Title: Diapositiva 1
112 de Noviembre Domingo XXXII del Tiempo
Ordinario /B Jornada del abrazo en Familia
Ayúdanos, Señor, a dejar en tus manos paternales
todas nuestras preocupaciones, a fin de que
podamos entregarnos con mayor libertad a tu
servicio. Por nuestro Señor Jesucristo. 1 Reyes
17,10-16 No faltó harina en la ni aceite en la
orza Salmo responsorial 145 El Señor siempre es
fiel a su palabra. Hebreos 9,24-28 Cristo se ha
ofrecido una sola vez para quitar los pecados de
todos
Marcos 12,38-44 Esa pobre viuda ha echado más
que todos. En aquel tiempo, enseñaba Jesús a la
multitud y le decía Cuidado con los escribas!
Les encanta pasearse con amplios ropajes y
recibir reverencias en las calles buscan los
asientos de honor en las sinagogas y los primeros
puestos en los banquetes se echan sobre los
bienes de las viudas haciendo ostentación de
largos rezos. Estos recibirán un castigo muy
riguroso. En una ocasión Jesús estaba sentado
frente a las alcancías del templo, mirando cómo
la gente echaba allí sus monedas. Muchos ricos
daban en abundancia. En esto, se acercó una viuda
pobre y echó dos moneditas de muy poco valor.
Llamando entonces a sus discípulos, Jesús les
dijo Yo les aseguro que esa pobre viuda ha
echado en la alcancía más que todos. Porque los
demás han echado de lo que les sobraba pero
ésta, en su pobreza, ha echado todo lo que tenía
para vivir
2Primera lectura La viuda de Sarepta que se priva
de todo cuanto tiene (un puñado de harina y algo
de aceite) para dar de comer al profeta Elías.
Hablemos también de los viudos. Debe ser por el
machismo. La mujer que se queda sola se las
arregla, en general, mejor que el hombre en la
misma situación. Cuando se comparte con
generosidad lo poco que se tiene, parece que se
multiplicara.
Segunda lectura Su autor compara el sacerdocio de
Cristo con el sacerdocio del Antiguo T. Cristos e
ofrece a sí mismo. Su sacrificio es perfecto, es
el verdadero sacrificio.
Dos viudas que lo dan todo Una de ellas es una
viuda que vive en un pequeño pueblo situado al
Sur de Sidón, Sarepta. Da de comer y sabiendo que
da lo que tiene. La otra mujer también
insignificante. No sabemos ni siquiera su
nombre. Va al templo y echa dos reales. Lo que
tenía para vivir. Dos mujeres que llegan al
corazón de Dios. Dos mujeres que nos dan ejemplo
3Era considerada la viudez como una muerte
lenta. Domingo de la caridad. Del amor completo y
desprendido. Heroicidad de una viuda. Que nada
tenía. Todo lo había perdido. Las viudas en esa
sociedad patriarcal no podían manejar sus bienes,
ni defenderse en los tribunales. Confiaban en
algún escriba para que los administrara y
defendiera. Éstos, para ganar confianza, se
mostraban piadosos y cumplidores de la
ley. Abusando de esta apariencia para engañarlas
y quitarles lo poco que tenían. Esa gente que
devora los bienes de las viudas, y sólo por
aparentar hace largas oraciones, recibirá un
castigo más severo
La pobreza La pobreza, el hambre, el dolor y la
muerte. Son las mismas en todos los pueblos, en
todas las culturas, en todas las religiones y a
todos hacen sufrir por igual. Ante esta realidad
no vale la pena perder el tiempo en discusiones
inútiles. Se debe actuar y punto.
4Templo rentable que favorezca la
solidaridad Nuestra parroquia poco a poco se
convierte en lugar de oración y de
convivencia. Pasamos de una Iglesia de mero culto
a una Iglesia de servicio a la vida. Una Iglesia
donde la oración es indispensable y la acción su
única respuesta como agradecimiento a Dios. De
ahí una Pastoral Social Escuela parroquial Casa
hogar (Guardería) Casa Refugio (Primaria) Talleres
de formación (carpintería, costura, repostería,
panadería, laboratorio de computación) Deporte
(cancha para fútbolito, basket y
voleibol) Servicio de comedor para los niños de
la escuela parroquial Ropero Parroquial para los
más pobres. Entrega de mercados mensuales
necesitados.
Los pobres nos evangelizan Por eso están en el
centro del corazón de Dios. Son el sacramento de
Dios en el mundo. Son los que más necesitan los
que dan testimonio de amor y de verdad. Ellos
están dispuesto a dar, a darse, a entregarse con
lo que tiene a favor del reino de Dios. La
lógica de Dios es distinta a la nuestra Mis
pensamientos no sus pensamientos, ni sus caminos
son mis caminos, dice el Señor (Isaías
55,8) Ellas, con su ejemplo, nos estimulan para
crecer en generosidad. Jesús no alaba a la viuda
porque dé, los ricos dan e incluso más que
ella. Así es la ofrenda de los pobres.
Padre Marcelo