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En la vida hay dos palabras que muestran el
momento, la existencia prisa y preocupación.
Constantemente hay circunstancias que
reproducen tensión Un divorcio o una
separación, la pérdida de un empleo, la angustia
por una enfermedad, los hijos tienen problemas en
el colegio, un negocio que no arranca en fin...
tantas cosas. La tensión va acompañada de temor,
ira, cansancio, debilidad y tristeza entre otras.
Sin dudas se vive en momento de presión y se
resiente soledad y desesperanza.
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El cuerpo que cambia por su automática
inteligencia es el amparo y fortaleza, nuestra
ayuda segura en momentos de angustia. Por tanto,
no temeremos... Quédense quietos, reconozcan ese
poder en el cuerpo. Generalmente las situaciones
difíciles, aceleran, hacen moverse por
emociones y el resultado es el sobre error. En la
travesía por la inocencia la consciencia muestra
al cuerpo cómo él marcha. Y mas tarde puede
decir No temo, estay firme y veo la salvación
que la inteligencia tiene para uno
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En medio de la dificultad los sentidos actuan
en silencio mientras el cuerpo ha de permanecer
quieto. Nuestras dificultades no son superadas
por el conocimiento, tienen tanta importancia y
si no hay percepción en lo inmediato, afectan,
el sn, no nuestro, sistema nervioso y se
disparan fatuas alarmas de las emociones. Por
eso, hacer un alto en el camino para dejar de
hablar y exponer la tensión en presencia de lo
directo, es algo donde nace la firmeza, el agrado
y reconforta.
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La experiencia en directo da una profunda paz que
trae las decisiones correctas. Cambia la
inseguridad en seguridad, el temor en confianza y
la desesperanza en esperanza. Aunque exista una
imagen de derrumbados, de soledad, abandono. Eso
una ilusión, no es real. El automatismo
inteligente va en la barca, en medio de nuestra
tormenta emocional, sentimental y anímica. Nada
es imposible para la inteligencia en lo
inmediato. Eso incluye cualquier tempestad
emocional o cualquier imposibilidad En el
negocio, o los estudios.
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La relación matrimonial, activar la luz
consciente o educar a los hijos, acompañarlos en
el crecer, vivir directamente las relaciones
irracionales entre ellos. Cuando uno se enfrenta
a una imposibilidad hay que dejarla en manos del
de la presencia de la inteligencia corporal.
Cuando un reloj fino se daña, no lo arreglamos en
casa con un destornillador, lo llevamos al
experto. En el caso propio no es así, el
especialista es la función invisible del cuerpo.
vívelo. Quizás es tiempo de abandonar lo conocido
y que la función propia sea liberada. .