Title: Redenci
1REDENCIÓN
CRISTO MURIÓ EN LA CRUZ
SUBIÓ A LOS CIELOS
RESUCITÓ
ENVIÓ AL ESPIRITU SANTO EN PENTECOSTÉS
2PENTECOSTÉS
Al cumplirse el día de Pentecostés, estaban todos
juntos en el mismo lugar. De repente, se produjo
desde el cielo un estruendo, como de viento que
soplaba fuertemente, y llenó toda la casa donde
se encontraban sentados. Vieron aparecer unas
lenguas, como llamaradas, que se dividían,
posándose encima de cada uno de ellos. Se
llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a
hablar en otras lenguas, según el Espíritu les
concedía manifestarse.
(Hch 2,1-14)
.
3Veni Creator
Spiritus
4Dones del Espíritu Santo
SABIDURÍA
ENTENDIMIENTO
CONSEJO
FORTALEZA
CIENCIA
PIEDAD
TEMOR DE DIOS
5Frutos del Espíritu Santo
PACIENCIA
MANSEDUMBRE
CARIDAD
BONDAD
MODESTIA
LONGANIMIDAD
PAZ
CONTINENCIA
CASTIDAD
GOZO
BENIGNIDAD
FE
6(No Transcript)
7BAUTIZÁNDOLAS
8Si estuvieran mis manos tan abiertas como
abiertas están tus cinco heridas yo podría tocar
tus cinco llagas y adentrarme en la luz de tu
mirada. Juntaría mis manos con tus manos metería
mis dedos en tus llagas y sabría hasta dónde tus
heridas han abierto un sendero a la
esperanza. Ya crecen los olivos en el
huerto donde el sepulcro no guarda tu
cuerpo, pasó la noche, el llanto y casi el
miedo, ha llegado por fin la madrugada y entre
luces y lágrimas al alba tu resurrección brota
nueva en mi alma. Juan Manuel del Río
9EN EL NOMBRE DEL PADRE, DEL HIJO, Y DEL ESPÍRITU
SANTO
10FUEGO ARDIENTE, VIENTO FUERTE
PENTECOSTÉS
11FUEGO ARDIENTE VIENTO FUERTE, FUE
PENTECOSTÉS. Fuego ardiente, purificador, que
en el crisol del Espíritu, separa el oro de la
escoria. La escoria fue Babel, torre infausta y
rascacielos imposible y deshumanizador y
Pentecostés, el oro fue, ecuménico, y unificador,
que convocó a partos, medos y elamitas, a la
gente de Asia, Frigia y Panfilia, Egipto y
Cirene, donde no faltaron árabes y
cretenses, judíos, griegos y romanos. Fuego y
Viento, Voz de Dios, convocadora, transmitida
por los Apóstoles galileos del Divino Maestro
nazareno, que todos entienden, como si les
hablaran en su lengua materna.
Viento fuerte, impetuoso, misterioso, que a
correr, donde los Apóstoles con María oran,
concita. Viento fuerte, que abre puertas y
balcones dejando oír la voz autorizada del
Apóstol Pedro, inteligible a toda raza y
lengua, testificando el comienzo, oficial y
sublime, de la Iglesia, que nace y crece, cual
árbol frondoso, bajo la fuerza arrolladora del
Espíritu Santo. Pentecostés, fuerza viva,
nueva y pujante fue que vivifica el árbol
creciente de la Iglesia, que nace, extendiendo
sus ramas por el mundo universo, desde aquel día
excelso, de Dios Espíritu Santo. Juan Manuel
del Río