Narciso, hijo del río Cefiso y la ninfa Liríope.
Al nacer, el adivino Tiresias profetizó que
Narciso llegaría a viejo si no se contemplaba a
sí mismo.
Giulio Carpioni. S. XVII
2Cuando llegó a su juventud, se convirtió en un
joven tan bello, que numerosos muchachos y
muchachas se enamoraron de él, pero Narciso los
desdeñaba a todos. Tan sólo le gustaba
dedicarse a la caza.
Cellini. S.XVI
Mario Bernasconi. S. XX
3ECO
Una de las desdeñadas fue la ninfa Eco. Ésta
había sido castigada por Hera a no poder hablar
más que repitiendo el final de lo que se le
decía, porque entretenía a Hera con su charla
para que pudieran huir las ninfas amadas por Zeus.
4Un día Eco vio a Narciso mientras cazaba, y
seenamoró de él. Cuántas veces quiso decirle
palabras cariñosas! ...Pero el castigo de Hera se
lo impide. Sólo espera poder devolver sus
palabras.
G. Apperley. S. XX
Fresco de Pompeya. S. I d. C.
5Eco, al no ser correspondida por Narciso, se
refugia en el espesor del bosque. Se consumía de
pasión, deliraba, y pensó Ojalá cuando él ame
como yo le amo, se desespere como me desespero
yo.
Fuente de Eco. Bellvedere.
6METAMORFOSIS DE ECO
Aun así pervive el amor y hasta crece con el
dolor del rechazo.
Claude Lorraine. S. XVII
Pero Eco fue languideciendo de tristeza, hasta
que su cuerpo se evaporó por los aires y sólo
quedó su voz.Desde entonces no se la ve, sin
embargo, todo el mundo la oye.
Alberto Donaire. S. XX-XXI
7Jan Cossiers. S. XVII
Caravaggio.s. XVI
La diosa de la venganza, Némesis, castiga a
Narciso haciendo que se enamore de sí mismo al
verse reflejado en el espejo de las aguas y quedó
encadenado a su imagen sin dejar de mirarse.
8Eco, aunque aún estaba irritada y resentida, se
compadeció de Narciso, y cuando el desdichado
decía ay!, ella repetía con sus voces resonadas
ay!
Waterhouse. S. XX
9METAMORFOSIS DE NARCISO
Se fue consumiendo poco a poco y apenas quedaba
ya nada de aquel cuerpo vigoroso que había amado
Eco..
Nicolas-Bernard Lepicié. S. XVII
10Extenuado, dejó caer su cabeza sobre la hierba y
la muerte cerró sus ojos. De él sólo perdura una
flor, abonada por los restos de una carne
marchita.
Dalí. S. XX