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La evoluci

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La evoluci n de las estructuras empresariales en Espa a: un enfoque regional Jos Luis Garc a Ruiz Universidad Complutense de Madrid CONCLUSIONES (I) Regiones que ... – PowerPoint PPT presentation

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Title: La evoluci


1
La evolución de las estructuras empresariales en
España un enfoque regional
  • José Luis García Ruiz
  • Universidad Complutense de Madrid

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El Código de Comercio de 1885 fue un hito en la
historia del derecho mercantil español, al
conseguir actualizar el viejo código de 1829,
promulgado en la época del absolutismo
fernandino. Se basó en un proyecto liberal de
1869, modificado en 1881 por una comisión
nombrada al efecto. Fueron años en los que España
parecía despertar de su letargo y proliferaban
las sociedades que exigían una nueva regulación.
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Sociedades españolas en 1884, según el Instituto
Geográfico y Estadístico (sin minería, por tener
capitales ilimitados)
Los gráficos muestran que en 1884 la actividad
societaria en la España anterior al Código estaba
muy concentrada, tanto en cuanto a número de
sociedades (izquierda) como en capitales
(derecha), en torno a Madrid y Cataluña
(fundamentalmente, Barcelona) estas regiones
acaparaban el 48,46 y el 41,87, respectivamente,
de los capitales. Las 71 iniciativas madrileñas
resultaban de más envergadura que las 105
catalanas. A mucha distancia quedaban las 28 de
Baleares (2,69 de los capitales), las 28 del
País Vasco (2,49), las 16 de la Comunidad
Valenciana (1,61) y las 14 de Andalucía (0,70),
siendo insignificantes las cifras de otras
regiones.
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Sede Fundación Capital
Cía. de los FFCC de Madrid a Zaragoza y Alicante (MZA) Madrid 1857 169,1
Cía. de los Caminos de Hierro del Norte de España (Norte) Madrid 1859 166,3
Cía. de los FFCC Directos de Madrid, Zaragoza y Barcelona Barcelona 1881 100,0
Crédito General de Ferrocarriles Madrid 1881 100,0
Cía. de los FFCC de Tarragona a Barcelona y Francia Barcelona 1875 53,1
Cía. de los FFCC de Medina del Campo a Zamora y de Orense a Vigo Barcelona 1882 52,5
Cía. de los FFCC Extremeños Madrid 1881 42,7
Cía. de los FFCC Andaluces Madrid 1877 30,0
Cía. del FC de Zafra a Huelva Madrid 1884 28,0
Cía. de los FFCC de Madrid a Cáceres y Portugal Madrid 1880 25,0
Cía. del FC y Minas de Berga Barcelona 1881 25,0
Cía. del FC de Val de Zafán a San Carlos de la Rápita Madrid 1882 25,0
Las grandes sociedades eran ferroviarias, con
sede en Madrid (preferentemente) o Barcelona.
También eran grandes las empresas mineras, pero
no hay datos en la fuente por gozar estas
sociedades de un capital ilimitado. Con todo, se
puede decir que en estos primeros tiempos de la
Restauración, los ferrocarriles y la banca
dominaban el panorama como lo habían hecho antes
en la época isabelina. Los casi 170 millones de
capital social de MZA y Norte sólo podían
compararse con los 150 millones del Banco de
España y el Banco Hispano Colonial.
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Sede Fundación Capital
Banco de España Madrid 1856 150,0
Banco Hispano Colonial Barcelona 1876 150,0
Banco General de Madrid Madrid 1882 90,0
Banco La Antigua España Madrid 1882 60,0
Sdad. Crédito Mercantil Barcelona 1864 50,0
Banco Hipotecario de España Madrid 1872 50,0
Banco Ibérico Barcelona 1881 50,0
Banco Peninsular Ultramarino Madrid 1881 50,0
Sdad. Gral. El Crédito Mobiliario Español Madrid 1856 40,2
Banco de Préstamos y Descuentos Barcelona 1881 40,0
Banco del Fomento de Barcelona Barcelona 1881 40,0
Banco de Castilla Madrid 1871 25,0
Banco Agrícola de España Madrid 1881 25,0
El Banco de España (privado pero con una relación
privilegiada con la Hacienda), con sede en
Madrid, y el Banco Hispano Colonial (el
instrumento de inversión del marqués de
Comillas), localizado en Barcelona, encabezaban
el ranking de las entidades financieras, con un
capital próximo a las grandes sociedades
ferroviarias. Por detrás quedaban entidades con
fuerte presencia del capital francés, como el
Banco Hipotecario, el Crédito Mobiliario o el
Banco de Castilla. Madrid y Barcelona competían
por ser la capital financiera de España.
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Sede Año Cap. Sector
Cía. Gral. de Tabacos de Filipinas Barcelona 1871 75,0 Tabaco
Cía. Gral. de Colonización en Oceanía Barcelona 1883 25,0 Varios
Cía. Madrileña de Alumbrado y Calefacción por Gas Madrid 1865 22,8 Energía
Cía. Transatlántica Barcelona 1881 20,0 Transporte
Crédito y Docks de Barcelona Barcelona 1881 20,0 Financiero
Matritense de Electricidad Madrid 1882 15,0 Energía
Vizcaya Bilbao 1882 12,5 Siderurgia
Española de Electricidad Barcelona 1881 10,0 Energía
Material para Ferrocarriles y Construcciones Barcelona 1881 10,0 Siderurgia y metalurgia
Vitícola de la Corona de Aragón Barcelona 1881 10,0 Alimentación
Cía. de Carbones Nacionales Barcelona 1882 10,0 Energía
Cía. Hispano-Africana Barcelona 1883 10,0 Comercio exterior
Cía. Vinícola Vasco-Navarra, Riojana, Aragonesa y Castellana Bilbao 1883 10,0 Alimentación
La España Industrial Barcelona 1866 8,0 Textil
En el sector no financiero (más allá de las
empresas ferroviarias y mineras), destacaban
empresas asociadas al mundo colonial (v.g., la
Compañía General de Tabacos de Filipinas) y a las
relaciones con América Latina (v.g., la Compañía
Transatlántica). Se trataba de empresas con sede
en Barcelona, como también era el caso de las
empresas manufactureras (v.g., la España
Industrial). En Madrid sólo encontramos en la
cumbre sociedades ligadas a su incipiente
electrificación, mientras que Bilbao aportaba una
empresa siderúrgica y otra vinícola.
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En 1899-1900, el ministro de Hacienda conservador
Raimundo Fernández-Villaverde dio un paso
fundamental hacia el establecimiento del "Income
Tax" en España con la creación del Impuesto de
Utilidades (IU). A partir de esta fuente fiscal
podemos acercarnos a la realidad de las
sociedades españolas a escala regional, con la
importante excepción del País Vasco y Navarra,
por ser regiones exentas.
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Según el IU, en 1905, el peso de Andalucía,
Cataluña y Madrid era similar en el número de
sociedades.
Pero Madrid acaparaba los capitales,
mientras que en Cataluña se concentraban los
directivos y empleados sujetos a la nueva
tributación.
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Según el IU, en 1933, Cataluña mostraba una
"empresarialidad" (capacidad para crear empresas)
muy superior al resto,
hasta el punto de restar cuota a Madrid en la
acaparación de capitales,
pero en Madrid empezaba a existir un tejido
productivo interesante el número de directivos y
empleados sujetos a tributación había llegado a
ser algo superior en la capital que en Cataluña.
10
Madrid mantenía el mayor capital medio, muy por
encima del País Vasco (sólo sociedades que
tributaban desde la reforma de Calvo Sotelo) y,
sobre todo, de Cataluña.
Sin embargo, atendiendo a la base imponible media
de directivos y empleados, los vascos se situaban
algo por encima de los catalanes y muy lejos de
los madrileños, por la mayor envergadura de la
industria en las dos primeras regiones.
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En 1950, el INE confeccionó el primer Censo de
Empresas, que confirmó que la Guerra Civil no
había cambiado sustancialmente el panorama
fuerte empresarialidad catalana vs. acaparación
de capitales en el centro financiero de
Madrid. El capital medio de la empresa madrileña
era 3,3 millones de pesetas, frente a los 0,9
millones de la empresa catalana, quedando en
medio los 1,7 millones de la empresa vasca.
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Atendiendo a la presencia de SAs en el número de
empresas, se puede decir que la inclinación hacia
la SA era casi igual en Madrid que en Cataluña,
seguidas por la región vasco-navarra, Cantabria y
Asturias.
Estas SAs representaban el 70-80 de los
capitales en el norte industrial y en torno al
70 en Cataluna y Madrid. El triunfo de la SA en
la España avanzada era indudable (cada región con
su propia escala).
13
Por el contrario, el empresario individual
dominaba en las regiones atrasadas del Sur,
aunque también en otras de próspera agricultura
como Aragón o La Rioja.
Resulta impresionante que más de la mitad de los
capitales de las empresas extremeñas o
castellano-manchegas procediesen de empresarios
individuales.
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Conviene retener la imagen de la evolución de la
clasificación de las regiones españolas por PIB
per capita durante el siglo XX.
15
Los magníficos datos del Servicio Sindical de
Estadística ponen de manifiesto que, en 1966,
Cataluña destacaba por sus centros de más de 100
trabajadores (tenía 1 de cada 4), muy por encima
de Madrid, País Vasco, Andalucía o la Comunidad
Valenciana. Era una forma de aproximarse a las
empresas con verdadera capacidad para producir y
dar empleo, donde Cataluña demostraba que,
durante los años del desarrollismo franquista,
seguía siendo "la fábrica de España". Lamentableme
nte, este tipo de estadísticas dejaron de
confeccionarse cuando desapareció el Servicio
Sindical de Estadística.
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Según el DIRCE, en 2000, más del 54,6 de las
empresas españolas eran llevadas por autónomos
(ver arriba), estando Castilla y León, Madrid y
Navarra claramente por encima de la media. Pero
estas dos últimas regiones, junto a Cataluña y
País Vasco, también albergaban a las empresas
grandes (más de 200 trabajadores) (ver abajo).
17
Las microempresas (1-9 trabajadores) abundaban en
Canarias y Baleares, y también en Murcia (ver
arriba), mientras que las pymes (10-199
trabajadores) eran características en Navarra
(donde apenas había microempresas), Cataluña
(donde relativamente había pocos autónomos) y la
Comunidad Valenciana (ver abajo).
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En 2009, había en España menos autónomos en su
empresariado (ver arriba) y se concentraban como
antes en Madrid y Navarra, pero también abundaban
en Extremadura y Cataluña. Lo que no había
cambiado era la fuerte presencia de la gran
empresa en Madrid, Navarra, País Vasco y Cataluña
(ver abajo).
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Las microempresas habían avanzado mucho y se
encontraban muy repartidas por toda la geografía
española, aunque eran notorias en Murcia,
Cantabria y Galicia (ver arriba). En el caso de
Murcia también había numerosas pymes, sólo
superadas por Navarra y La Rioja (ver abajo).
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En 2000, según datos del Observatory of the
European SMEs, llamaba la atención el peso de las
microempresas en el empleo español (47) en
relación con lo que representaba en la UE-15
(35). En los gráficos se representa el peso de
la microempresas (azul), pymes (rojo) y grandes
empresas (amarillo) en el número de empresas, en
el empleo y en el PIB (arriba, UE-15 y abajo,
España).
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De los gráficos adjuntos se desprende 1) que la
empresa española es muy pequeña en relación con
la europea en cada segmento y 2) que los 89.000
euros en VAB de la microempresa europea están muy
lejos de los 116 millones de la grande.
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Pero más importante es lo que muestran los
gráficos adjuntos la productividad por empleado
es casi 3 veces mayor en la empresa grande
europea que en la microempresa y 5 veces mayor en
la comparación española.
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CONCLUSIONES (I)
  • Regiones que han estado entre las 5 de mayor
    renta por habitante en el siglo XX han sido
    Baleares, Cataluña, La Rioja, Madrid, Navarra y
    País Vasco.
  • Regiones que han estado entre las 5 con menor
    renta por habitante en el siglo XX han sido
    Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha,
    Ceuta, Galicia, Melilla y Murcia.
  • La productividad de la gran empresa es claramente
    superior a la de la pyme y a la de la
    microempresa. El problema de la baja
    productividad española se explica, en buena
    medida, por su gran proporción de autónomos y
    microempresas.
  • Los primeros datos empresariales a escala
    regional indican que en el momento de promulgarse
    el Código de Comercio de 1885 (momento de
    verdadero despegue de la sociedad anónima),
    Madrid acaparaba casi la mitad del capital social
    total (con la minería sería todavía más), seguida
    a poca distancia de Barcelona. Las grandes
    sociedades madrileñas eran los ferrocarriles, los
    bancos y las incipientes empresas eléctricas
    (aparte de las mineras), mientras que en
    Barcelona también destacaban las empresas
    relacionadas con el mundo colonial y alguna
    empresa manufacturera.

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CONCLUSIONES (II)
  • Los datos del IU indican con claridad que se
    produjo una explosión de creación de sociedades
    en el cambio del siglo XIX al XX, con Madrid
    acaparando los capitales y Barcelona los
    directivos y empleados, es decir, la actividad
    productiva.
  • El impulso económico de Maura y de Calvo Sotelo
    se dejó notar con fuerza en Cataluña, donde la
    creación de empresas fue muy intensa en los tres
    primeros decenios del siglo XX, aportando un
    volumen importante de capitales. Pero Madrid
    empezó a tener tantos directivos y empleados como
    Barcelona, pues la importancia económica de
    Madrid empezaba a ser pareja a su importancia
    política. Con todo, poco antes de la Guerra
    Civil, el capital medio societario era mucho
    mayor en Madrid que en Cataluña, mientras que
    directivos y empleados estaban mucho mejor
    pagados en Cataluña que en Madrid.
  • En el Censo de Empresas de 1950, elaborado por el
    INE, se repite lo visto en los años de
    entreguerras mundiales, pero se aportan datos que
    muestran con claridad que la sociedad anónima era
    la forma dominante en las regiones adelantadas
    Madrid, Cataluña y la región vasco-navarra. Por
    el contrario, el empresario individual (autónomo)
    era dominante en las regiones atrasadas (con la
    excepción de La Rioja, región de próspera
    agricultura).

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CONCLUSIONES (y III)
  • Los datos del Servicio Sindical de Estadística
    ponen de manifiesto que la empresa grande existía
    en Cataluña en 1966, 1 de cada 4 centros con más
    de 100 trabajadores radicaba en el Principado.
  • Llegando a nuestros días, el DIRCE de 2000
    encontró un altísimo porcentaje de empresarios
    individuales (autónomos) (55), al que sumar un
    elevado porcentaje de microempresas (1-9
    trabajadores) (39-40). En 2009, se había bajado
    algo en autónomos para aumentar en microempresas.
  • En ambos casos, las grandes empresas (más de 200
    trabajadores) se concentraban en las regiones
    ricas, con excepción de Baleares y La Rioja. En
    Baleares abundan las microempresas y en La Rioja,
    las pymes (10-199 trabajadores). En Madrid y
    Navarra también hay numerosos autónomos y pymes
    en Cataluña, pymes y en el País Vasco,
    microempresas.
  • Nuestro estudio demuestra que 1) la productividad
    de la empresa aumenta con su tamaño, 2) en las
    regiones ricas de España poseer empresas grandes
    ha sido un rasgo diferencial y 3) en Cataluña, la
    empresa grande ha sido muy notable, por lo que
    resulta discutible insistir en que el éxito
    económico del Principado se ha basado en sus
    pymes familiares.
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