Title: Diapositiva 1
1Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo
Mientras comían, Jesús tomó el pan, pronunció la
bendición, lo partió y se lo dio, diciendo
-Tomad, esto es mi cuerpo
Lc.14, 22-24
2Hay restaurantes que dan primeras
comuniones. Se viste a los niños como si
hubieran celebrado su Primera Comunión, y sin
pasar por la iglesia, se organiza una fiesta en
su honor.
3Todo ocurre como si esa fiesta familiar
siguiera a una celebración cristiana. Pero no es
verdad. No es honrado darle un nombre que remite
a la fe, cuando no se ha intentado siquiera
celebrar un misterio de la fe.
4Esto debería recordarnos que incoherencias
semejantes se dan en otras muchas ocasiones. Por
ejemplo, cuando celebramos la eucaristía del
Señor, sin entregarnos al servicio de los demás.
Olvidamos que eso es lo que el Señor reflejaba
en el gesto de la entrega del pan y del vino.
5Otra incoherencia frecuente se da cuando
recibimos la comunión sin procurar estar en
comunión sincera con la comunidad eclesial a
la que pertenecemos. En esos casos el signo no
contiene el significado que aparenta. Está vacío.
No es verdadero.
6En la fiesta del Cuerpo y la Sangre del Señor,
volvemos a meditar el relato de la institución de
la Eucaristía. Qué significa para los
seguidores de Jesús? Es un alimento para la vida
y una celebración de la vida recibida.
7 La Eucaristía es fuente y culmen de toda la
vida cristiana. En ella alcanzan su cumbre
la acción santificante de Dios sobre nosotros y
nuestro culto a Él.
8Contiene todo el bien espiritual de la Iglesia
el mismo Cristo, nuestra Pascua. Expresa y
produce la comunión en la vida divina y la
unidad del Pueblo de Dios. Mediante la
celebración eucarística nos unimos a la liturgia
del cielo y anticipamos la vida eterna.
-Catecismo de la Iglesia Católica-
9Eso es lo que representa la Eucaristía en la
vida de la Iglesia. Podríamos
preguntarnos cuál de esos efectos es más
significativo para cada uno de nosotros y para
nuestra comunidad.
10Tomad. Esto es mi cuerpo.
Jesús se había entregado a los demás con toda
sinceridad. Había estado cerca de los enfermos
y de los pecadores. En la víspera de su muerte,
el pan era su palabra. El pan era su vida.
Gracias a aquel alimento sería posible recorrer
cada día el camino de la fe.
11Esta es mi sangre derramada por todos.
Los corderos sacrificados en las fiestas de
Pascua recordaban la liberación de su
pueblo. También él ofrecía su sangre como
bebida. Y como signo de una nueva libertad El
vino era su mensaje de alegría. El vino era su
vida. Gracias a aquella bebida sería posible
celebrar el encuentro de la fraternidad.
12Señor Jesús, sacerdote, víctima y altar, que te
entregas en la eucaristía para que tengamos vida,
reúnenos como hermanos en torno a la mesa de este
sacramento. Amén.
13Texto José Román Flecha Andrés PALABRA DEL
SEÑOR Secretariado Trinitario - Salamanca