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LA INSATISFACCIÓN SANTA
Una de las características de la autenticidad
cristiana es el descontento con cualquier cosa
menos que la plenitud de Dios (Ef.319). Dejarse
llevar por la corriente no significa discipulado.
Dejarse llevar por la satisfacción personal no es
como asolearse en la piscina de la seguridad sino
es como flotar, profundamente dormido, hacia las
cataratas. Hay un descontento santo. No es
incertidumbre, no nos hace morder las uñas en
cuanto a nuestra posición ante Dios. Es el
apetito aumentado de los que han saboreado y
visto que el Señor es bueno (1 Pedro 22-3) Es
la búsqueda de los que han sido perseguidos y
capturados por los brazos fuertes del
amor. Purifiquémonos de todo lo que contamina el
cuerpo y el espíritu para completar en el temor
de Dios la obra de nuestra santificación. (2ª.
Co.71) Copiado del libro Prueba o observa de
John Piper.