Title: MITOS Y LEYENDAS
1MITOS Y LEYENDAS
2La Magia hecha Mito y Leyenda
Es encantador descubrir lo que pasó en la
imaginación, tradición o cultura a la cual
pertenecemos. Escuchar relatos de nuestros
mayores en los cuales nos transportan a un mundo
mágico, de aventura, riesgo, misterio y
ensoñación, son ellos quienes de manera mágica
nos hacen idear historias y aventuras que dan
explicación a esos acontecimientos que la ciencia
no se podría atrever a comprobar, pues están en
nuestros pueblos y nos pertenecen y lo realmente
importante no radica en cuándo, cómo, porqué o si
realmente sucedieron, sólo importa recrear de
manera única nuestra tradición oral. Por esto
motivo comparto con ustedes algunos relatos
encontrados en pueblos del Oriente Cercano. El
contenido ha sido producto de investigación. Es
de aclarar que las imágenes han sido tomadas para
ilustrar la presentación y no pertenecen a las
leyendas originales.
LA MULONA
EL TESORO DEL ÓRGANO
LA CUEVA DEL GATO NEGRO
LA LAGUNA DE GUARNE
3- Habla esta leyenda de una mula gigantesca,
hidrópica, de color algarroba, cuya hinchazón
descomunal se debió a la paliza que le dieron dos
hijos del dueño, y a la enorme cantidad de sal
que le obligaron a ingerir como castigo por haber
matado a coces al patrón. - Narra la mula a los niños que pasean en sus
anchos almohadones afelpados "Como mi amo me
maltrataba obligándome a cargar capachos de sal
amarga, los martes a Girardota, los miércoles a
Guarne, los jueves a San Vicente de Chiquinquirá,
los viernes a Santiago de Arma de Rionegro, los
sábados y domingos de mañana y tarde cargando
pesados bultos de sal, y mi patrón siempre
achispado y gritón, algunas veces embriagado,
cuando la "perra" lo postraba del todo el retorno
era el lunes, lo que resultaba peor, porque el
guayabo lo descargaba sobre mi pobre humanidad,
mi resistencia se agotó y no aguanté más le
achanté la herradura derecha en la frente y la
izquierda en el vientre y con eso tuvo. Lo dejé
tendido sobre el patio y me oculté sin ser vista
de los peones pero me descubrieron a los cuatro
días, me enguascaron, me apalearon y me
embutieron a la brava con sus manos empuñadas,
toda la sal diluida en agua. - Al día siguiente me enterraron cerca a la
quebrada Ovejas al pie de un sauce llorón. A poco
empecé a volver en mi, a medida que aumentaba mi
volumen por efectos de la sal, la tierra se
removió y lentamente fui coronando la superficie
y logré hacer el viaje hacia la LIBERTAD,
transmonté la cordillera que separa los
vallejuelos de Ovejas y La Mosca, y logre fijar
mi nueva morada libre de la tiranía de palos y
camellos.Enseñada a trabajar como una mula (YO
YA NO ERA MULA), no me podía quedar ociosa y
decidí darles a ustedes queridos mosalvillos de
mi pueblo, un espacio de grato esparcimiento". - Relato de Luis Alfonso Díaz
- Esta especial leyenda mereció el primer lugar en
el desfile de mitos y leyendas.
La Mulona
4- Se hunde en la cumbre de un sitio llamado
Peñolcito -Vereda La Clara-, al borde del viejo
camino de herradura que unía a los municipios de
Girardota y Rionegro. No es propiamente una cueva
sino una sima de profundidad no determinada aún,
en cuyas paredes se abren amplias cavidades como
salones. - La tradición dice que puede tratarse de una
sepultura indígena, probablemente múltiple, pues
de vez en cuando sale de las profundidades una
gallina o ave parecida, de color semejante al
oro, rodeada de polluelos amarillos, bordea la
boca de la hoya dando fuertes cloqueos y luego
desaparece. Y para guardar el santuario, aparece
de tiempo en tiempo un enorme gato negro, de ojos
de fuego hirvientes y maúllos lastimeros, que se
sienta a otear un rato, hace el mismo recorrido
del ave y salta al abismo. Es por esto un lugar
encantado al que nadie debe acercarse o por lo
menos penetrar. Y los que lo han intentado
colgados de finas maromas, apúrense a trepar
atemorizados por ruidos sordos y voces gatunas de
terror, sin lograr escudriñar las galerías. A
esto se suma el consejo de los más ancianos, que
advertían a sus amigos sobre el riesgo de tocar
fondo o ingresar en las salas, pues podía
pasarles lo que a un mozancón enviado a buscar la
entrada del Tesoro del Órgano, el cual corrió con
tan mala suerte que no regresó jamás.
LA CUEVA DEL GATO NEGRO
5- También referían que a principios del siglo
pasado, un minero de Medellín y un campesino de
Puente Real -prójimos esforzados y aburridos de
la pobreza- resolvieron examinar la cueva así les
costara caro. Provistos de fuertes cabos que
manipulaban dos fornidos peones, de herramientas,
lámparas y escopetas, se fueron descolgando
sigilosos en petacas de cuero, con la esperanza
de hallar algún descanso para acechar al gato y
hacerle una descarga. Habrían bajado unos veinte
metros cuando encontraron un rellano cubierto de
yerbajos. El silencio se oía latir. De repente
fueron sorprendidos por maullidos y cacareos
desmesurados seguidos de picotazos y aruños, tan
repetidos y punzantes que les fue imposible
defenderse y apenas si alcanzaron a gritar que
los subieran, más con el forcejeo perdieron el
equilibrio y fueron a para al fondo, acolchado de
tupidas malezas. Los ayudantes cobraron los
cueros vacíos y se quedaron pasmados y a la
expectativa. Entre tanto, la gallina había
eyaculado de su cloaca un líquido nauseabundo que
los dejó sin sentido, y acordó con el gato no
matarlos ni sacarles los ojos sino dejarlos
cegatones por el resto de su vida, con el
diabólico rayo de la mirada felina. Cuando al
mucho rato volvieron en sí, se dieron cuenta que
estaban heridos y casi ciegos, sintieron sobre
sus vientres el peso de los animales pero no
alcanzaron a distinguirlos, dieron nuevamente
gritos desesperados y se silenciaron, impotentes
para desembarazarse de sus enemigos. A poco
descendieron los pellejos, la gallina tornó a su
nido y el gato a su escondite, los infortunados
héroes se metieron trabajosamente en los cueros,
y los campesinos los izaron en la superficie. Si
no vieron salones al entrar, ni laberintos ni
sepulturas, al salir menos por la ofuscación de
sus ojos y el miedo que los dominaba. - Contaron lo que les había pasado y caminaron
penosamente hacia Puente Real, guiados por uno de
los peones, mientras el otro iba a la Ranchería
en busca de un viejo raicero. Las heridas no
sanaron nunca porque siempre se humedecían de
aguasangre, y los ojos no volvieron a ver sino
bultos de personas y cosas irreconocibles.
6EL TESORO DEL ÓRGANO
Con el Alto de la Cruz, el Alto del Órgano domina
la ancha extensión de las fracciones Juan XXIII y
Chaparral, al sudeste del municipio. Según creer
muy antiguo, lleva este nombre porque en noches
serenas de luna llena sale del centro de la
montaña una música exquisita, similar a la del
órgano catedralicio. Los vecinos han recibido de
generaciones pasadas la creencia de que tan grata
audición se debe a que contiene en sus entrañas
un rico tesoro. A diferencia de otras sepulturas
o guacas que se manifiestan con luces
intermitentes, de brillo desigual, este lo hace
con delicadas melodías, de rato en rato. Pero
ningún guaquero se atreve a meterle pico y pala
al monte si conoce la historia de un aventurero
español. Es como sigue... Hace muchos años,
concretamente cuando descubrieron los valles de
Rionegro y La Mosca, el cacique Guane -señor de
la región- refirió al hispano Vasco de Heredia
que en la base de la montaña había un entierro
muy grande, pero que nadie se arriesgaba a
sacarlo porque se hallaba a nivel de la quebrada
La Mosca. El peninsular, que andaba con una
cuadrilla al rebusque de sepulturas indígenas, no
fue sino oír las notas del órgano para decidirse
a buscar el tesoro. Estudió bien por dónde debía
meterse, y vio que el camino más corto podría ser
un socavón inclinado que se abriría al pie del
monte, al lado de La Gurupera. Obligó a trabajar
a buen número de nativos, empezando por el
cacique, mientras él dirigía los trabajos y a
7veces también se untaba. Con picos, cinceles, y
palas fueron hendiendo la mole, y alumbraban con
faroles y velas de sebo. La tierra la sacaban en
carretas y parihuelas de madera, y el agua en
tarros y ollas. Tanta era la que brotaba a medida
que iban bajando, que casi no podían moverse, y
el hombre estuvo a punto de echar pie atrás. Al
fin llegaron a un paredón de roca que sonaba
hueco, de una dureza impenetrable, que resultó
ser la cara de una pieza rectangular tapada por
todos los lados. El portón tenía dos alas y era
como de piedra apizarrada, con cuatro travesaños
de plata y un enorme candado del mismo material.
Como no se veía la llave por parte alguna, el
español echó mano a un cincel y una maceta para
quebrarlo, pero fue inútil. Al punto se oyó un
ruido fuerte y ronco, y después una voz con esta
instrucción "Blanco, busca encima de la puerta
un cofre dentro del cual hay un redoma de
vermouth, bebe el líquido y al fondo encontrarás
la llave... El buscavidas subió por los
travesaños, abrió el cofre y bajó con la redoma.
Al destapar salió un olor exquisito, pero así y
todo no quiso apurar el contenido, y más bien
cuenteó al cacique para que lo tomara, con la
promesa de que partiría el entierro con él. El
indio probó y sin duda le supo a néctar porque
ahí mismo siguió. Cuando había ingerido poco más
de la mitad, cayó muerto en medio de un charco de
agua. Al ver esto, el blanco volteó la vasija
para derramar el resto y sacar la llave, mas no
logró vaciar ni una gota. Entonces puso la redoma
en el cofre y salió con la gente a campo raso a
buscar un vomitivo. Tras otro ruido sordo, el
socavón fue cerrándose de adentro afuera, y
arrojó a la manga el cadáver del cacique Guane
con los instrumentos, las herramientas y un mar
de agua.
8Vasco de Heredia no desfalleció. Con sus hombres
y con indios y con los mismos objetos volvió a
romper el monte, después de que enterraron el
cacique al pie de la montaña. Al llegar a la
entrada cogió la redoma, luchó por derramar el
licor pero tampoco lo consiguió. La golpeó contra
la roca y no pudo quebrarla. Se produjo en el
acto algo así como un trueno seguido de una
carcajada burlona, y después se oyó la misma voz
"Blanco, si quieres llegar hasta el santuario y
apoderarte de él, tienes que beber el vermouth
si no, vuelve la espalda y no pierdas tus fuerzas
ni arriesgues tu vida como el nativo infeliz". El
íbero, viendo que no había más remedio, y con la
ambición que lo dominaba, se echó a la boca una
cápsula hermética y en seguida se tomó el licor.
Ya iba a coger la llave cuando se desplomó sobre
el charco. Los compañeros lo sacaron al
descubierto para ver si podían salvarlo, más se
dividieron opiniones, y mientras unos lo
levantaban de los pies y le hacían respiración
artificial, otros intentaron entrar a la pieza y
apoderarse del tesoro, pero no encontraron la
llave. El hombre volvió en sí y ordenó a los
indios achicar el agua para poder meterse y tomar
la redoma. Al fin la encontró en un recoveco,
sacó la llave y abrió el candado y la puerta,
aunque con mucho trabajo por el exagerado peso de
sus alas. Vasco dio un paso adelante y lo detuvo
la vocería desapacible de dos vampiros
descomunales que revoloteaban por el salón. A
poco se colgaron del marco de otra puerta, y todo
quedó en silencio. El español pudo observar el
lugar y vio una sala muy grande, alumbrada por
luz pálida que salía del techo y de los muros
plateados el piso era de piedra labrada y estaba
cubierto de tapices amarillos. Al lado derecho
había un artístico órgano, una silla y un estante
con candelero dorado al fondo se hallaba la otra
puerta, que daba al cuarto donde se guardaba el
tesoro, y al lado izquierdo, una mesa con útiles
para escribir, todo en perfecto estado.
9No bien terminó de ojear la estancia oyó otra vez
el ruido y la voz que ahora decía de esta manera
"Blanco, mucho has avanzado por el camino del
santuario, pero todavía te falta un paso toma la
obra que reposa en la gaveta de la mesa e
interprétala fielmente al órgano. Así los
animales se aplacarán y quedarán dormidos, y tú
podrás alcanzar lo que deseas. Cuando le
arranques la última nota, coge la llave que está
sobre el marco, abre la puerta y álzate con el
tesoro, que hallarás en urna de cristal. Y oye mi
última palabra No intentes penetrar sin ejecutar
la partitura". El español quedó petrificado
porque no sabía de la misa la media. No buscaba
el instrumento sino el oro. Pero como era
atrevido, sacó el cuadernillo y se sentó no a
tocar sino a profanar el divino arte de Euterpe.
Los vampiros se echaron a volar lanzando
ensordecedores silbidos, le arrebataron los
papeles y los descargaron en la mesa. Vasco de
Heredia se levantó furioso, desenvainó un
cuchillo y dio un salto para coger la llave y
apoderarse del tesoro, mas los enormes animales
se abalanzaron sobre él y lo dominaron
completamente. Cuando lo tenían tendido en el
piso, le abrieron el cuello a lado y lado y le
chuparon toda la sangre. Los aborígenes y los
amigos del hispano, que estaban viendo desde la
primera puerta lo que pasaba, se escaparon
muertos de miedo por el socavón lleno de agua.
Tras ellos fue cerrándose la cueva como la otra
vez, y se tapó del todo cuando la montaña vomitó
el cuerpo sin vida del español, pálido como la
luz que iluminaba al órgano.
10LA LAGUNA DE GUARNE
Pasa con la Laguna de Guarne lo que con la Piedra
del Peñol que ni aquella es de Guarne, ni ésta
del Peñol. En efecto la Laguna pertenece a
Medellín, y la Piedra a Guatapé. Sin embargo,
nadie dice la Laguna de Medellín ni la Piedra de
Guatapé. Cuando Guarne era un pueblo
embotellado, y aún en tiempos del Tranvía de
Oriente, el paseo preferido de sus moradores era
la Laguna. Se organizaban animadas cabalgatas de
hombres y mujeres, provistos de suculentos
fiambres y deliciosas bebidas. Los mozallones y
los adultos regocijabanse arreglando la cincha,
la grupa o la acción de la montura de la amiga o
de la esposa, o disparándose en sus cabalgaduras
por los trechos propios de la vía.Cuando se les
agotaban los destilados, acostumbraban ir hasta
la aldehuela de Mazo, donde vendían por igual
licores estancados y "tapetusa" de La Honda o de
Canoas. Cómo se formó el famoso charco? Hay
varias leyendas, pero la más difundida es la que
hace relación al hundimiento de un cerro que
había en ese lugar. Dicen que en la cumbre del
alcor que allí se alzaba, levantaron en lo
antiguo una casona de amplios corredores en su
derredor, ornados de tupidas enredaderas y
vistosas macetas de primaveras, begonias,
crisantemos y josefinas. En la falda frontera
ostentaban un vergel de azaleas, azucenas,
lirios, claveles, agapantos, rosas y san
joaquines, cruzado de límpidas fontanas y
dividido por un sendero central de blancas gradas
de losa.
11En la de atrás, un huerto de frutales mostraba
toda la exuberancia de los productos del clima. Y
en la base, un parque de pinos, eucaliptos,
arrayanes, sietecueros y otros árboles,
circunvalaba la eminencia. Pues bien. Cuenta la
tradición que el dueño de la casa, hombre
acaudalado, incrédulo y jaranero, dio un banquete
en su mansión con motivo de celebrar un
cumpleaños de su manceba. Cuando el baile estaba
en todo su apogeo y el vino subía el entusiasmo y
la vocería de los invitados, pasó un sacerdote
con el cuerpo de Cristo por el Camino Real, para
darlo de comer a un moribundo. Ni el anfitrión ni
los convidados se conmovieron, no obstante
haberse percatado de la presencia de Cristo.
Prosiguieron en su orgía báquica y en sus pasos
desordenados, y ni uno solo se puso de rodillas
ante el Dios viajero. El ministro maldijo
entonces aquella morada de desenfreno y aquella
familia irreverente, y después siguiese el
hundimiento del ribazo y la formación de la
Laguna.